Crematorio.

por Jorge Ragal

Mis blancos huesos se harán polvo

como aquella semilla de la creación.

Mi cabeza ya no seguirá pensando

en un futuro esplendor.

Mis nervios finalmente se van a relajar

luego de tantos crímenes y castigos.

Mi sangre se evaporará como el vino

que alegraba las noches de invierno.

Mis ojos ya no podrán admirar

la belleza de un gesto amoroso.

Mis oídos quedarán sordos ante el clamor

de los jóvenes poetas.

Mi corazón que solía arder con gran pasión

dejará de latir junto a los vuestros.

También te puede interesar

Deja un comentario