Fanny Mendelssohn Bartholdy. La hermana de Félix

por Cristina Wormull Chiorrini

Creo que pocos desconocen el nombre y la obra de Félix Mendelssohn Bartholdy, pero sin duda, son muchos los que ni siquiera sospechan que su hermana Fanny fue tanto o más talentosa que él, pero silenciada por su padre primero y su hermano más tarde, los que le impidieron publicar sus composiciones o la restringieron a modestas piezas para ser ejecutadas en la intimidad del hogar.

Fanny Cäcilie Mendelssohn Bartholdy nació en Hamburgo, un 14 de noviembre de 1805, en el seno de la acaudalada y refinada familia del banquero y filántropo Abraham Mendelssohn, hijo del prestigioso filósofo Moses Mendelssohn.  Su esposa, Lea Salomon, también procedía de una distinguida familia judía y era una eximia pianista dedicada a su familia, como se acostumbraba en aquella época, que le dio a Fanny sus primeras lecciones de piano. 

Fanny fue la mayor de cuatro hermanos entre los que se encontraba Félix, cuatro años menor que ella. Ambos hermanos fueron educados en Berlín, ciudad a la que se trasladó la familia, en un ambiente culto y elegante y demostraron desde muy pequeños un talento extraordinario para la interpretación y la composición musical que fue creciendo bajo la tutela de profesores como Ludwig Berger y Carl Friedrich. Los estímulos para cada uno de los hermanos fueron diferentes, ya que a Fanny, aunque siendo adolescente había memorizado e interpretaba las fugas y preludios de Bach, su padre la animó a tocar en círculos íntimos y a que la música fuera un ornamento, a Félix se le empujó a componer y ejecutar sus obras y a la vida pública.  Algo muy normal para las mujeres de entonces, que se esperaba vivieran una vida recatada en casa sobre todo aquellas que, como Fanny pertenecían a familias ubicadas en la clase alta de la sociedad. 

Varias de sus obras fueron publicadas bajo el nombre de su hermano en sus colecciones opus 8 y 9.

Abraham, el padre de Fanny, renunció a la religión judía para evitar el antisemitismo de la sociedad alemana de la época, mientras Fanny y sus tres hermanos no recibieron educación religiosa, aunque fueron bautizados como protestantes luteranos. A partir de entonces, la familia asumió el apellido Bartholdy a sugerencia del hermano de Lea, que lo había adquirido en propiedad y era el suyo propio.  Por ello, los hermanos figuraron desde entonces como Mendelssohn Bartholdy.

No puede haber un Mendelssohn cristiano del mismo modo que no puede haber un Confucio judío. Abraham Mendelssohn

Fanny fue tanto o más virtuosa que su hermano, pero tuvo que someterse al machismo de su tiempo, a pesar de que su entorno y, especialmente su padre y su hermano fueron admiradores incondicionales de su talento.   Sólo a partir de 1990, en las postrimerías del siglo XX, algunas prestigiosas firmas de música y estudiosos han comenzado a rescatar la obra de Fanny, reconociendo que muchas de las piezas que se le atribuyen a su hermano Félix son en realidad obras de ella. 

Una y otra vez las mujeres eludieron las ideologías y las prácticas que intentaban excluirlas del mundo de la composición, enfrentándose a ellas y haciéndoles caso omiso.

Y al parecer, todo esto data del hecho que en 1826 o 1827, Felix acordó con Fanny que algunas de sus canciones fueran publicadas bajo su nombre, tres en su colección opus 832 y tres más en su opus 9.33. Este sería el inicio de un camino donde se entreveran las composiciones de ambos hermanos.  Años después, este hecho provocó un momento embarazoso a Félix cuando en 1842, la reina Victoria al recibirlo en el Palacio de Buckingham expresó su intención de cantarle al compositor su canción favorita, Italien y Felix tuvo que confesarle era de su hermana.

En 1829, a los 23 años y luego de un largo noviazgo que se había iniciado a sus 16 años, se casó con el pintor alemán Wilhelm Hensel con quien, al año siguiente tendría a su único hijo, Sebastián Hensel. El marido de Fanny era pintor de la corte y uno excelente, según se comenta, pero carecía por completo de oído para la música, tanto que, cuentan las malas lenguas, cuando participó en el estreno de Son and Stranger de Félix Mendelssohn en una actuación privada en honor del aniversario de plata de sus suegros, a pesar de que le insistieron encarecidamente, no pudo cantar su parte, aunque eran unos pocos compases.  

“Félix, nuestra alma, se va, la segunda mitad de mi vida está ante mí”, Fanny Mendelssohn en sus diarios.

Sin embargo, Wilhem fue un admirador incondicional de su esposa y gracias a su apoyo, Fanny pudo seguir componiendo y organizó un salón cultural que se hizo famoso en Berlín y al que concurrían compositores e intérpretes como Franz Liszt o Clara Schumann, así como científicos de la calidad de Humboldt.  Así, con el apoyo de Wilhelm, Fanny publicó en 1837 una de sus canciones firmada con su nombre y no con el de su hermano como sucedió con la mayoría de sus obras. 

Como señalamos, Fanny compuso y compartió algunas de sus obras con su entorno más íntimo, pero a pesar de ser elogiada por su destreza para tocar el piano, solo una vez tocó en público, en 1838, al año siguiente de publicar su canción y en la ocasión interpretó una pieza de su hermano Félix, el Concierto para Piano Nº.1.

Fanny era una pianista virtuosa y a menudo interpretaba sus propias composiciones y pese a no tocar en público en grandes teatros, organizó conciertos en su casa, que se convirtieron en importantes eventos musicales en Berlín, conocidos como Sonntagsmusiken (músicas de domingo), donde se interpretaban sus obras y las de otros compositores.

Cuentan los anecdotarios que cuando la reina Victoria I de Inglaterra escuchó por primera vez una canción titulada Italien, quedó tan conmovida que quiso felicitar personalmente a su autor, Felix Mendelssohn. Invitado a Buckinghan Palace por la monarca en 1842 para que interpretara la pieza en su honor, debió pasar un momento bastante embarazoso al confesar que dicha canción en verdad la había compuesto su hermana Fanny.

Si bien sabemos que sus composiciones incluyen un trío y un cuarteto para piano, una obertura orquestal, cuatro cantatas, más de 125 piezas para piano y más de 250 lieder, casi todos publicados en forma póstuma, desde 1990 a la fecha, día a día, se siguen encontrando nuevas obras de Fanny y rescatando otras que figuran a nombre de su hermano Félix, como la Sonata de Pascua que fue atribuida incorrectamente a su hermano en 1970, antes de que un nuevo análisis, recién en 2010, corrigió el error.Una parte significativa de su obra son los lieder (canciones para voz y piano). Su colección Das Jahr (El Año), un ciclo de piezas para piano que representan los meses del año, es una de sus obras más destacada.

Fanny publicó solo una vez sus obras antes de su muerte, en 1846: una compilación de canciones y no alcanzó a gozar de su reconocimiento.

 Es bueno precisar aquí, que no hay que culpar a Félix por haber publicado muchas de las obras de su hermana bajo su nombre porque quizás si no lo hubiera hecho, el talento de Fanny no habría sido descubierto ni entonces ni hoy y se habría perdido entre el polvo de las cosas olvidadas.

De hecho, era tal el cariño entre los hermanos que Fanny era la consejera y crítica musical de Félíx y cuando Fanny falleció en mayo de 1847, a causa de una serie de derrames cerebrales, ensayando al piano una obra de su hermano, La noche de Walpurgis, Felix Mendelssohn, aulló de dolor, se desmayó y, a partir de ese día, su salud, que ya era frágil, se deterioró rápidamente y nunca se recuperó de su pérdida. Murió seis meses después, al igual que Fanny, de una serie de derrames cerebrales.   Alcanzó, eso sí, a terminar su última obra, el Cuarteto de cuerda N6 dedicado a Fanny. Ambos hermanos murieron por la misma causa, razón por la cual también habían muerto sus padres y su abuelo Moses. 

Y así, como sus vidas de niños y jóvenes estuvieron unidas, también lo estuvieron sus muertes y aunque sus vidas fueron breves (Fanny tenía 41 años al morir y Félix apenas sobrepasaba los 36), tuvieron el tiempo suficiente para donar al mundo una tremenda obra musical.

Fanny fue enterrada junto a sus padres en una parte del cementerio Dreifaltigkeit, en Berlín, reservada para judíos conversos al cristianismo (Neuchristen). 

Para recordar y honrar a estos dos hermanos, grandes de la música de todos los tiempos, se inauguró en 2018 el Museo Fanny & Felix Mendelssohn, en Hamburgo.

Su obra, representativa del romanticismo alemán, influenció a otros compositores y su historia ha inspirado a muchas mujeres en la música. La lucha de Fanny por ser reconocida como compositora ha contribuido a un mayor reconocimiento de las mujeres en la historia de la música.

Fanny Hensel Mendelssohn fue una compositora y pianista excepcional cuya música y talento están siendo cada vez más apreciados. Su contribución al repertorio romántico y su influencia en la música de su tiempo no pueden ser olvidadas y reivindicar su extraordinaria contribución a la música clásica es imprescindible.

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