Existe un consenso que la economía mundial atraviesa por una pluricrisis caracterizada por los efectos de la pandemia, la guerra ruso-ucraniana, crisis de los alimentos y la volatilidad de los precios del petróleo, la desaceleración económica y el endurecimiento abrupto y simultáneo de las condiciones financieras y crediticias (llámase alzas de tasas de interés), y la guerra israelí-palestina. También existe consenso que ha aumentado la incertidumbre económica y política mundial, pero al final las recomendaciones de las instituciones mundiales como el FMI se centran en mantener altas las tasas de interés hasta retornar al objetivo de baja inflación. Lo mismo que nada.
En economía, existe toda una literatura teórica y empírica sobre del papel de las instituciones en el crecimiento y en el éxito de los países y, sin embargo, cuando se analiza la crisis mundial no se menciona ni se analiza el rol de las instituciones, que mal o bien configuran una arquitectura institucional internacional.
El debilitamiento de la ONU
En el ámbito político, se menciona de refilón el surgimiento en la postguerra de las Naciones Unidas (ONU), que sustituyó a la Liga de las Naciones creada después de la primera guerra mundial en 1919 y que fracasó estrepitosamente precisamente con la segunda guerra mundial, puesto que su misión era impedir las repetición de hechos que dieron origen a la guerra: “aceptar ciertos compromisos de no recurrir a la guerra y observar rigurosamente las prescripciones del derecho internacional” https://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_de_las_Naciones
No fue una sucesión ni modernización institucional, sino que los Estados vencedores optaron por hacer desaparecer la Sociedad de las Naciones y crear una organización internacional enteramente nueva, como fue la ONU en 1945, con la suscripción de la Carta de las Naciones Unidas, como un instrumento de gestión de las relaciones entre los Estados, con el propósito de: “Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz”. https://www.un.org/es/about-us/un-charter/full-text
Si se tuviera que hacer un recuento del cumplimiento de su misión desde 1945 hasta la guerra de Gaza, 78 años, creo sinceramente que se ha aplazado estrepitosamente en los tiempos de la Guerra Fría (Corea, Vietnam, Camboya), después en tiempos de la guerra tibia (Guerra croata-Bosnia, Irak, Afganistán, Libia y Siria) y en los actuales tiempos de la guerra caliente (Rusia-Ucrania, israelí-palestina).
En la Carta de la ONU se menciona la prohibición general del uso de la fuerza, incluyendo la guerra (que es solo una clase del uso de la fuerza). La norma básica se encuentra en el art. 2, pár.4:2: “Los miembros de la organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o independencia política de cualquier Estado”. Lo que parece que actualmente hemos vuelto al Derecho Primitivo, donde el individuo cuyos intereses jurídicamente protegidos han sido violados está autorizado por el orden jurídico a proceder por sí mismo contra el malhechor. Esto se llama autoayuda o justicia por su propia mano. En la base del concepto de autoayuda o de justicia por la propia mano se hallan las raíces de la facultad individual de recurrir a la guerra. AH Campos (2000). Uso de la fuerza en el Derecho Internacional. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es
Es difícil disponer de un índice mundial de guerras y conflictos bélicos, lo actualmente disponible es un mapa de conflictos armados en curso en 2023, son 58, y una tabla comparativa anual conflictos interestatales, intraestatales y no estatales. https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Guerras_y_conflictos_actuales
Lo que se puede concluir es que el sistema multilateral, que se formó a finales de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra debilitado para gestionar enfrentamientos o situaciones potencialmente violentas, donde el derecho a veto inhibe una Asamblea General de Naciones Unidas democrática y con poder de decisión. Las razones de la debilidad son diversas, incluyendo la crisis de hegemonía global de Estados Unidos; el ascenso de China; la complejidad de dinámicas regionales (por ejemplo, en Medio Oriente), que incluyen cuestiones de identidades excluyentes, autoritarismos políticos, radicalismos religiosos violentos, y el resurgimiento del nacionalismo frente al multilateralismo.https://library.fes.de/pdf-files/bueros/la-seguridad/17549.pdf
La gobernanza económica mundial
Joseph Stiglitz, como siempre mirando más lejos, plantea reparar la gobernanza económica global, en un contexto donde Oriente Medio se balancea al borde de un conflicto trascendente, y el resto del mundo sigue fracturándose a lo largo de nuevas líneas económicas y geopolíticas, al señalar: “Rara vez las carencias de los líderes mundiales y de los acuerdos institucionales existentes han sido tan visiblemente obvias. El órgano de gobierno del FMI ni siquiera pudo acordar un comunicado final”. https://www.project-syndicate.org/commentary/global-financial-economic-architecture-needs-an-overhaul-by-joseph-e-stiglitz-2023-10/spanish
Sin embargo, el problema no es solo más recursos para las economías emergentes y en desarrollo para enfrentar la catástrofe climática sino un problema de roles y equilibrios multilaterales de las instituciones que nacieron con el Acuerdo de Bretton Woods y que conforman la arquitectura financiera mundial.
Es muy común criticar a Bretton Woods y hasta la fecha pocas opciones viables se han propuesto, muchas de ellas muy declarativas e incluso ya en la época de Bill Clinton se hablaba de un Bretton Woods II para suceder al sistema monetario internacional que había apuntalado la regulación nacional del capital financiero global desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Según cuenta Jonathan Ira Levy: «Bretton Woods asumió hace 50 años que, pase lo que pase, el problema sería encontrar suficiente dinero para facilitar el comercio y la inversión, no que los flujos de dinero se convertirían en una fuerza mayor de la naturaleza en la economía global«. De ahí que Clinton incluso considerara la posibilidad de crear un nuevo banco central global. https://www.project-syndicate.org/onpoint/evolution-modern-political-power-states-capital-experts-labor-by-jonathan-ira-levy-2023-10
La idea de un banco central global provenía de Keynes que propuso un sistema comercial global que canalizase todas las transacciones a través de una sola entidad, la Unión Internacional de Compensación. Esta institución emitiría una moneda, llamada Bancor, cuyo valor sería dado por el valor de las principales monedas que se incluyesen en una canasta de manera ponderada, muy similar a la canasta de monedas de los Derechos Especiales de Giro (DEGs). Lo notable era que Keynes pretendía evitar los desequilibrios externos derivados de países con altos superávit y países con elevados déficits de tal manera de castigar tanto a los deficitarios con sus programas de ajuste (como hace actualmente el FMI para los países en desarrollo) como a los superavitarios (según Keynes los países con superávit podían ver cómo sus reservas de báncores se confiscaban si no gastaban ese dinero o reducían su desequilibrio comercial). Lo único que hace el FMI es informar anualmente los países con superávit y déficit en balanza de pagos en cuenta corriente con su Informe sobre el Sector Externo y alertar a los países con déficit en cuenta corriente elevados.
https://www.imf.org/en/Publications/ESR/Issues/2023/07/19/2023-external-sector-report
Gráfico 1
Superávit déficit en balanza de pagos en cuenta corriente
En porcentaje del PIB
El FMI concluye que “Los saldos mundiales en cuenta corriente, es decir, el tamaño total de los déficits y superávits generales en cuenta corriente, se ampliaron por tercer año consecutivo en 2022. Los principales impulsores fueron la invasión rusa de Ucrania, la recuperación desigual de la pandemia y el rápido endurecimiento de la política monetaria estadounidense. Al mismo tiempo, el dólar estadounidense se apreció sustancialmente y reapareció el flujo de capital cuesta arriba”.
Decían que Keynes no se daba cuenta que su propuesta iba a ser rechazada por la superpotencia que no quería perder su hegemonía militar y la nueva lógica del poder económico de Estados Unidos basada en la centralidad del dólar. A diferencia de muchos «imperios de recursos» del pasado, los Estados Unidos posteriores a 1980 ya no dependían de las exportaciones de capital y bienes. En cambio, tuvo un déficit comercial con el mundo, financiado por prodigiosas importaciones de capital global. (https://www.project-syndicate.org/onpoint/evolution-modern-political-power-states-capital-experts-labor-by-jonathan-ira-levy-2023-10)
El FMI encuentra que “En las economías de mercados emergentes, una apreciación del dólar estadounidense de 10%, vinculada a las fuerzas del mercado financiero mundial, reduce el producto económico en 1,9% al cabo de un año, y ese lastre persiste durante dos años y medio”. Asimismo, las apreciaciones del dólar de EE.UU. repercuten en la cuenta corriente ampliando los desequilibrios. Sin embargo, lo único que recomienda el FMI es que: “La flexibilidad cambiaria y unas expectativas inflacionarias ancladas pueden aliviar los efectos del fortalecimiento del dólar”. Por tanto, cada país debe arreglarse mientras que la superpotencia muy bien gracias.https://www.imf.org/es/Blogs/Articles/2023/07/19/emerging-market-economies-bear-the-brunt-of-a-stronger-dollar
Por último, en la arquitectura financiera internacional figura el BIS (International Settlelments Bank) o Banco de Pagos Internacionales. Fue creado en 1930 y es propiedad de 63 bancos centrales y su “misión es apoyar la búsqueda de la estabilidad monetaria y financiera por parte de los bancos centrales a través de la cooperación internacional, y actuar como un banco para los bancos centrales”. Adicionalmente señala que “Para llevar a cabo nuestra misión, proporcionamos a los bancos centrales: un foro para el diálogo y la amplia cooperación internacional, una plataforma para la innovación responsable y el intercambio de conocimientos análisis en profundidad y perspectivas sobre cuestiones políticas fundamentales y servicios financieros sólidos y competitivos”. En realidad, no es un banco de bancos centrales sino una institución de cooperación. Así señala. “El BIS proporciona a los bancos centrales y a las autoridades de supervisión financiera un foro para el diálogo y la cooperación, en el que pueden intercambiar libremente información, forjar un entendimiento común y decidir sobre acciones comunes”.https://www.bis.org/about/index.htm?m=2
En síntesis, es una tarea complicada cambiar o reformar el actual desorden político y económico internacional, sobre todo en tiempos de que la superpotencia militar no quiere ceder nada, ni siquiera ser un primos inter pares sino una hyperpuissance – una superpotencia tanto en términos de poder duro como blando, con poder de veto ilimitado.