La moneda: Potencia vacua. La moneda como un panteón sin tumbas. De ideas muertas que intentan tener vida en la arrogancia y vanidad. O donde se sustituyen las cosas en -sí, por explicaciones vagas que construyen realidades torcidas. A veces vaciadas de la verdad. Lugar de la “agitación y esterilidad”. De las “pasiones tristes”” por un presente eternizado en el poder.
Gobernados por discursos añejos y simbolismos desgastados con el paso del tiempo y movimientos cósmicos despiadados. Expertos en hipótesis falsamente profundas y de superficialidad abigarrada. Seguros de que no hay más realidades (materiales) fuera de las que ellos construyen y definen.
Expertos en el dogma del “nuevo materialismo” que viven como “sólido y categórico” sin opacidades ni sorpresas. Sólo “contexto, continuidad, relación, materialidad y práctica”. Lo que nos lleva a una nota descriptiva algo extensa, sobre el “nuevo materialismo” según Graham Harman:
“Todo está en cambio constante; todo ocurre por medio de gradientes continuas y no por la definición de límites y puntos de interrupción; todo es contingente; debemos enfocarnos en las acciones y los verbos y no en las sustancias o sustantivos; las cosas se generan con “nuestras prácticas” , y por lo tanto carecen de cualquier esencia anterior; es más interesante lo que hace una cosa que aquello que es; el pensamiento y el mundo nunca existen por separado, no “interactúan”, si no que “ intra-actúan” entre sí; las cosas son múltiples en lugar de simples; el mundo es puramente inmanente, y eso es algo bueno, porque cualquier trascendencia sería opresiva”. La realidad se produciría en las “relaciones” y se mantendría “unida por medio de las prácticas”. No hay nada absoluto. Todo es relativo. En lo político, producto del discurso y a la práctica de una comunicación estratégica subsidiaria del poder.
Materialismos vacíos que se hermanan en el consumo de objetos en su amplia expresión (desde los espirituales a los objetos y el mismo deseo), del neoliberalismo individualista y el comunitarismo autoritario.

Revestidos democráticamente en las democracias del voto y la participación olvidando (ahora que se discute una reforma al “sistema ´político”), la importancia de la “democracia deliberativa” que se basaría en la “una dinámica de la deliberación, de discusión pública, y que incluye la formación de los ciudadanos. Una formación no necesariamente en un sentido pacificador edificante, sino también en un sentido conflictual”, según Giacomo Marramao. Filósofo que se declara partidario de una “democracia tumultuaria”. (Democracia como espacio público para la “resolución democrática (en el diálogo) de los enfrentamientos”).
Quizás no tendríamos pago en cuotas misérrimas en plazos indignantes de los excedentes ilegales de las ISAPRES, o miles de personas que han fallecido en listas de esperas que violaron sus derechos a la salud justa e igualitaria socialmente, o estar hablando de 48 niños muertos o asesinados, debido al miedo e inhibición de la expresión de los conflictos sociales y culturales tumultuosos.
“Cuando no hay expresión de los conflictos sociales puede que acabe por producirse una ruptura imprevista”. Qué entonces, “la crítica al orden de las cosas aflore a la discusión pública, en la “posibilidad del disfrute (justo) de bienes materiales” y espirituales.
- Colaboración intertextual de Graham Harman con “Inmaterialismo”, y de Giacomo Marramao con Francesc Arroyo con “Diálogos”.