Este es el título de un hermoso libro escrito por allá por 1973, por el economista británico-alemán E.F. Schumacher. Este libro, con el que me volví a encontrar luego de mucho tiempo, trata de temas que son esenciales en la formación ciudadana y en las convicciones intimas de los seres humanos. Ya en aquella época Schumacher era crítico del crecimiento económico ilimitado (“crecer sin parar”) porque él ya señalaba los límites del capital natural para poder proveer “servicios de producción” al sistema económico (aire limpio, agua limpia, tierras de calidad). Del mismo modo, él abogaba por que las comunidades, territorios, y pequeñas localidades puedan beneficiarse de actividades en pequeña escala, lo cual favorecería el empleo inhibiendo las actividades concentradoras de empresas monopólicas.
Dado lo anterior, el valor de la democracia que Schumacher busca y promueve, se resguardaría evitando la concentración económica en los mercados. Así, promueve el uso de tecnologías (en sentido amplio este término) que apoye la colaboración de empresas, trabajadores y las comunidades. Y que los resultados económicos son sostenibles cuando estos vértices coinciden. Pero para esta visión humanista y de conciencia del entorno, es un tremendo desafío ético y laboral por el uso de la inteligencia artificial, la cual está siendo muy positiva para muchos sectores de la economía (salud, comercio, educación, agricultura, etc.), pero que al mismo tiempo nos impone tremendos cuestionamientos éticos y sobre todo nos cuestiona si la fuerza laboral (a nivel agregado) será capaz de adquirir las habilidades para insertarse en esta nueva dinámica global.
La latencia del desempleo por inteligencia artificial puede ser más extensa que en el pasado, lo cual debe obligar a las políticas públicas a movilizar el sistema educativo para que internalice los costos de de no re-entrenar (y la no-capacitación) a los trabajadores desplazados y se levanten los requerimientos que el progreso económico demanda. También esto es un llamado para volver a poner un foco en las actividades emprendedoras en pequeña escala, de modo de tener un poder de empleo que mitigue y contribuya en un escenario laboral futuro aún incierto en cuanto al desarrollo de la inteligencia artificial. Ciertamente la economía debe diversificar sus riesgos para poder acometer un desarrollo lo más balanceado posible. A la natural existencia de grandes empresas y conglomerados, se debe tener una opción de política pública afirmativa por las pequeñas empresas, cooperativas y actividades de emprendimiento.
Un ejemplo de esta pugna de la pequeña y gran escala es el caso pesquero. Que ante la legítima renta que aspira el sector industrial en la ley de pesca, se pondere, valore y asigne recursos también a la pesca artesanal. Esta última es vital para las familias en sus comunidades, para el micro-desarrollo social y para la paz social de territorios en los que a veces el Estado decae en su rol público. Ciertamente la ley debe velar por la sostenibilidad del recurso imponiendo restricciones a corporaciones y también a las actividades de pesca artesanal.
Finalmente, Schumacher señalaba que la educación no puede sólo traducirse en conocimientos técnicos y que tenga sólo una visión utilitarista, sino que esta debe tener una visión holística y conectada con la naturaleza y su entorno. Así se formarán personas más sabias y conectadas con su entorno social. Las periódicas mega-crisis financieras, las guerras regionales (que aún no son del todo globales) y las dramáticas alertas por el cambio climático nos están llevando a que los seres humanos sólo cargados de tecnocracia no resolverán estos problemas planetarios. Claramente se requiere técnica y conocimientos sofisticados, pero sobre todo se requiere una conciencia de que la interdependencia planetaria es gigantesca, y lo que hagamos bien o mal (simplificando al extremo) tendrá repercusiones en otras regiones, en el mundo y sobre todo en nuestro entorno. Volver a repensar el lema “Lo pequeño es hermoso” es más que un idealismo abstracto; es repensar la economía y la sociedad desde lo más básico para poder encarar los desafíos del mundo actual.
3 comments
Interesante relación de Schumacher sobre la economía a pequeña escala y cómo el uso sostenible de los recursos naturales y el foco en las actividades emprendedoras en pequeña escala deberían tomar mayor relevancia.
Como señalaba Zingales (de Chicago), el poder de la competencia es vital para crear una economía más inclusiva. El problema es la excesiva concentración que ocurre en algunos mercados, lo cual lleva incluso a distorsionar la calidad de la democracia.
Creo que debemos mirar más haya, debemos analizar si el sector salud está preparado para la llegada de IA y que cuáles serán los planes de reconversión que se tendrá para el RRHH que está actualmente en distintos estamentos.
También debemos analizar el costo que esto implicaría para el estado, dado que en el sector salud siempre hablamos de brecha de RRHH, entonces ahora la supliremos …….