Tiempo de perros y lamentos octubristas.

por Sergio Canals L.

Desde el perro del gas, pasando por “el perro mata pacos”, al “perro que persigue delincuentes”, el perro del presidente, a los perros policiales, los de raza y razas peligrosas y los quiltros callejeros. Estamos llenos de perros. ¡Guau! Chile es un país de perros. A veces atacan en jaurías para sobrevivir.

¡Aauuuuuuuu!

¿Han escuchado un perro lamentándose? No hay algo más triste. ¿O aullando como lobos? Mal que mal su origen son los Canis lupus. Pero vamos a nuestro tema central.

El 18 de octubre fue más que una “tarde de perros” (buena película), un tiempo de lobos. “El hombre es un lobo para el hombre” dicen que dijo Hobbes. En la oscuridad se escuchó el llanto y el crujir de dientes bíblicos frente a la violencia, mientras la masa de fuego, o el fuego de la masa, celebraba destruyendo, fascinada, eufórica y satisfecha esperando la ruptura catastrófica radical. La revolución en pleno. El resto es historia en una interpretación infinita que persigue y escapa de la verdad esperando una revelación.

En una elipsis narrativa pandémica constitucional plebiscitaria, ya estamos ¿celebrando?, más bien rememorando el tercer aniversario de la revuelta proto revolucionaria que estalló en los ojos de muchas personas y en la cara del gobierno de antaño. Hoy estamos cuidados por 26.000 policías listos para ser perros contra los perros (o lobos contra los lobos) en medio de lamentos catastróficos y el discurso del presidente apresurándose en decir que el estallido no fue “una expresión anticapitalista”, (olvidando advertir que esto fue parte de su multicausalidad). Habló de la necesidad de preguntarse “los porqués” de dolores, malestares y fracturas sociales y políticas que aún persisten que hay que solucionar con premura, junto a las necesidades urgentes cotidianas de la ciudadanía y, que supongo, incorporan a las de un pueblo que espera quejoso y pasivo (por ahora), con desesperanza aprendida.

Frente a la violencia y la delincuencia una madre víctima de una encerrona el día de ayer lunes, junto a sus hijos pequeños, se queja amargamente “Nos están robando felicidad y libertad. Chile se vuelve invivible, cada día más casos. La policía misma nos dice que no pueden hacer nada. Nadie, ni el Gobierno ni los políticos”.

Pero escuchemos también “un poco”, algunas palabras de la elite en búsqueda de algunos jirones de sentido en el presente de esta celebración histórica trienal, que trata de modificar el pasado a través del presente del futuro.

Gracias a esa desobediencia civil, que partió con los estudiantes secundarios, pero siguió con todo el país, hoy estamos sosteniendo estas discusiones… Es demasiado positivo, demasiado bueno, no veamos sólo esta situación con miedo, veámosla con alegría” (Gabriel Boric (10/ 19)

Hay una idealización total de los bordes, de los márgenes, de la sociedad, como un espacio donde sobrevive la verdadera autenticidad de la vida. Tarde o temprano todo se burocratiza” (Manuel Vicuña (14/8 /22)

Esta generación en el poder no tiene la capacidad para entender la urgencia del problema de la pobreza” (José Gabriel Palma 8/ 10 / 22) (¿Y de la delincuencia y la violencia?).

Después de octubre del 2019 vivimos entre la refundación y el desmán. Y cada vez más que baja la potencia refundacional, y esa corriente (auto) constructiva de un orden nuevo, que da el espacio para que la crisis se haga tendencia de destructividad pura” (Manuel Canales 13/10 /22).

Chile está convertido en un desastre. Yo no sé cómo no lo advierten” (Carlos Peña 16 / 0ctubre / 22)

Hay en Chile un clima de descomposición y hasta de locura”. Chile está más destrozado que hace tres años” (Lucy Oporto 15/ 10).

Según esta aguda e inteligente filósofa, “no hay nada que celebrar” en ese día de la “asonada”, ni hoy, un proceso “del octubrismo de la disolución total (…) con esa complacencia en triturar todo”, donde “la víctima ha sido el país en su conjunto”.  Para ella el problema desastroso del gobierno, es producto de la “inestabilidad intolerable “del presidente, junto a “su refugio en las “mujeres que ascendieron al poder” (por suerte lo dijo ella).

Termina afirmando que el arquetipo dominante en Chile es el de la “Madre terrible” (como una especie de loba hembra alfa) qué según Jung, representa el inconsciente colectivo. Si no es enfrentada conscientemente, lleva a la disolución, desintegración y muerte”.

¡Notable! Me voy a darle comida a mi perra Aiko que ladra y está hambrienta (parece una loba cariñosa, porque es una Akita), releer algo de Jung, y a observar las movilizaciones sociales legítimas y pacíficas.

¡Aaauuuuuuu!

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