Verónica Pardo, postulante opositora a Evelyn Matthei en su aspiración de ser reelecta en la alcaldía de Providencia es, paradojalmente, el vaso de agua fría que los más recalcitrantes enemigos de la alcaldesa al interior de la UDI necesitarían para sacarse la piedra en el zapato que amenaza la carrera corrida de Joaquín Lavín como abanderado presidencial del gremialismo.
Nadie la tiene fácil en sus pretensiones presidenciales, hoy las encuestas dan para un barrido y un fregado – incluido el osado Sebastián Sichel y sus amigos de Black and White – y los resultados de las elecciones del 15 y 16 de mayo recién entregarán pistas algo más certeras de cara a esa contienda del próximo 21 de noviembre.
El rostro de Evelyn Matthei en la noche del domingo 16 de mayo anticipará el curso futuro de los ya anticipados y rudos desencuentros con Joaquín Lavín, Javier Macaya y la vocera gremialista María José Hoffman en los días recientes.
La historia de Matthei en la derecha es la de un hueso duro de roer desde sus tiempos juveniles, cuando compartía la convenientemente olvidada patrulla(RN) con Sebastián Piñera. Aquella que se trizó por el cruce de ambiciones tempranas que desnudó brutalmente la grabadora Kioto de Ricardo Claro en 1992, llevando a Evelyn a renunciar al partido por el que había sido electa diputada en 1989. Continuó una triunfal trayectoria electoral como independiente, ingresando en 1999 a la UDI, electa nuevamente en ambas cámaras del parlamento(en un distrito y una circunscripción más que desafiantes para la derecha), hasta que en el 2013 – tras los descalabros en serie de Golborne (cuentas en Islas Vírgenes mediante) y la depresión de Longueira – compitió, yendo al sacrificio, con la muy favorita aspirante presidencial Michelle Bachelet.
Nunca ha sido monedita de oro y de sus tiempos de incondicionalidad con la dictadura prefiere recordar a su padre, entonces comandante en jefe de la FACH (quien estuvo por reconocer el triunfo del No en el Plebiscito de 1988), que su solidaridad algo histérica con Pinochet, detenido en Londres, cuando Evelyn pedía a gritos sabotaje contra productos ingleses y españoles hasta que lo liberaran para regresar a Chile.
Si algo aprendió con el paso de los años y su madurez en el siglo XXI fue recomponer vínculos desde situaciones de poder, como lo hizo el 2011 renunciando a su senaduría por la IV Región (reelecta) para asumir como Ministra del Trabajo del primer gobierno de Piñera, hasta el lanzamiento de su abnegada postulación presidencial de 2013.
De aquella campaña presidencial no guarda buenos recuerdos. Los grandes empresarios no se sintieron llamados a malgastar más de lo prudente en una potencial perdedora y no fueron pocos los malos ratos que pasó la candidata poniendo a prueba los deslenguados chilenismos que han marcado su trayectoria. Así lo habían probado varios parlamentarios de su propio sector, como Marta Isasi(procesada posteriormente por “las platas” de Corpesca), quedando grabado su crudo intercambio de delicadeces con la entonces ministra del Trabajo de visita en Iquique. Algo similar ocurrió con sus respuestas subidas de tono al diputado socialista Osvaldo Andrade.
La que nació chicharra…
Los años continúan pasando y poco queda de los encantos de aquellos prometedores líderes de la patrulla juvenil de RN. Sebastián Piñera termina un mandato presidencial que no quedará en la historia precisamente por el cumplimiento de sus promesas de tiempos mejores, mientras Evelyn reinstalada en la escena pública como alcaldesa de Providencia apuesta a una nueva aventura presidencial en áspera disputa con la directiva de la UDI, que marca su opción por Joaquín Lavín.
A sus 67 años, Evelyn Rose Matthei Fornet no va a cambiar de carácter por más sonrisas que brinde a sus electores de Providencia. Durante la gestión que culmina sumó variados episodios en el contexto de las protestas sociales previas a la pandemia que registraron cámaras y pantallas. Entre ellas, una enloquecida carrera para dirigir el tránsito trastornado, en medio de vehículos, buses y reporteros superados por la velocidad edilicia.
Así como se molestó con la presencia de militares en sus calles, imputándoles incapacidad para resguardar el orden público, predijo un descalabro mayor con la aprobación legislativa del 10% de retiro de fondos previsionales y ha marcado distancia con la desacertada conducción de su polémico compañero de ruta Sebastián Piñera, de quién ha dicho “habla mucho” cuando correspondería que lo hicieran sus ministros.
Evelyn Matthei, con todo y en medio de la desconocida que le ha brindado la directiva gremialista, saca cuentas alegres que pueden valer oro este domingo 16 a la hora de contar votos el día previo al consejo general de la UDI que deberá resolver, en definitiva, su opción presidencial. ¿Qué habrá ocurrido entonces con la candidata de Lavín a la alcaldía de Las Condes?
Evelyn se ocupó de remarcar opiniones discrepantes en los minutos previos al silencio oficial que intentaba imponer la directiva gremialista atendiendo las elecciones del próximo fin de semana, que quitan el sueño al conjunto del vapuleado espectro partidario del país.
Eran otros tiempos
Ante la manoseada definición “socialdemócrata” de Joaquín Lavín, ella alude a su ascendencia alemana y prefiere identificarse “con Angela Merkel como imagen distante a la socialdemocracia”. Cuestiona la reconocida elusión impositiva y la colusión asociada a grandes grupos empresariales para los que pidió cárcel en última conversación con Fernando Paulsen en CNN. Insistió en que ya no es la misma de antes…¿? Dejó instalado su cuestionamiento a las decisiones “entre cuatro paredes, cuando el prestigio de los partidos políticos está por el suelo”. Escéptica y enojada con la directiva de la UDI reitera la conveniencia de una primaria en que votaría más de un millón de ciudadanos para elegir el candidato presidencial de la derecha, donde compitan todos los postulantes del sector y muy segura de que primera mayoría se resolvería entre “Joaquín Lavín y yo”. Al resto del variopinto elenco le adjudica mínimas posibilidades…
Aclaró en una entrevista radial que Lavín cambió de opinión respecto de las primarias y que María José Hoffman se pasó de roscas cuando aseguró que “no nos temblará la mano” ante la rebeldía de la alcaldesa. ¿ “Por qué me estaban pidiendo que estuviera en la franja y apoyara a distintos candidatos si después iban a elegir por secretaría? Si me hubiesen dicho hace unos cinco meses atrás, ‘oye Evelyn, está bien, puedes ir, pero el consejo va a optar por uno solo…’, ¡Eso nunca me lo dijeron! Conversé con Macaya y el propio Joaquín Lavín antes de dar el paso. No he sorprendido a nadie y nunca me lo dijeron tampoco”.
Por último, envió un mensaje a la UDI. “No hay que temerle a la democracia. Si alguien quiere llegar a la Presidencia de la República, tiene que someterse a toda la competencia; la dedocracia ya no existe ni puede seguir existiendo”.
Es cierto, no se guardó nada…En la suya, ahora espera…
¿ Evelyn 3.0?