El gesto de Tohá

por Antonio Ostornol

Pensaba iniciar este nuevo período de páginas marcadas, escribiendo sobre algunos libros que me acompañaron durante este verano. Sin embargo, hace algunas horas conocí la noticia de que Carolina Tohá, nuestra ministra del interior, y según anunció horas después, iniciaría su candidatura a la presidencia de la República. Me parece una noticia importante y esperanzadora y quiero marcar esta página. Desde hace varios años que sigo sus opiniones sobre la política nacional y, por supuesto, he seguido su accionar como ministra. En todo momento, me ha quedado la impresión de que es lo más parecido que podemos encontrar en el escenario nacional y de la centroizquierda, a una dirigente moderna, estudiosa, inteligente, pragmática y de una consecuencia a toda prueba. Su gesto de hoy lo corrobora. 

Los politólogos y opinantes varios de la escena chilena, tienden a establecer ciertas verdades que parecen definitivas. Hemos escuchado una y otra vez que Bachelet es mejor candidata que Tohá, que es la que puede unir a la izquierda y la centroizquierda y dar la pelea a Matthei. Lo más probable es que esta certeza es cierta. La capacidad, el compromiso y el liderazgo de Bachelet ya ha sido demostrado en su más alto nivel, en dos oportunidades a nivel nacional. Además, ha ocupado lugares preeminentes en la dirigencia mundial, que nos deben llenar de orgullo a los chilenos. Pero desde mi perspectiva, la capacidad competitiva de una persona, su presencia en las encuestas, no es la única condición para elegir una candidata (¿se acuerdan del síndrome Guillier?). Hay otras variables que es necesario tomar en cuenta.  Y esas son las que me hacen ponerme contento con la decisión de Carolina Tohá y declarar que, sin duda, es mi candidata. Y si soy riguroso, es algo que yo había deseado, incluso públicamente, hace mucho tiempo.

Para mí, las razones son varias. En primer lugar, su historia. Su compromiso con la lucha por los derechos de las personas, por la justicia social, por el futuro de Chile, es incuestionable. Su confrontación a la dictadura, cuando esta estaba con todo el poder y actuaba con impunidad, habla de su valentía y consecuencia, del mismo modo en que se situó en la primera fila en la lucha por recuperar la democracia, donde jugó un rol relevante en la campaña del NO y fue protagonista de la transición democrática. Luego, en lo institucional, ocupó diversos cargos en el estado (subsecretarías, ministerios, alcaldías, parlamento). La política es parte de su vocación y de su biografía.

En el ejercicio de su vocación, se ha ubicado siempre como una lideresa con un marcado carácter dialogante, que ha preferido llegar a acuerdos y avanzar algo, a buscar el máximo para no conseguir nada o, lo que sería peor, perder. El ejercicio que ha realizado como ministra del interior del actual gobierno, habla de la efectividad de la mirada que propuso al Presidente cuando se hizo cargo de una tarea caliente, la seguridad del país, a días de una de las peores derrotas de la izquierda en la historia reciente. En dos años logró dos cosas: una, reposicionar al progresismo como un sector capaz de ofrecer seguridad en serio (sin demagogia ni mentiras) a los chilenos, sin complejos ideológicos añejos, y con una clara capacidad de diálogo y ejecución. He escuchado a personeros de la derecha que buscan apropiarse como actores principales de las políticas y leyes de seguridad que se han implementado y aprobado en estos últimos años, minimizando el rol de la exministra. 

Pero esa no es la realidad. Si Carolina Tohá, con el respaldo del Presidente de la República, no hubiese puesto todo su talento, capacidad y convicción políticos al servicio de la seguridad, no hubiese podido conducir el plan nacional de seguridad que, mal que les pese a los agoreros de la tragedia, ha sido exitoso, serio y confiable, que no ofrece soluciones mágicas –que no existen- pero diseña políticas de estado para enfrentar problemas que son del siglo XXI. Y a esto podemos sumarle su rol protagónico en la conducción política del gobierno. Logró que el ejecutivo y los partidos de la coalición oficialista pudiesen avanzar en temas extraordinariamente relevantes en materia laboral, económica, social y política (salario mínimo, pensiones, crisis de la salud, por mencionar algunas), bajo el lema del trabajo en equipo que simbólicamente se expresó en el abrazo múltiple de despedida que le brindó el gabinete.

Esta impresión positiva que tengo del liderazgo de Carolina Tohá se evidencia en su primer discurso de “campaña”. En pocas palabras delineó una ruta programática que, desde lo que veo en nuestro país, me hace pleno sentido. Su convocatoria a constituir una candidatura que busque la mayoría para lograr un gobierno que tenga un proyecto nacional, que genere cohesión social, ofrezca progreso y seguridad para las personas en todos los ámbitos (personal, ciudadano, social, cultural y económico) es pertinente a nuestras exigencias. Estos titulares no son baladíes. Contienen definiciones y aprendizajes muy profundos respecto de nuestra propia historia y de los desafíos contemporáneos. En un mundo polarizado como el actual, con democracias asediadas por los autoritarismos de todo tipo, viviendo la más descarada e impune imposición de la fuerza y el chantaje como formas de la política, todos fenómenos de los cuales hemos sido víctimas en distintos momentos de nuestra historia reciente, una propuesta que privilegie el interés nacional, que proponga el diálogo como la forma de gobernar, que se oriente hacia el progreso y la seguridad en todos los ámbitos, con profundo respeto por la diversidad pero con plena conciencia del rol y fortalecimiento de la autoridad, me parece una de las mejores respuestas del progresismo a los desafíos de hoy.

Hay, además, un último aspecto que incluye una preocupación. Sin duda, una condición de viabilidad política de este proyecto es que aglutine al socialismo democrático y convoque a una alianza más amplia a través de un proceso de primarias. Sin Bachelet en la agenda, con la decisión de abrir liderazgos hacia el futuro, la responsabilidad del PS y el PPD es confluir a una candidatura común. ¿Quién es esa persona? En mi opinión, Carolina Tohá, porque representa la esencia del mundo al cual pertenecen históricamente estos dos partidos y tiene las virtudes que he comentado antes, y propone un proyecto que mira hacia adelante y hacia un horizonte más largo. Lo que sería incomprensible, es que se levantaran dos candidaturas.

También te puede interesar

4 comments

Juan Pablo Egaña marzo 7, 2025 - 4:12 pm

Excelente texto.

Reply
denise chaigneau marzo 7, 2025 - 7:43 pm

muy buen análisis de lo que se requiere como liderazgo de la buena política de la centro izquierda ,Tohá da muestra de estatura política con creces , un aplauso pal Toño

Reply
Jose Luis Lobato Collado marzo 7, 2025 - 10:24 pm

Aplausos, como siempre bien pensado y bien dicho.

Reply
Federico Gana Johnson marzo 7, 2025 - 11:38 pm

Gracias Antonio, has puesto el acento sobre todas las íes que convergen a este punto. Lo que escribes es para sacarle fotocopias y llevarlas a los partidos de toda la izquierda y a otros también. ¡Cómo hacer para que mucha gente lea lo que expresas!

Reply

Deja un comentario