Escultora, escritora, actriz, artista plástica, fotógrafa, lesbiana, transgénero, transgresora y …
ESTOY ENTRENANDO, NO ME BESES
“I’m in training, don’t kiss me”,
dice Claude Cahun, desde una de sus fotografías»
Cada jornada de este milenio me sorprende con la revelación y reconocimiento a nuevas figuras de las cuales poco o ningún conocimiento tenía… Poco es decir mucho, porque la verdad es que desde la última década del siglo XX y durante los primeros veinte años del siglo XXI, se suman cada día nombres de mujeres y hombres que nunca fueron reconocidos durante su vida, especialmente, figuras como Claude Cahun, a la que Google, el 25 de octubre recién pasado, dedicó su doodle cuando se cumplían los 127 años de su nacimiento.
¿Y quién es Claude Cahun? me pregunté esa mañana, cuál es su mérito para obtener un doodle cuando su nombre ni siquiera resuena con un leve eco en mis oídos. Ciertamente muchos lectores deben haber escuchado hablar de ella, pero en mi caso era una perfecta desconocida. Eso bastó para que me lanzara a bucear en busca de información acerca de ella y mi sorpresa fue mayúscula cuando me encontré con su fascinante personalidad y sus notables aportes plásticos.
Claude Cahun, nacida en Nantes, en 1894, recibió el nombre de Lucy Renee Mathilde Schwob y optó por cambiarlo en su temprana juventud como una forma de expresión y de combatir a la sociedad de la época. Hija de una pareja judío- francesa burguesa, sobrina nieta de David León Cahun un influyente artista francés, su padre era dueño del periódico Le Phare de la Loire, por lo que creció en un ambiente colmado de creatividad y arte, fue enviada a estudiar a Oxford y llegó a convertirse en un ícono global del surrealismo y la fotografía.
Lucy Renée, a su regreso, en la década de 1920 se instaló a vivir en París -donde empezó a llamarse Claude Cahun, nombre de género ambiguo– con su pareja sentimental y socia artística (quien para más transgresión era su hermanastra), la ilustradora Suzanne Malherbe que cambió su nombre a Marcel Moore. Se instalaron en Montparnasse y Claude empezó a publicar artículos y relatos en el periódico Mercure de France mientras estudiaba Filosofía y Letras en la Sorbonne. En aquel tiempo consolidó su participación en un grupo de amigos entre los que se encontraban Man Ray, André Breton, Pierre Morhange, Henri Michaux y Robert Desnos. En esos “felices 20’s, frecuentó el círculo lésbico de Adrienne Monnier, Sylvia Beach, Natalie Clifford Barney o Chana Orloff. Esos felices 20’s que vistos desde nuestra perspectiva son sinónimo de fiestas sin fin, burbujas y charleston pero que en realidad marcaron un cambio radical en las artes en general y en el devenir del mundo, aunque la post segunda guerra, detuviera temporalmente su curso desviándose hacia un conservadurismo extremo que empezó a superarse recién a fines del siglo XX.
Cahun deseaba ser parte de un tercer género indefinido, ubicado en la frontera entre la homosexualidad, la bisexualidad y la androginia. Cuando no se fotografiaba a sí misma, su objetivo eran sus compañeros masculinos o femeninos como Suzanne Malherbe, Sylvia Beach, Henri Michaux o Robert Desnos a quienes hizo retratos cargados de ternura… Solía decir: “El neutro es el único género que siempre me sienta bien”.
La no aceptación del género era tema tabú en la década de 1920, no solo en Paris, sino en todo el mundo. La decisión de Claude Cahun por identificarse públicamente como no binaria generó controversia, pero ella y su pareja rechazaron explícitamente el alboroto público. Optó por explorar la fluidez de género a través de la literatura y el autorretrato melancólico, como en la serie fotográfica «Estoy entrenando, no me beses» donde en esta maravillosa y desafiante obra se mostraba ella vestida como levantador de pesas feminizado, difuminando la línea entre los estereotipos masculinos y femeninos.
“El neutro es el único género que siempre me sienta bien”.
París era el centro de la cultura, la capital mundial, el sol en torno al cual orbitaban los movimientos vanguardistas, entre los que se encontraban las que han sido llamadas “Mujeres de la Rive Gauche”, conformadas por artistas inglesas y estadounidenses expatriadas, que habían huido de la rigidez de sus respectivas sociedades de corte victoriano en busca de libertad y reconocimiento.
Entre estas mujeres se encontraban las escritoras Colette, Gertrude Stein, Djuna Barnes, Renée Vivien, las fotógrafas Berenice Abbot y Gisele Freund, las pintoras Marie Laurencin y Romaine Brooks, las editoras y libreras Sylvia Beach y Adrienne Monnier, entre otras. Ellas junto a hombres como Marcel Duchamp, André Breton. Georges Bataille, Francis Picabía, entre muchos más, conformaron el círculo donde Claude Cahun se nutrió de lo más selecto de la intelectualidad del momento y donde dejó su sello.
“Heroínas” que consta de siete relatos cortos e irónicos sobre arquetipos femeninos, en memoria de las “moralidades legendarias”, Eva, la demasiado crédula, Dalila, la mujer entre las mujeres, Judith, la sádica, Helena, la rebelde, Safo la incomprendida, Salomé, la escéptica.
Claude Cahun sentía una fascinación particular por la actuación y participó en el teatro vanguardista de París, particularmente en la compañía “Le Plateau” donde representó variados personajes femeninos y masculinos.
Haciendo honor a su personalidad multifacética publicó (1925) “Heroínas” que consta de siete relatos cortos e irónicos sobre arquetipos femeninos, en memoria de las “moralidades legendarias”, Eva, la demasiado crédula, Dalila, la mujer entre las mujeres, Judith, la sádica, Helena, la rebelde, Safo la incomprendida, Salomé, la escéptica. En 1930 con “Confesiones no confesadas”, libro inclasificable de “poemas-ensayos” o “ensayos-poemas”, ilustrados con diez fotomontajes, indaga en la androginia, la máscara y el espejo.
Recién en 1929, la revista Bifur publicó una de sus fotografías. Y su relación con los surrealistas se consolidó cuando se unió a la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios. Es ahí donde estrechó lazos con Breton y Crevel y publicó (1932) Les Paris sont ouverts (que se puede traducir como Los París están abiertos) mientras participaba con Breton y Bataille en la fundación de la revista Contre Attaque.
Fueron años de intenso trabajo y en 1936, participó en la Exposición surrealista de objetos y en Londres en la Exposición Internacional Surrealista realizada en las galerías Burlington. Al año siguiente, ilustró con veinte fotografías Le coeur de Pic (El corazón de picas), poema de Lise Deharme.
Su permanente búsqueda hizo que su pertenencia al movimiento surrealista se viera superada por una inspiración baudeleriana y por la búsqueda de un mito personal. Claude no pretendía provocar ni dar espectáculo. Su arte reflejaba una búsqueda de sí misma, en un juego permanente de espejos y de metamorfosis, entre la fascinación y la repulsión, en una obra compuesta en gran parte de autorretratos.
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial decidió emigrar de París y se instaló junto a Marcel Moore en la isla de Jersey (Gran Bretaña). A pesar de ello, mientras participaba en acciones de la resistencia repartiendo volantes antinazis vestidas de hombre en eventos militares y por dejar mensajes subversivos en los bolsillos de los soldados alemanes, fue detenida por la Gestapo en 1944. Fue sentenciada a muerte, pero logró salvarse de la ejecución gracias a la liberación de la Isla por parte de los aliados. Claude se retrata entonces con el galón de un uniforme alemán en la boca, como símbolo de la victoria de una artista mujer, lesbiana y judía frente al poder de la Alemania nazi. El gobierno francés la premió en 1951, con la Medalla de la Gratitud Francesa.
Recién en 1992, se descubrieron la mayoría de los negativos de sus fotografías en la intendencia de la Isla Jersey de Gran Bretaña y, desde entonces, varios prestigiosos museos de todo el mundo (Museo nacional de Arte Moderno de París, Instituto de Arte Contemporáneo y Tate Modern de Londres, Grey Art Gallery de Nueva York) han consagrado exposiciones a su obra, poemas visuales que constituyen un trabajo original, único en su género, que tuvo una difusión muy restringida en sus orígenes y que hoy no deja de sorprender por su sensibilidad y originalidad. En todo caso, una parte no desdeñable de su obra se ha perdido, sobre todo a causa de su detención por la Gestapo en 1944 que destruyó todo lo que encontró a su paso.
En 2018, el Ayuntamiento de París nombró una calle en honor a Claude Cahun y Marcel Moore en el sexto distrito de la capital francesa, donde vivió el dúo. Además de centrarse cada vez más en su trabajo del movimiento surrealista y romper las barreras de género en las artes fotográficas, el trabajo de Cahun ha influido en las celebridades que modifican el género, la comunidad LGBTQ + moderna y las conversaciones sobre identidad y expresión hasta el día de hoy.
Cahun no encajó en definición alguna porque fue muchas cosas al mismo tiempo: fotógrafa, escritora, activista política contra los nazis, poeta, icono feminista, lesbiana, judía, actriz, surrealista, pionera del autorretrato y de la ambigüedad sexual, libre, innovadora, valiente… en su juego con la indefinición sexual usó el cabello muy corto, teñido de colores y ocasionalmente se rapaba la cabeza y las cejas al cero, vestía ropas masculinas, usaba bigotes falsos, túnicas y casi siempre un monóculo mientras se colocaba corazones o pezones en las mejillas.
Una mujer que no se ciñó a las convenciones de la época, una mujer que marcó la ruta para muchas jóvenes que hoy imitan su estilo quizás sin saber que Claude Cahun es la mujer que lo hizo hace casi un siglo atrás. Si ella pasó casi inadvertida entonces, fue por su carácter multidisciplinario y su sensibilidad. En resumen, una mujer cuyo sello se encuentra en numerosas manifestaciones artísticas de hoy, pero a la cual aún las grandes mayorías no conocen ni reconocen.
Claude Cahun murió a los 60 años el 8 de diciembre de 1954 en Saint Helier, Jersey.
3 comments
Gracias. Interesante personaje.
Increíble la cantidad de personajes poco difundidos de la historia. Gracias por su rescate. Abrazos.
Excelente y exhaustiva cronica de una vanguadista que rompio moldes buscandose a si misma