Recientemente con motivo de la inflación analicé el debate entre los economistas convencidos de que se trataba de un fenómeno transitorio y pasajero y los que creían que será uno más complejo y duradero. Ahora que sabemos el resultado, la discusión se trasladó a si será una inflación de tasas relativamente bajas o más altas e incluso, en la jerga de los economistas, si serían de dos dígitos, es decir del 10% para arriba. Históricamente, como apunta el Banco de Pagos Internacional (BIS por sus siglas en inglés), las fases prolongadas de alta inflación han sido relativamente raras como la Gran Inflación de la década de 1970 y que, generalmente, altas tasas de inflación también han seguido típicamente a las guerras.
Sin embargo, en plena discusión, Eurostat adelantó la inflación en el Área del Euro para septiembre, estimando una tasa anualizada del 10%, es decir de dos dígitos, al subir desde el 9,1% alcanzado en agosto de este año. Así, en la Liga de Naciones de la UEFA de la inflación están, entre los equipos tradicionales, en primer lugar los Países Bajos con una inflación alta del 17,1%, seguidos de Bélgica con 12%, Austria 11% y Alemania con 10,9%. Los demás antiguos miembros están bordeando el 10%, destacando Francia con la inflación más baja del 6,2%, mientras que los nuevos socios, como Lituania y Estonia, están con inflaciones arriba del 20% tendiendo a compararse con los países latinoamericanos.
Los datos de Eurostat señalan que a septiembre los precios de la energía subieron un 40,6% y el de los alimentos un 11,8%, de tal manera que, si excluyen energía y alimentos, la inflación fue solo de 4,8%.
El Banco Central Europeo (BCE), en contra ruta al Fed de EEUU, se resistió a subir su tasa de interés hasta julio cuando la incrementó de un 0% a un 0,5% y después, en septiembre, la impulsó al 1,25%. Las opiniones de los economistas siguen enconadas puesto que señalan que el BCE debería haber subido mucho antes la tasa de interés y en forma más agresiva, aunque estadísticamente se observa la fuerte incidencia de los combustibles y alimentos en la alta inflación.
Una vez admitida la alta inflación, actualmente el debate entre los economistas se centra en si habrá un aterrizaje duro o un aterrizaje suave.
Para Stephen Roach de Project Syndicate, la Fed cree que puede lograr un «aterrizaje suave«, es decir, que la inflación regrese a niveles más benignos sin una recesión. Por lo tanto, la discusión en realidad es si ocurrirá una recesión o no, lo que significa trasladar el debate a los pronósticos de los economistas sobre la probabilidad estadística de la ocurrencia de una recesión en EEUU.
Según Bloomberg en Línea, el consenso de los economistas subió la probabilidad de recesión de un 40% en agosto a un 50% en septiembre mientras que, según JP Morgan Chase, las probabilidades de recesión en EEUU aumentaron del 51% en agosto al 92% en septiembre según la caída en la bolsa de valores del Standard and Poor’s y del 84% al 96% si se toma en cuenta la caída de los precios de los metales básicos.
En cambio, la OECD, en su Economic Outlook de septiembre, alerta que la economía mundial se está desacelerando más rápidamente que lo anticipado y estima que en 2023 EEUU crecería apenas un 0,5% y Alemania entraría en recesión con un crecimiento negativo de 0,5%. Debido al endurecimiento monetario por parte de la mayoría de los principales bancos centrales, proyecta que la inflación alcanzará su punto máximo en el trimestre actual en la mayoría de las principales economías, y disminuirá en el cuarto trimestre y a lo largo de 2023 en la mayoría de los países del G20 aunque, de todas maneras, la inflación anual se mantendrá muy por encima de los objetivos de los bancos centrales en casi todos los países.
Lo que parece evidente es que el aterrizaje difícilmente será suave, si además parte de las perturbaciones son provocadas por el propio piloto y, que es poco probable que la inflación vuelva a sus tasas bajas del pasado por un buen tiempo, por lo que sería recomendable que, sobre todo los países europeos se preocupen más por parar la guerra en lugar de avivarla, ya que es la gente común la que en realidad está pagando su verdadero precio.
Por Gabriel Loza T.
Ex Presidente Banco Central de Bolivia.
2 comments
Una mirada internacional actualizada y completa. Preocupante escenario que no se toma en cuenta por los líderes mundiales que ahorcan a la población.
Excelente la edicion digital de mi artículo, les quedo muy agradecido de un trabajo muy profesional