Hace 30 años se puso en órbita el telescopio espacial Hubble, el más potente del mundo, revolucionó el estudio del universo permitiendo a los científicos estudiarlo desde el espacio evitando la interferencia de la atmósfera terrestre. Pocos saben que fue una mujer la que abogó en forma incansable por conseguir esta nueva herramienta y dejó un tremendo legado científico cuando murió hace pocos años.
Nancy Grace Roman nació en 1925, en Nashville, Tennessee, y a poco andar se trasladó junto a su familia a vivir en las afueras de Reno, en una zona muy poco iluminada donde desde la edad de 11 años se dedicó a mirar las estrellas por las noches y se enamoró para siempre de ellas, fantaseando con la idea de estudiar ciencias y ser astrónoma. Una audacia para cualquier mujer de la época, pero desde su preadolescencia formó un pequeño club de astronomía con algunas amigas para estudiar los fenómenos celestes. Era una época en que a las mujeres no les era fácil acceder a estudios superiores, mucho menos a la ciencia, vista como una actividad propia de varones. No existía astrónoma conocida.
Por supuesto que tanto su familia como sus educadores la quisieron disuadir de su empeño, pero ella perseveró contra todos los consejos, incluso el del jefe del departamento de física, cuando ya cursaba el tercer año en el Swarthmore College, que intentó desanimarla, concluyendo finalmente que “tal vez ella podría lograrlo” y así obtuvo la licenciatura en astronomía para luego lograr un doctorado en la Universidad de Chicago (1949). No es difícil imaginar lo solitario y difícil que debe haber sido ese camino inicial en años en que el sueño de toda mujer debía ser llegar a ser esposa y madre.
Nancy, luego de lograr el doctorado continuó trabajando durante seis años en la Universidad donde hizo numerosos descubrimientos sobre la composición de las estrellas, pero consciente de que siendo mujer tenía escasas, sino nulas posibilidades de obtener una titularidad en la Universidad, aceptó trabajar en el Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos donde logró avances en la investigación de misterios cósmicos a través de ondas de radio.
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Pero cuando la Nasa se fundó en 1959, apenas seis meses después de su creación Roman ingresó como jefa de astronomía y relatividad en la Oficina de Ciencias del Espacio, donde administraba los programas y becas relacionadas con la astronomía…en una época en que, hay que reiterarlo, era muy difícil para las mujeres avanzar en la investigación científica y en que, como enfatizó Nancy, en alguna entrevista, los hombres generalmente la trataban como igual pero siempre y cuando hiciera énfasis en el prefijo Doctora antes de su nombre porque «de lo contrario, no podía salvar el obstáculo de las secretarias».
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«Sabía que asumir esta responsabilidad significaría que ya no podría seguir investigando, pero el desafío de formular desde cero un programa que yo creía que influiría en la astronomía en las próximas décadas fue imposible de resistir», dijo en una entrevista con la NASA.
Hoy día no quedan dudas de que, todas las mujeres que lograron avanzar en el campo de la ciencia tuvieron que recorrer un camino pedregoso y solo voluntades extraordinarias permitieron que lo lograran. Así, Roman, vio claramente que los astrónomos obtenían sus datos de globos, cohetes y aviones, pero eso no permitía medir las longitudes de onda de la luz. La atmósfera de la Tierra bloquea la radiación que proviene del universo distante y para atravesarla es necesario un telescopio situado en el espacio, más allá de la atmósfera, donde la noche es perpetua y no tiene que apagarse durante el día. Roman descubrió que para ver el universo sin parpadeos había que enviar un telescopio al espacio.
«Gracias al liderazgo y la visión de Nancy Grace Roman, la NASA se convirtió en pionera en astrofísica y lanzó el Hubble, el telescopio espacial más potente y productivo del mundo», dijo el administrador de la NASA Jim Bridenstine.
Así, poco a poco, lentamente, Roman logró formar un comité con astrónomos de todo el país y algunos ingenieros de la NASA para decidir qué era lo que querían y, sobre todo, lo que podían hacer. Fue un esfuerzo de varios años que les permitió obtener un diseño detallado del telescopio que llamaron Hubble y que podría orbitar la Tierra sobre la atmósfera para obtener y hacer llegar a la tierra imágenes nunca antes logradas, resultando ser el telescopio espacial más revolucionario de la historia, que le dio a Nancy el apodo de “madre del Hubble”.
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“Fue Nancy la que, en los viejos tiempos, antes de internet, de Google, de los emails y de todas esas cosas que ayudaron a vender el Hubble y a organizar a los astrónomos la que consiguió convencer al Congreso de que lo financiase”, explicaba en 2011 su sucesor en el cargo de científico jefe del Hubble, Edward Weiler.
Dos años antes de morir, Nancy publicó un artículo autobiográfico en Science donde, entre otros, se refería a lo que ella consideraba le había permitido tener éxito en su carrera: “La habilidad de hablar y escribir bien y con fluidez”. Que le había facilitado defender sus argumentos clara y concisamente en el programa de astronomía de la Nasa, justificando proyectos y despertando el interés no solo de los investigadores sino del gran público. “Aun creo que la comunicación es importante”, aseguraba.
«Nancy Grace Roman fue una líder y paladín cuya dedicación contribuyó a que la NASA se dedicara seriamente al campo de la astrofísica y lo elevara a nuevas cotas», dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la NASA para la ciencia. «Su nombre merece un lugar en el cielo que estudió y al que proporcionó acceso a muchos».
Su “facilidad para comunicar” la llevó a romper las barreras de género en una época en la que la ciencia y la ingeniería eran casi exclusivamente consideradas como masculinas y para evitar que otras mujeres tuvieran que dar la misma lucha, ella dedicó gran parte de su energía, particularmente, durante sus últimos años, en los 90, a enseñar y animar a las niñas a descubrir y amar la ciencia.
“Una de las razones por las que me gusta trabajar en colegios es para tratar de convencer a más mujeres de que pueden convertirse en científicas y de que la ciencia puede ser muy divertida”.
Quizás una de las anécdotas más divertidas de sus últimos años fue que Lego puso a la venta el año 2017 un conjunto de cuatro figuras que representaban a mujeres de la Nasa e incluyó a Roman como una de ellas.
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Pero nada se compara a que el nuevo telescopio espacial de sondeo infrarrojo de campo ancho (WFIRST, por sus siglas en inglés) en construcción y que será lanzado en torno al 2027, haya sido bautizado como Nancy Grace Roman, más conocido coloquialmente como Roman para abreviar. Este telescopio podrá investigar misterios astronómicos, como la fuerza tras la expansión del universo, y buscará planetas distantes más allá de nuestro sistema solar.
«Es apropiado que, al celebrar el centenario del sufragio femenino, la NASA haya anunciado el nombre de su nuevo telescopio WFIRST en honor de la Dra. Nancy Roman, la Madre de Hubble — bien merecido. Reconoce los increíbles logros de las mujeres en la ciencia y nos acerca aún más a no más figuras ocultas y no más galaxias ocultas «. Exsenadora Barbara Mikulski, que trabajó con la NASA en los telescopios espaciales Hubble y WFIRST
El telescopio espacial Nancy Grace Roman de la NASA estudiará tenues corrientes de estrellas que se extienden mucho más allá de los bordes aparentes de muchas galaxias. Misiones como los telescopios espaciales Hubble y James Webb tendrían que unir cientos de pequeñas imágenes para ver en su totalidad estas estructuras alrededor de las galaxias cercanas. Roman lo hará en una sola captura. Se puede esperar que el Roman detecte docenas de corrientes en otras galaxias originadas en las enanas, ofreciendo una visión nueva de la forma en la que crecen las galaxias.
Los astrónomos utilizarán estas observaciones para explorar cómo crecen las galaxias y la naturaleza de la materia oscura y nosotros podremos vislumbrar mejor algunos de los misterios del universo que surcan nuestros sueños.
2 comments
Buenísimo , como todos tus artículos ya q siempre me informo de tantas mujeres q pasaron por la historia y q yo nunca supe de ellas . Felicitaciones
Que buen artículo, me encanta la astronomía.