El mandato consumista del disfrute ilimitado. Impulso de las energías psicosexuales y psicopolíticas del poder. Transmutación en un vómito violento con sabor amargo. Besos con la lengua del poder. Poder con sabor a cuerpo húmedo y alcohol. “Libertad prisionera” y violenta. Posesión fruto de la coerción. “Si impido a la amada ser libre, mutilo mi propio deseo amoroso”.
Intrigas de Estado. Pasiones tristes y húmedas en “la época de la melancolía” (y el desenfreno). Gemidos y murmullos lastimeros. La ciudad duerme. Sueña alucinada. El pasado dormita en un WA. La verdad, no. La historia tampoco. La política, menos. El amor y la política incluyen su propia muerte.
Ciudad melancólica y sangrienta. La ciudad de la violación y el engaño. Donde “se roban” hasta los besos. Atrapada en una telaraña, agoniza la verdad en la vergüenza de la traición. En donde las pesadillas son eternas y la culpa se lee al ritmo de un orgasmo digital. Donde la realidad, nunca existió. Donde Freud y Lacan, toman borrachos en un bar. (Planean como asesinar a Marx y Musk). Alguien lee la Biblia. Sueños de poetas que no fueron. Abortos de poemas que no se escribieron. Un jubilado piensa en el suicidio. Un sicario en su víctima. Un amante en su amada. La vida con su pensión de “a luca” se quema diariamente “a lo bonzo”. Torbellino de cenizas a pleno sol.
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Espectáculos judiciales. Mutación pornográfica del contexto tecno comunicacional. Máscaras rotas. Más allá no hay nada. Sólo la de inocencia del vacío. No se presume nada. Se ventila (perdón, se filtra) la intimidad de víctimas y victimarios sin pudor ni recato hasta el cansancio. Listados de ropa íntima física y moral de personas imputadas en cautiverio. El estímulo del deseo de consumo se realiza sin descaro ni descargos. La justicia y la política, convertidas en espectáculo por los medios y consumidores. Melodramas con protagonistas sosos que a veces espantan.
Búsqueda desesperada de retener el beso del poder político. Guardar su sabor en la mente y el cuerpo. En un gobierno que sólo se sostendría sobre un culto “personalista” al liderazgo “espiritual” postmoderno, progresista identitario del presidente. Cercano y buen comunicador “honesto” con las personas y que “sabe improvisar”, débil en la gestión y “solución de crisis”. Gobernaría para su base de apoyo, “pero polariza”. Necesita un “gerente de eficiencia”.
El estudio de la OCDE sobre “el caso chileno”, muestra que la confianza en los partidos políticos es de un 14% y en el Congreso sólo de un 19%. “Uno de cada tres personas confía en el gobierno, y sólo la cuarta parte confía en la justicia”. Y nadie confía en sí mismo ni en el Otro.
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No preguntaron por los poetas. Por los poetas que con palabras incompletas advierten que no son psicóticos: “Advierto a Vd. y U.S que en verdad no soy un loco…” declaró Rodrigo Lira. (Hay quienes también advierten que no son violadores). La poesía sí violenta la palabra. “En lata, la Poesía latosa. Duradera (producción en conserva). Le dan como tarro: hecho polvo queda (el poeta).”
La justicia y la política se venden en tarros de conserva con preservantes. Los besos y el poder también. En el negocio de la esquina. Calle (Des)- Esperanza sin número.
Aullidos lastimeros del amanecer. Lenguaje secreto.
(*) Colaboraron Recalcati con “Retén el beso”, Berardi, con “Desertemos” y algunas encuestas.