El empleo generado es uno de los indicadores más relevantes que se debe considerar al momento de evaluar las contribuciones que realiza cualquier actividad productiva en el territorio donde se desarrolla. Una mayor cantidad de empleo debiese impactar de manera positiva en indicadores socioeconómicos como el desempleo, pobreza, vivienda, ingresos u otros, siempre y cuando sea permanente, creciente y de calidad.
Para el caso de la industria salmonera, pese a posicionarse como un actor económico relevante en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, con un crecimiento productivo de un 3.619% entre 1990 y 2022, no existen hasta la fecha cifras históricas de empleo que hayan sido levantadas por los organismos públicos pertinentes, lo que evidentemente dificulta la posibilidad de estimar el real aporte o impacto que genera este sector en términos socioeconómicos.
Lo que sí existe son las continuas salidas comunicacionales realizadas por parte de las empresas asociadas a esta industria que declaran cifras que están lejos de poder ser verificadas con información pública. Estos anuncios son usados con el fin de posicionar en la opinión pública a este sector como imprescindible para el desarrollo social y económico local y regional. Al respecto, entre anuncios más recientes que ha hecho la industria, se indica que existirían alrededor de 70.000 empleos asociados a esta actividad, de los cuales más de 20.000 serían directos y cerca de 50.000 indirectos.
Recientemente, desde Fundación Terram hemos sistematizado información relativa al empleo de la industria salmonera que mantiene el Servicio de Impuestos Internos (SII), quienes, a partir de información proporcionada mediante autodeclaración por parte de los contribuyentes, es decir, por las mismas empresas, publican estas cifras con fines tributarios. Con esta información que agrupamos en las principales actividades asociadas a la industria, hemos podido tener un panorama general del empleo directo que han generado en el periodo 2005-2021.
Lo primero que hemos podido evidenciar es la diferencia significativa entre el empleo total informado y el empleo ponderado. Este último, como lo indica su nombre, corresponde a la suma de los meses trabajados por cada trabajador dividido por los doce meses del año. Por lo tanto, las cifras reales de empleo directo son precisamente el empleo ponderado que, en promedio, anualmente entre 2005 y 2021 alcanza un 61% del total de empelo informado, lo que equivale a 16.999 puestos de trabajo. De este total de trabajadores ponderados, un 92% se concentra en la región de Los Lagos, un 6% en Magallanes y 2% en Aysén, que equivalen a 15.706, 1.021 y 271 trabajadores promedio anuales en el periodo 2005-2021, respectivamente.
A nivel comunal, destaca Puerto Montt y Chonchi con un promedio anual de 11.203 y 2.231 empleos ponderados, que equivalen a 65% y 13% del total. Al observar las comunas que componen la provincia de Chiloé, estas alcanzan un promedio anual de 3.554 empleos ponderados, concentrando el 21% del total anual. La importancia de estas comunas está relacionada con el número de plantas autorizadas para faenar y/o procesar salmónidos que se emplazan en ellas, y la gran cantidad de centros de cultivo que actualmente se mantienen en operación.
Si comparamos las cifras que hemos podido analizar con las que son informadas en la prensa por parte de la industria, es posible observar que en el periodo 2005-2021, solo en tres años- 2014, 2015 y 2021- la cantidad de empleo directo se acercó a los 20.000 y en ninguno se superó de manera significativa.
Si bien las cifras de empleo mantienen una relación directa con las cosechas de salmónidos, la mayor productividad experimentada durante los últimos años no se ha reflejado, proporcionalmente, en una mayor cantidad de empleo. Lo anterior queda en evidencia al comparar las tasas de variación interanual previo a la crisis sanitaria ocurrida por el virus ISA, en donde el empleo mostraba variaciones mayores a la de las cosechas, lo cual se revierte posterior a la crisis, donde comienza a ocurrir lo contrario. Además, posterior a la crisis, las cosechas escalan a niveles históricos, solo en el periodo 2010-2020 la producción de salmones (cosechas) crecieron un 131%, sin embargo, el empleo solo igualó el nivel del año 2008, cuando la producción era un poco más de la mitad que la registrada el 2020.
Esta relación es importante ya que pone de manifiesto que la idea de limitar la producción salmonera con la finalidad de proteger los ecosistemas donde esta opera -sobre todo en áreas protegidas que no debiesen tener ningún tipo de actividad productiva en su interior- no afectaría el empleo de manera significativa, contrario a lo que han planteado los representantes de la industria en el marco de la discusión del proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP).
Si queremos poner en perspectiva estos datos, a propósito de evaluar la contribución socioeconómica de esta actividad, podemos establecer que el aporte del empleo directo de la salmonicultura tiene una baja representación en el total de ocupados a nivel regional, siendo Los Lagos la que tiene un mayor aporte, superando levemente el 5% los últimos años.
En la misma región de Los Lagos, y observando otros indicadores socioeconómicos como la pobreza por ingresos, vemos que entre el año 2011 y 2020 (según CASEN), se mantiene a más del 10% de su población en situación de pobreza, superando el nivel nacional. Asimismo, si miramos el ingreso medio real (según INE) en esta misma región, es posible identificar que nunca se ha superado la media nacional en todo el periodo 2010-2021 (periodo para el que existen datos disponibles), ubicándose el promedio anual en un poco más de los $549 mil pesos, por debajo de los $642 mil pesos que se registran a nivel nacional.
Los datos que hemos podido recopilar y analizar dejan muchas interrogantes respecto del real aporte que está teniendo esta industria en el territorio donde se emplaza, más aún cuando miramos que cada año aumenta su producción y los ingresos obtenidos por las exportaciones, sin que se observen mejoras de los indicadores socioeconómicos mínimos a nivel regional y comunal, como lo son el empleo directo, los ingresos y la pobreza.
Desde Fundación Terram nos parece necesario seguir mirando en detalle otros indicadores socioeconómicos relevantes que nos permitan tener una perspectiva más amplia y un resultado más certero del impacto real de la industria a nivel territorial, pero por sobre todo, creemos que es necesario que el gobierno avance en levantar información sobre el empleo directo e indirecto que genera esta actividad para elaborar políticas públicas con una base de información veraz, en vista de la importancia socioeconómica que tiene esta industria en las regiones australes y también a nivel nacional.