Las repercusiones del cierre de fundición Ventanas de Codelco.

por Flavia Liberona

Tras el anuncio del cierre de fundición Ventanas, seguido por el paro de los trabajadores de Codelco y su posterior desistimiento, la aguja se sigue moviendo en relación a la Bahía de Quintero. De hecho, ya se ha instalado con certezas la evidencia de que no solo es Codelco Ventanas la empresa contaminante.

Para dar una mirada panorámica a la compleja situación, es necesario asumir que en la Zona de Sacrificio de Puchuncaví – Quintero, particularmente en el Parque Industrial Ventanas (PIV), se encuentran emplazadas y funcionando un conjunto de aproximadamente 14 empresas identificables, las cuales, producto de su actividad, generan diversos contaminantes, ya sea al agua, aire o suelo.

Esto significa que únicamente con el cierre de la fundición no se terminará la contaminación existente en el área; lo cual es un hecho indiscutible y que hemos venido planteando en Fundación Terram por más de una década. Sin embargo, esta es una medida necesaria e irrebatible que marca el inicio de un camino para a reducir y eliminar la polución generalizada de la zona.

Sin duda, el descontaminar esta Bahía es un desafío mayor, una tarea de varios años para la cual debe existir una decisión de carácter político, además de información técnica y científica, como también un plan de acción y recursos para su ejecución. No se puede dudar que el reciente anuncio trajo esperanza a las personas que ahí habitan, aunque al mismo tiempo puso en la agenda pública un tema de difícil solución, a la cual ningún gobierno le había querido hacer frente.

Para entender lo que ocurre en la zona, entre las muchas situaciones que han alertado a la opinión pública, cabe recordar los episodios de contaminación que afectaron a los estudiantes de la escuela de la Greda el año 2011, una de las 15 escuelas existentes en el área. Producto de estas intoxicaciones fue que en su momento se estableció una comisión investigadora en la Cámara de Diputados de la cual salieron recomendaciones cuyo propósito era identificar las fuentes contaminantes, realizar estudios y elaborar algunas normas, entre otras medidas propuestas[1]. En esa misma época, el Secretario Regional Ministerial de Salud dio a conocer un estudio sobre la presencia de metales pesados en los establecimientos educacionales de la comuna de Puchuncaví, situación respecto de la cual nunca se tomaron medidas.

Luego, en 2018 nuevos episodios de contaminación masiva e intoxicaciones removieron a la opinión pública, producto de lo cual la Cámara de Diputados acordó establecer una comisión investigadora. Por su parte, los senadores Juan Ignacio Latorre y Francisco Chahuán, además de organizaciones locales y nacionales, presentaron recursos de protección rechazados inicialmente por la Corte de Apelaciones de Valparaíso, pero acogidos por la Corte Suprema, lo que dio paso al fallo del año 2019[2]. En esta instancia se establecieron 15 medidas en las cuales el Estado debería avanzar para proteger la salud de la población de la Bahía. La primera de estas -y probablemente la más importante- señala que “La autoridad sectorial deberá efectuar, a la brevedad, los estudios pertinentes para establecer, de manera cierta y debidamente fundada, cuál es el método más idóneo y adecuado para identificar, como para determinar la naturaleza y características precisas de los gases, elementos o compuestos producidos por todas y cada una de las fuentes presentes en la Bahía de Quintero, Ventanas y Puchuncaví

Pues bien, al no cumplirse con esta medida se omiten varias de las otras que estableció el máximo tribunal. Es por ello que, en días recientes, y a tres años de emanado el fallo de la Corte Suprema, la Defensoría de la Niñez entregó antecedentes a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), solicitando medidas cautelares para la protección de la salud y Derechos Humanos de 13.382 niñas, niños y adolescentes. El fundamento es que existen reiterados episodios de contaminación en la zona y ya hubo un fallo de la Suprema que no se ha cumplido o solo lo ha hecho parcialmente.

A la acción de la Defensoría de la Niñez se suma un reciente informe emanado de la Contraloría General de la República que da cuenta de omisiones y vacíos en el monitoreo de contaminantes en las comunas de Puchuncaví y Quintero por parte de la autoridad ambiental y de salud[3] durante un periodo de 10 años (2010-2020).

En la actualidad, sabemos que existen múltiples contaminantes en el agua, aire y suelo, muchos de los cuales no han sido claramente identificados como lo instruye el fallo del 2019, como tampoco han sido identificadas sus fuentes emisoras. Por tanto, tras el anuncio de cierre de fundición Ventanas será tarea de este gobierno dar ese primer paso para cumplir no solo el fallo de 2019, sino lo que solicita la Defensoría de la Niñez, así como los vacíos detectados por la Contraloría. De este modo, las actuales autoridades, del nivel nacional y regional, podrán dar cumplimiento a su compromiso de trabajar firmemente para, en principio, frenar la contaminación y, en el mediano plazo, avanzar en descontaminar la Bahía.

Fuente: Fundación Terram

Pero también el gobierno, a través de los ministerios de Medio Ambiente y de Salud deberá avanzar en los procesos de dictación y/o actualización de la normativa ambiental en curso, vale decir, la norma de termoeléctricas, la norma primaria de calidad de arsénico respirable, la norma de fundiciones, norma para compuestos orgánicos volátiles (COVs) y la norma de MP2,5, así como todo aquello que le indique la Contraloría. 

Sabemos que la tarea es enorme y el rezago ambiental también, pues durante años desde Fundación Terram[4] hemos sido, testigos de cómo los gobiernos eludían tareas que eran poco populares o rentables. El actual gobierno queriéndolo o no, tras el anuncio del cese de operaciones de la fundición en un plazo aproximado de 5 años, asume un gran desafío y a la vez cierra una etapa nefasta, abriendo otro capítulo de las Zonas de Sacrificio de Chile. En esta fase está la esperanza de dejar atrás los episodios de intoxicaciones masivas y se comiencen a disminuir los elevados niveles de contaminación ambiental.


[1] Biblioteca del Congreso Nacional (BCN), Recomendaciones de la Primera Comisión Investigadora Puchuncaví -Quintero, 2019. https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=repositorio/10221/26868/1/BCN_Recomendaciones_de_C._Inv_2011_FINAL.pdf

[2]https://www.diarioconstitucional.cl/wp-content/uploads/5010/320/1559321846.pdf

[3] https://www.ciperchile.cl/2022/06/22/contraloria-identifica-graves-omisiones-y-vacios-en-el-monitoreo-de-contaminantes-en-quintero-puchuncavi-y-concon/

[4] Fundación Terram (2018). La negligente realidad de la Bahía de Quintero.

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1 comment

Las repercusiones del cierre de fundición Ventanas de Codelco. (Flavia Liberona. Directora Ejecutiva Fundación Terram) | Luis Emilio Recabarren febrero 16, 2023 - 2:31 pm

[…] fuentes contaminantes, realizar estudios y elaborar algunas normas, entre otras medidas propuestas[1]. En esa misma época, el Secretario Regional Ministerial de Salud dio a conocer un estudio sobre la […]

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