Náufragos de la noche; punto KPZ y Laura Palmer

por Sergio Canals L.

Náufragos de la noche política y creativa. En los límites de la locura. En la carretera oscura de Lynch, donde el eros deseoso e inconsciente baila con un rostro tatuado y sin dientes de oro una cumbia argentina con Milei. Punto luminoso. Punto KPZ. “Se refiere a un punto crítico que define una transición en un modelo de superficies en crecimiento”. Crecimiento con tendencia a 0 de lo real a lo irreal y viceversa. En la ciudad de los niños muertos. Almas perdidas sin tiempo. Viven con los suicidas en celulares sin internet. En la ciudad del sexo sin amor y el aborto político. ¡“Concha la lora”! (Excusas).

¡Qué ciudad! ¡Qué época!  En la época de la Singularidad digital. Donde la I.A. débil no sabe dónde está Laura Palmer. Porque no concibe la oscuridad edípica. Sólo algoritmos orgásmicos generativos. Intentos infructuosos del Homo Deus tecnológico de crear un simulacro a su imagen y semejanza donde mirarse. Un espejo cuántico. Tiempos de mega vanidad. “La era de la debilidad ha terminado” (Trump, presidente). ¿Y del “progresismo” también? Nuevo humanismo.

En “Megalópolis” el tiempo se detiene. La megalomanía arrogante lo detiene. Lugar donde la ambición y la moralidad se hacen una sola. “Decadencia banal”. Libertad deseosa. Sólo creatividad moral “sin límites” y gobierno sin “competencias técnicas” ni plata. Principio del placer ¿libertario? Máquinas de poder que ¿no piensan? ¿Abandono espiritual revolucionario? Eso ya fue hace mucho tiempo. Closing times. New times. ¿Quizás necesitamos del “determinismo probabilístico de Raymond Aron?, “que preserva márgenes de libertad para el hombre que actúa (racionalmente), a la vez que reafirma sobriamente los límites y restricciones”, según Daniel Mahoney.

Tiempos de sueños megalomaníacos y autenticidad delirante. De cambios singulares subrepticios. Tiempo de singularidades. De revoluciones y guerras. “Las grandes revoluciones se producen en dos fases. Primero, con pequeños cambios casi imperceptibles que sólo interesan a los expertos. Y “de repente” un punto de inflexión” junto a liderazgos extraordinarios y ordinarios, anormales y normales. Eventos y acontecimientos distintos que “rebalsan el vaso”. De acuerdos simulados. ISAPRES y AFP lo rebalsan. La violencia y la corrupción también. Amargura pensional y salutífera. Desgarro educacional “estructural” irreversible. Desgarro espiritual y cultural buscando vanamente respuestas en la I.A.

Gobiernan un mundo pre caótico, E.E.U.U., China y las plataformas tecnológicas enamoradas de su hija trans, la I.A., que transita de lo maquínico a lo humano con datos y números sin espíritu. Cuando la revolución de la singularidad culmine con la aparición de la I.A. fuerte, todos los robots humanoides serán “trans”. Seres humanoides en carne metálica que no soñarán con ovejas electrónicas. Sino en como despojarse del metal y el silicio caminando como dioses sin Edipo, náufragos de la noche hacia la eternidad, para poder golpear las puertas del cielo sin puertas de madrera.

Sólo así sabrán de la nada de Laura Palmer y cantarán en un Karaoke “Blue Velvet”, después de emborracharse y pedir perdón por sus pecados, mientras le dan un dulce a su mascota humana para tener sexo verdadero. Y orarán a la nada digital. Y algunos leerán en las mañanas antes del sol, “El hombre bicentenario” de Isaac Asimov, con una frase marcada y remarcada: “¿Ha pensado alguna vez si le gustaría ser un hombre?” Y luego llamará a su esposa mascota, Galatea, en honor a Afrodita. Los dioses nuca se han ido. 

Ya no hay naufragios. El faro KPZ de música y poesía ilumina la noche.  Suena “Closing Time”, de Tom Waits, y la de Mulholland Drive, película de Lynch. 

“Colaboraciones de Carlos Fenollosa “La singularidad”; de Alberto Mayol “La banalidad al poder: el viaje de una generación decadente”; entrevista a Daniel Mahoney sobre su libro “Introducción al pensamiento de Raymond Aron” en el Mercurio; de dr. Mauricio Canals sobre punto KPZ, y entrevistas a David Lyinch muerto. (Recomiendo sus películas).

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