Debilidades humanas. Un subsecretario eficiente en el manejo de la violencia cae víctima de una acusación ¿oscura de intenciones? en curso, que se intuye estalló llena de pasiones y deseos. Se olvidó lastimosamente que desear (el deseo) acarrea más placer que consumarlo. De esta manera no desaparece. En el amor verdadero no caben la dominación y el poder. Es gratuito y se regala. Lo político judicial se negocia y combate estratégicamente:
Fuera del país hay conexión por WA. “Ataca siempre. Niega todo. Presenta una demanda. En las derrotas, afirma una victoria. Siempre ganas. Donde el bien y mal no existen. La moral solo es una construcción cultural”. Donald Trump, en un mundo que sabemos que existe, pero que no queremos ser (ni ver).
Del “estallido social”, a nuestro “estallido institucional”. Cambios ministeriales. Caen un ministro y una ministra de la Corte Suprema. Veredicto con paridad de género. Algunos se salvaron en la cocina oscura del poder. La elite jadea intranquila y temerosa. Lo que se siempre se afirmó para permitir que no cambiara, persiste develado. Discurso vacío de los revolucionarios liberales “descafeinados”: “Hay que hacer cambios” (para mantener el poder). Lo exactamente verdadero, si (no) es lo mismo exactitud y verdad, (como mal lo maneja el presidente en sus declaraciones recientes), es qué desde hace décadas, el poder judicial ya no es, ni ha sido autónomo. La Corte Suprema tampoco. Hoy se hace público. Favoritismos y desigualdad corrupta. Crisis institucional necesaria.
La empresaria psicóloga presidente de ICARE, estima certeramente que “ninguna de las demandas sociales que originaron la crisis del 2019 ha sido resuelta”, por lo que hay “que crecer económicamente”. Respecto de si hubo (y hay) un cuestionamiento al modelo económico neoliberal, su opinión es pobre y manida: “Para nada, al contrario”. El modelo es como una ¿fiesta? a la que por fin se logra entrar. No ve la multitud de empleados mal pagados que permiten su fiesta que ojalá sea eterna. Ni menos la pobreza a su alrededor. “La gente quiere ser parte de ella, pero te das cuenta qué hay un salón VIP. La gente quiere que haya más igualdad a los beneficios del modelo (…) me cuesta creer que a la gente se le pasó la rabia”. Cierto. Rabia y agobio. Resentimiento y frustración. Plena indiferencia de la elite a las desigualdades profundas llenas de mundos des iguales y verdades diferentes.
Mientras, el director del CEP, economista y filósofo, afirma con tufillo triunfalista que “somos mucho más liberales después de los efectos del estallido”. Que no hubo tumba del neoliberalismo. Somos en cambio “la cama del neoliberalismo”. Pero de los moribundos. Un lugar de consumo, sexo y pesadillas. Donde comer, beber y morir son buenas costumbres. Un sueño neoliberal placentero del que ¿“es demasiado tarde para despertar”? Salvo con una necesaria implosión política institucional.
Termino con una cita extensa de Zizek: “En nuestra era de la “post política” (ideológica y metafísica, donde la verdad es lo que uno siente, cree y dice), la políticamente propiamente dicha, es sustituida progresivamente por una administración social experta. Las únicas fuentes legítimas de conflictos (críticos reflexivos), son las tensiones culturales y religiosos. El aumento de la violencia “irracional” (asociada) está estrechamente relacionado con la despolitización de nuestras sociedades”. Donde el bien y el mal no existirían. La moral sería solo una construcción socio cultural.
O nos entregamos una “apatía melancólica en una frenética inactividad”, con “movilizaciones descafeinadas”, o hacemos hoy, “de la crisis nuestra esperanza”. (El autor cita a Bertolt Brecht);
Citas: Slavok Zizek “Demasiado tarde para despertar”, y de la excelente y descarnada película “El aprendiz; Trump”. (Recomendada).