La elección municipal y de gobernadores regionales (aún restando una segunda vuelta en la mayoría de éstas) estuvo lejos de transformarse en la debacle a que apostaba la oposición para el oficialismo. Era un dato conocido de la causa que la suma de las derechas superaría la de la lista de las izquierdas y la DC, con voto obligatorio y en un contexto político social más que complejo, considerando los desafíos mayores en materia de seguridad y el candente escándalo del exsubsecretario Monsalve desatado en los días previos a la votación.
En la otra vereda, Chile Vamos superó holgadamente la pretensión republicana, con beneficios principales para RN, alivio para la complicada UDI por escándalos varios, beneficiando finalmente la adelantada opción presidencial de Evelyn Matthei en desmedro del aún insistente José Antonio Kast.
Así, cual más, cual menos, prácticamente todos los partidos y coaliciones tuvieron buenas razones para celebrar. Y otras tantas para lamentar. En especial, Chile Vamos, que logró elegir 836 concejales (un poco menos que el oficialismo, que eligió 942), recuperando la emblemática comuna de Santiago, con un contundente triunfo de Mario Desbordes sobre la actual alcaldesa comunista Hirací Hassler y la de Ñuñoa en una muy estrecha victoria de Sebastián Sichel sobre la frenteamplista Emilia Ríos. El principal dolor, al decir del propio presidente de RN fue la derrota de Karla Rubilar en Puente Alto, para no mencionar la derrota de Marcela Cubillos en la comuna de Las Condes, afectada por la filtración de su millonario sueldo en la Universidad San Sebastián.
En el Frente Amplio se celebraron algunos triunfos emblemáticos como los de Maipú y Viña del Mar y lamentaron derrotas varias. La DC puede afirmar que sorteó con solvencia la dura prueba de probar su vigencia política, superando con creces la votación alcanzada por su disidencia reunida entre Amarillos y Demócratas, eligiendo una respetable cantidad de alcaldes y concejales, con dos de sus militantes pasando a segunda vuelta en gobernadores regionales. Por su parte el PR mas independientes (en verdad, mas independientes que militantes), lograron sus respetables metas en alcaldes y concejales. En sumas gruesas el pacto que unía al socialismo democrático mas la DC, alcanzó un buen resultado a nivel de alcaldes y concejales (536), que se comparan muy favorablemente con los 250 concejales elegidos por Apruebo Dignidad y los 156 elegidos por radicales e independientes, mientras el PC pudo sostener el polémico municipio de Recoleta, con lamentados fracasos en otros, que resuenan en el debate interno de su congreso partidario en curso.
La segunda vuelta en la elección de gobernadores
Pero la elección municipal ya es pasado. Toda la atención está puesta en la segunda vuelta de la elección de gobernadores regionales, que la oposición busca presentar como un verdadero plebiscito acerca de la gestión gubernamental, desconociendo alginas singularidades locales. Efectivamente, esta segunda vuelta adquiere mayores ribetes políticos que la elección municipal, toda vez que es una elección binaria, que enfrente a los candidatos oficialistas, con Chile Vamos unido a republicanos y el conjunto de la oposición, con el objetivo de derrotar al gobierno y recuperar el poder. Puede ser que en algunas regiones, como la metropolitana o la quinta tenga mayor peso el juicio al actual gobierno, o las aristas del caso Monsalve, pero obliga a los votantes, en su inmensa mayoría independientes a poner en la balanza el propio desempeño de la oposición en estos dos primeros años de gobierno (con seis fallidas acusaciones constitucionales, 29 alcaldes de derecha involucrados en temas de corrupción, además de las esquirlas del caso Audios, que no tan sólo comprometen al abogado Luis Hermosilla, los hermanos Sauer o Jalaff, sino también alcanzan al exministro Andrés Chadwick, al ex fiscal Manuel Guerra, al exministro Felipe Ward y los controladores del grupo Penta, sin descartar que puedan aparecer otros personajes vinculados a la política o el poder judicial).
En cuatro regiones la elección de gobernadores se resolvió en primera vuelta, con el triunfo del socialista Oscar Crisostomo en la región del Maule y el también militante socialista Luis Cuvertino en la región de los Ríos, además de la victoria del militante de la UDI en Aysén y del independiente pro-PR Jorge Flies en Magallanes. En dos regiones, la segunda vuelta la protagonizaran aliados políticos, asegurando un cupo para cada sector. En Antofagasta se enfrentarán el independiente Ricardo Díaz y la militante del partido radical, Marcela Hernando. Por su parte, en la región de Los Lagos, el candidato de Renovación Nacional deberá enfrentar a la candidata republicana Claudia Reyes.
Orrego vs Orrego
En el resto de las regiones, la segunda vuelta aparece como muy competitiva. En teoría, la suma de votantes de Chile Vamos, republicanos, socialcristianos, partido de la gente, Amarillos y Demócratas, debiera traducirse en un triunfo de la oposición en la mayoría de las regiones en disputa. Pero la aritmética no siempre conjuga con la política. Mucho dependerá de los propios candidatos. En especial, en aquellas regiones en donde superaron a sus contendores por diez puntos o más. Como sucede en la región metropolitana, en donde Claudio Orrego alcanzó el 39 % de los votos, contra el 28 % alcanzado por Francisco Orrego. O en la quinta región en donde el actual gobernador, Rodrigo Mundaca, superó a María José Hoffman por 12 puntos. Y pudieran añadirse la Araucanía, en donde Rene Saffirio, como independiente, superó por casi diez puntos a la candidata de oposición, Luciana Rivas. O la secta región, en donde el socialista Pablo Silva alcanzó el 32 %, contra el 22 % logrado por Fernando Ugarte.
Pero, en definitiva, esta segunda vuelta la definirá la inmensa mayoría de independientes, incluidos aquellos que en primera ronda optaran por votar en blanco o nulo, que no tienen identificación política y que, entre muchos otros factores, juzgarán la trayectoria política de los candidatos, su gestión, en el caso de los incumbentes y lo que estimen es mejor para su región. Sin importar demasiado su color político y la cercanía o lejanía con el actual gobierno. Sobre todo, en el caso de los candidatos independientes, como Saffirio, el propio Claudio Orrego o Rodrigo Mundaca, que no se identifican con algún partido del oficialismo.
Proyecciones presidenciales
Tradicionalmente, las elecciones municipales anticipan los resultados de la elección presidencial siguiente. A juzgar por los resultados, ello permitiría predecir el triunfo de Evelyn Matthei, hija de un integrante de la Junta militar, ex integrante de la llamada “patrulla juvenil”, encabezada por Sebastián Piñera y Andrés Allamand, que renunciara a RN a propósito de caso Kioto (la grabación de conversaciones telefónicas que aludían a su persona), militó en la UDI, partido al que renunciara para proclamarse como independiente. Fue candidata presidencial y perdió frente a Michelle Bachelet, para transformarse en alcaldesa de la comuna de Providencia. Pero aún deberá sortear varios obstáculos para transformarse en la candidata de Chile Vamos. Sin descartar que pueda enfrentar una primaria con el actual alcalde de la Florida, o el propio senador Manuel José Ossandón. Y es del todo evidente que deberá enfrentar al líder de los republicanos, José Antonio Kast, en primera vuelta. Y aún deberá derrotar al candidato o candidata que necesariamente deberá levantar el oficialismo.
La gran interrogante no tan sólo es la identidad del candidato o candidata que levantará el oficialismo, sino también la forma en que será designado. Es más que evidente que no existe una figura que genere consenso en la variopinta coalición oficialista y menos en el ancho mundo del progresismo, incluida la DC, que podría optar por llevar su propio candidato (a) a primera vuelta, con el evidente riesgo de que el oficialismo quede fuera de la segunda ronda. Tomás Vodanovic, el alcalde más votado en la reciente elección, ha reiterado, hasta la saciedad que no es candidato a la presidencia. Al igual que la expresidenta Michelle Bachelet, insistentemente mencionada como candidata a la secretaria general de Naciones Unidas, ahora con menos opciones con el reciente triunfo de Trump en la elección presidencial de USA. Se mantiene la interrogante acerca de una posible postulación a la presidencia de la ministra Carolina Tohá, en contra de quién se ha montado una verdadera operación de cancelación por parte de la oposición, demandando su salida del gabinete y amenazada con una nueva acusación constitucional por parte del partido republicano (que no tiene visos de prosperar). Es del todo evidente que en oficialismo no tan sólo existe un vacío de liderazgo, sino también de un proyecto de futuro que pueda aunar voluntades del conjunto del progresismo. Desde la DC al PC.
Los desafíos del gobierno en sus últimos 500 días de mandato
Contrariando todas las presiones de la derecha por un cambio de gabinete, que apuntaban a la salida de la ministra del Interior y de la mujer, el presidente, junto con respaldarlas, afirmó tajantemente que no habría cambio de equipo ministerial (sí en el caso de subsecretarios como ocurrió el reciente miércoles 6). La decisión del mandatario generó algunos reparos al interior del propio oficialismo, con motivaciones diversas, como aspiraciones de cupos partidarios tras los ajustes recientes postescándalo Monsalve.
Sin embargo, el presidente ha tomado una decisión que tanto el oficialismo como la oposición no pueden menos que acatar, por más criticas o reparos que les merezca. Lo verdaderamente relevante es la definición de la nueva hoja de ruta para el año y medio que resta de mandato. El IMACEC del mes de octubre que tanto decepcionó al ministro de Hacienada, no tan sólo obliga a poner la atención sobre la marcha de la economía y la forma como dinamizarla, sino también a recortar gastos, como lo ha anunciado Mario Marcel, y revisar a la baja los ingresos y gastos fiscales del año próximo. En materia de seguridad ciudadana, es más que evidente que el caso Monsalve entraba la discusión sobre el ministerio de seguridad pública que se debate en el congreso, pese a lo cual, existe un interés compartido entre el gobierno y la oposición para sacar adelante los temas pendientes sobre la materia. Por su parte, la ministra del trabajo ha manifestado su esperanza de despachar el proyecto de reforma del sistema previsional antes del cierre del actual período legislativo. Más complejo es el proyecto de reforma del sistema político en que han venido trabajando algunos expertos tanto de gobierno como de oposición, que bien puede tener apoyos y resistencias transversales, según el peso especifico de cada partido. Finalmente, pero no menos importante, es el tema de la reforma a la salud. Uno de los temas más complejos que deberá enfrentar el gobierno, que cobra renovada urgencia por la crisis financiera por la que atraviesan la mayoría de los hospitales públicos.
En fin, una agenda cargada de desafíos, en un periodo marcado por la segunda vuelta en las elecciones de gobernadores regionales y que marcará el inicio de la carrera presidencial y parlamentaria del año próximo, con nuevas esquirlas del llamado caso audios, que comprometen al fiscal nacional y algunos otros fiscales, así como a grupos empresariales (como el grupo Penta). Además del caso Monsalve, en el cual se espera una inminente formalización del exsubsecretario y la comisión investigadora de la cámara, que busca establecer presuntas responsabilidades políticas de autoridades de gobierno por el manejo del caso. Sin duda, un ambiente tóxico, en donde el gobierno busca fijar su legado, con una oposición con la mirada puesta en la recuperación del poder y un oficialismo desafiado a levantar una alternativa viable y competitiva para proyectarse a futuro.
La reciente reelección de Donald Trump (más bien holgada y no estrecha, como predecían las encuestas), no contribuye a mejorar el clima de polarización que vive el país, potenciando la ola ultraderechista que recorre el planeta (José Antonio Kast fue el primero en celebrarlo en Chile). Y bien puede implicar nuevas restricciones para el intercambio comercial o el fin de la visa Waiver.
Ciertamente no sería Chile uno de las más afectados por el retorno al poder de Donald Trump, formalizado por múltiples delitos. Hay que pensar en Cuba, que vive una crisis muy severa. El propio régimen venezolano, los inmigrantes ilegales en Estados Unidos, que enfrentan la amenaza de masivas deportaciones. Lo único que cabe esperar es que Trump cumpla su osada promesa de terminar la guerra en Ucrania y Gaza en menos de 24 horas, como afirmara durante su campaña. ¿Lo hará como presidente electo?