El próximo 06 de agosto el Teatro Nescafé de las Artes, TNA, cumplirá 15 años de vida. Durante esos años han asistido cerca de cinco millones de espectadores, lo que bien podría ser un récord nacional, merecedor de un título a la belleza del sueño cultural de un país.
El Nescafé de las Artes es poseedor de esa vieja modalidad de cambiar el mundo desde el dolor y la alegría, escribiendo funciones imborrables, cantando, poniendo en escena a miles de personajes, haciendo del escenario un lago de los cisnes y una fiesta infinita de conciertos, actrices, pianistas y cantantes. Creando un espacio para los artistas y trabajadores de las Artes en Chile.
La historia del este teatro solo se explica como una historia de amor.
De un mago – Alfredo Saint Jean-, que viene convirtiendo el plomo en canciones y eventos musicales desde los sesenta. El mismo, que el 12 de marzo de 1990, fue capaz de extender -izar en vuelo sobre la cancha del Estadio Nacional- la bandera chilena más grande en homenaje del rescate de la democracia, en un recinto que tenía abierta todavía las cicatrices del golpe cívico-militar. El responsable de abrir los escenarios a artistas de la talla de Sabina, Joan Manuel Serrat y tantos otros.
Alfredo Saint Jean, el premio nacional “Pablo Neruda” por su extensa y reconocida labor en las Artes y la Cultura, fue su primer director del TNA por los cinco años iniciales. A su lado, como sucedía ya hace tiempo, estaba su compañera, Irene González Peña, quien fue la primera que programó una a una las funciones. La misma que lo mirada cuando recibía el reconocimiento de parte de la presidenta Bachelet…“no había chispa tan roja / ni ojos tan pájaros / entre todas nuestras miradas / como la mirada de la enamorada”.
El Teatro de Irene
Los últimos 10 años, Irene González ha sostenido el sueño inaugural de la cultura en el teatro de la calle Manuel Montt. Al igual que sus colegas mujeres, que gobiernan los teatros capitalinos, reivindica la presencia femenina en el devenir de las salas de espectáculos.
Irene es periodista y licenciada en Literatura, además, de traductora en tres idiomas. No obstante, su título más importante es ser doctor honoris causa, amante de las artes. Y aquí está la clave de su éxito.
Y eso explica que una musa puede ser perfectamente una maga para cambiar el mundo… “nadie era capaz de tener cara / como su rostro encendido / de estar en el aire suspendida / como virgen como imaginamos las santas”.
Su amor a la gracia de iluminar los escenarios es una tarea dura y cotidiana. Irene es creativa, obligatoriamente. Distinta y exigente hasta el mínimo detalle. De vivir cada función como si fuera la última. Como si fuera la primera. De iniciados y candidatos. De artistas en el pedestal del éxito y de los otros, del estreno y de la primera vez. De apostar por los jóvenes y los innovadores. De rescatar la tradición y vivir el riesgo de jugársela en la próxima función. Y así hasta hacer más de 330 funciones como mínimo en el año. Una directora que siempre sonríe.
El Teatro Nescafé de las Artes reúne la locura de programar ballet, obras de teatro, declararse la capital del jazz, de trasmitir la ópera desde el mismísimo Metropolitan de New York y el Teatro de Londres. Es la institución que mantiene y desarrolla, la única compañía privada de danza de Chile. Artistas como el talentoso Roberto Bravo y el comediante Coco Legrand, solo por dar un par de ejemplos, han sentido como su casa el espacio del teatro de la comuna de Providencia.
El TNA es un espiral de la creatividad y el ingenio de los creadores y las creadoras de las artes. Es un ejemplo único en el mundo.
Además, posee una Comunidad de las Artes con 300 mil socios. Increíble.
El teatro, en su octavo aniversario, recibió el reconocimiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Igualmente, ha recibido la distinción de la UNESCO y también de la Cámara de Comercio.
Sin embargo, el premio mayor, cotidiano, lo da el público con su aplauso. Muchas veces lo hace de pie. Tantas veces agradecidos, lo hacen con vítores de amantes del arte.
Un modelo para construir una política cultural
El ejemplo del Teatro Nescafé de las Artes pertenece a la tercera vía para abrir el camino de construir un Estado Cultural en Chile.
Junto a la necesidad de canalizar la actividad y progreso de las organizaciones de los y las Trabajadoras de la Cultura y de potenciar iniciativas, primordialmente, en torno a los Territorios, la política cultural chilena no ha podido y ha postergado el fundar un programa que canalice el mundo de los emprendedores, los dueños de teatros, escuelas de teatro y cine, las productoras audiovisuales, los y las galeristas, las editoriales, entre miles de pequeños y medianos empresarios culturales.
La apuesta de la empresa Nestlé y su producto Nescafé ha apostado de manera generosa a levantar este sueño cultural y ya es parte de la historia del teatro que lleva su nombre. Consta, que su auspicio, durante estos 15 años, solo les han dado alas a todas las iniciativas del teatro, en un gesto de libertad y compromiso real con las artes. Un ejemplo a tener en cuenta.
El Teatro de Irene y Alfredo es una historia de amor que invita a soñar un Estado Cultural en un país que necesita derrotar la discordia y polarización.
“No había rayo tan luz / como la luz de la mañana / así fuera la tarde / y hubiese cien doscientos en la sala / como ella lo miraba”.
¡La función debe continuar! ¡Qué sean cinco mil más!
4 comments
Qué hermoso reconocímiento a una maravillosa tarea. Desearles que lo logrado hasta ahora siga por el camino ya trazado. Un gran abrazo a los dos. Felicitaciones.
Gracias, Felipe de la Parra. Qué hermosa manera de refrescarnos la memoria y mostrarnos historias desconocidas, con un estilo lleno de humanidad.
Buena Felipe…. tu pasión por el teatro se expande
Brillante e indispensable texto, que se nota que sale del alma buscadora de las cosas que realmente mejoran la existencia! Gracias Felipe querido, por la información misma y por el corazón que pones a cada letra, despertando el interés y abriendo los ojos de los lectores hasta la última coma!