50 años

por Francisco J. Zañartu. G

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Pablo Neruda

Yo pregunto a los presentes, si no se han puesto a pensar que se cumplen 50 años del golpe de estado. 50 años desde aquel quiebre que nos cambió la vida. Nunca más fuimos los mismos. 

¿El 11 de setiembre del 73 ocurrió un cambio político?

Parece que no sólo fue un cambio político. No fue la permuta de un gobierno a otro, como cuando se pasó de Ibáñez a Alessandri o de Alessandri a Frei Montalva, lo que ocurrió ese día fue un cambio cultural. Muchas de las cosas que habíamos aprendido hasta entonces se eliminaron de nuestras cabezas y trataron de acostumbrarnos a cuestiones impensables. Todo era distinto: el amor, los vecinos, los compañeros de curso, etc. Recuerdo haber escuchado a una señora que trabajaba en la casa de mi mamá decir que, en su población de calle Carrascal, habían matado a un joven por quitarle la novia a un soldado. Eso no era un cambio político. En cualquier gobierno es un crimen. En Chile pasó a ser algo normal. 

Ernesto Cardenal nos dice: “Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano ni delata a su compañero de colegio… Será como un árbol plantado junto a un a fuente.” (Salmos – 1964)

Han pasado 50 años y aún nos sorprendemos de las cosas sucedidas en esta larga y angosta faja de tierra. Dejamos de ser un animal social. Para que te vaya bien, sí y sólo si, le tiene que ir mal a tú vecino.

Cada cierto tiempo quedamos atónitos y seguimos boquiabiertos.

 Desde España, el diario El Mundo, nos informa que:

el tercer informe forense que confirmará la teoría de que Pablo Neruda murió envenenado … El estudio concluye una discusión que se abrió en 2011, cuando el chófer y asistente personal de Neruda, Manuel Araya, denunció el homicidio… ¿Es previsible que la investigación judicial avance hasta encontrar al asesino de Neruda? ¿A su instigador? La familia manifiesta su esperanza…” (14/02/2023)

Redunda en nuestros sesos y molleras la duda de si sabremos alguna vez la verdad.

¿Sabrá la verdad mamá de la población en Carrascal por qué mataron a su hijo? 

El escritor y director de cine Gregory Cohen nos dice: “La muerte es mezquina y nos acecha a la vuelta de la esquina”

     Se nos agolpan una serie de hechos que se transforman en cotidianeidad. Fernando Gallardo, Cachencho, puede salir de su casa sólo un parde horas para dar su obra, el resto del tiempo está detenido. Le queman la carpa a Jaime Vadell, se instala una censura en los libros, la clandestinidad se hace diaria y se prohíbe el charango

La cultura no sólo cambia por lo que ocurre a los artistas. Todos estamos expuestos. Sergio Diez, embajador de Chile ante las Naciones Unidas, declara que es mentira que en el país haya detenidos desaparecidos.  Un grupo de mujeres se encadena a las rejas del ex congreso exigiendo información sobre sus familiares desaparecidos. Un conocido y clandestino dirigente político debe usar su “chapa” para contraer matrimonio.

Las calles, como siempre, se transforman en las hojas de una historia que se escribe a diario. El 3 de noviembre de 1976, en calle Nataniel, un joven se lanza a la calle escapando de sus captores que lo habían detenido y torturado el día anterior. Valiéndose de una información que al parecer manejaban los agentes aceptó que lo sacaran custodiado al punto donde se encontraría con un contacto. Allí, intenta huir y, al caer atropellado, grita su nombre y pide se le avise a la Farmacia Maluje de Concepción. Se trata de Carlos Contreras Maluje, exregidor comunista de Concepción.

Yo pisaré las calles nuevamente, de lo que fue Santiago ensangrentado”, nos dice Pablo Milanés.

A escasas cuadras, años antes, es asesinado Víctor Jara con una cantidad indeterminada de balas. El historiador español Mario Amorós reflexiona en su libro: “La vida es eterna” (Amorós. Ediciones B 2022) “…cuando estaba erguido y de espaldas a su asesino, este apoyo la boca del arma sobre ella…” Víctor Jara trabajaba en la U.T.E. allí estudia años después, Michelle Marguerite Peña Herreros, militante socialista, embarazada de ocho meses. Ella es detenida alrededor del 20 junio de 1975, en la población Las Rejas, por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Nuevamente las calles se transforman en un libro. Existen antecedentes que permiten deducir que ésta se produjo junto a Ricardo Lagos Salinas, con quien compartía la casa y la militancia socialista. Tanto la víctima como Lagos Salinas se encuentran desaparecidos. En cuanto al hijo que ella esperaba, se desconoce su destino.

El lugar, la calle u hoja donde se escribe esta terrible historia se transforma en anécdota. A diario y durante largo tiempo son asesinados obreros, jóvenes, estudiantes o ancianos cuya historia desconocemos y que aún ni una calle lleva su nombre. Tal es el caso de Miguel del Carmen Albornoz Acuña, soltero, obrero agrícola de la CONAF, sin militancia política, que fue detenido el día 6 de octubre de 1973, alrededor de las 14:00 horas, en su domicilio, junto a su padre Alejandro Albornoz González, a su tío Daniel Alfonso Albornoz González y a sus hermanos, Germán y José Albornoz Acuña. Hasta su vivienda, ubicada en Mulchén, llegaron aproximadamente diez uniformados fuertemente armados, los que se movilizaban en caballos. De inmediato procedieron a allanar la vivienda y acto seguido a detener a los hombres que en esos momentos se encontraban en el lugar. 

Los Albornoz, Lagos Salinas y Michelle Marguarite son parte de esa cultura de la sin razón. Un círculo del infierno que, como Dante, los chilenos deben recorrer.

El profesor Jorge Peña Hen, en otro de esos círculos infernales, fue acusado de introducir armas en los estuches de los instrumentos de las orquestas juveniles. ¿Se podrá meter una pistola en el estuche de una flauta infantil? La historia de este músico o parte de ella, la narra el libro de Patricia Politzer: “Batuta rebelde” (Lumen. Penguim Randon House -2020)

“Exactamente cinco semanas después del golpe militar, quienes escuchaban las radios locales de la región comenzaron a vislumbrar lo que significaba vivir en una dictadura militar. Muchos quedaron paralizados al escuchar la voz grave de los locutores, con extremo cuidado y precisión, leyendo un comunicado oficial de la Jefatura de Plaza, el mismo que el teniente Juan Emilio Cheyre le ordenaba al diario publicar en su primera página a la mañana siguiente: Se informa la ciudadanía que hoy 16 de octubre de 1973 a las 16 horas fueron ejecutadas las siguientes personas conforme a lo dispuesto por los Tribunales Militares en tiempos de guerra” (pág. 279)

 Entre ellos estaba el músico Peña y otros que, sin ser tan conocidos, también son parte de nuestra cultura.

Hace unos días un actor y director de teatro, decía que en los 50 años se debe poner el acento en las víctimas.  Los miles de personas que con su vida pagaron ese cambio cultural que sembró el miedo y la desconfianza en nuestro país. Entre los conocidos Neruda o Víctor Jara y entre los NN aquellos que, como el joven de Carrascal, fue asesinado por levantarle la novia a un militar o el joven farmacéutico que se tiró a un micro en la calle Nataniel.

En estos 50 años, Enrique Lihn nos recuerda que “Nada tiene que ver el dolor con el dolor, nada tiene que ver la desesperación con la desesperación”

También te puede interesar

Deja un comentario