Se miente y se niega todo en miras de una lealtad que se califica de absoluta. “Somos leales”. (A nosotros mismos). Por otro lado, personalismos extremos. Protegidos en su “Black Bag”. En su interior lo que nunca se dice y se niega todo. Secretos que nunca deben ser develados. Es el código negro de la bolsa oscura (a veces corrupta) y sin esperanza.
Sólo cálculos de la batalla incesante por el poder político. Es decir, la nada vacía representada por la ficción de los números. Comercio político. Sólo máquinas políticas y políticos robots sin alma. Habitan en los celulares y las redes digitales. En la política cuántica digital. Donde la trayectoria ideológica no es capaz de anticipar la posición y coherencia de los políticos en sus comportamientos y decisiones. O los hechos, o su comportamiento histórico en la “fronda parlamentaria”. Nunca uno permite fijar al otro. No hay eventos seguros, no hay causalidad. Sólo probabilidades y comportamientos aleatorios regidos por las pasiones y sentimientos humanos con cálculos espurios. Sólo un “muro entrópico”.
Comienza una nueva era. Pedazos de memoria en un torbellino. Una nueva civilización al imperio de la tecno carne y del racionalismo sórdido. Faros del fin del mundo que proclaman impotentes la muerte de Dios como una “fake news”. Sólo la intuición y la experiencia subjetiva de la conciencia con manotazos de fe ciega iluminan la oscuridad del misterio humano. Para volver a ocultarlo. La religión y la fe son capaces de desgarrar la realidad del espíritu (oscuro) con bellas cicatrices poéticas que no dejan nunca de sangrar. Los tatuajes no deben sangrar. El arte de la carne y la piel, sólo rozan el espíritu. El resto es carnicería. Tatoo: “Nacidos para morir”.
Degradación de la institucionalidad. Más de 200 precandidatos independientes. No avanza ley de los mínimos partidarios. Ni menos la que combate el amiguismo familiar ni la endogamia política. Cuoteo en el nuevo Ministerio. El poder sólo se transforma. Se auto organiza. Se defiende con dientes y uñas largas y pintadas de color rojo y negro. Degradación de la cultura. Casi cadena nacional de TV para el funeral de la alegre cumbia chilena. Degradación del espacio público. Invasión del comercio ilegal y la violencia en los interiores del metro y sus vagones. Peleas por micro territorios. Se preparan salchichas y pagan por matar. Delincuentes convertidos en santos. Degradación de un país “viejo y oxidado”. Tatoo: “Nacidos para perder”. Comida para las termitas.

Ya comenzó un nuevo Chile con menos chilenos más viejos y migrantes (1.000.000). Espejo roto de una nueva era en el mundo. La de los “Zoomers” y los Alfa en una nación de cuatro territorios. La del Norte, que mira al universo, fronteriza, minera, migrante, antofagastina y calameña. La Metropolitana multi territorial y delincuencial, tierra del progreso, los negocios, la tecnología y el crecimiento, de la clase rica, la media no media, la pobreza y los campamentos donde se vive sin vivir. la del Sur de la Araucanía con su pobreza y violencias sectoriales, y cuarta, la del Fin del Mundo y fronteriza. Todas cruzadas por el narcotráfico, severas desigualdades y la religión. Concebidos y nacidos para vivir. En el nuevo Chile de la esperanza y la justicia.
De una nueva humanidad