Convención Constitucional. Poderoso caballero es don dinero. Por Luis Marcó

por La Nueva Mirada

En agosto, cumplido un mes de funcionamiento de la Convención Constitucional, la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) entregó el primer reporte de gastos de esa instancia. A partir de ahí el tema de la ejecución del presupuesto en la constituyente se ha ido instalando en medios de prensa y en el discurso político impulsado por la derecha. La forma y tratamiento de esto apunta a que será objeto de una observación permanente y que cualquier cosa que parezca un “exceso”, “abuso” o “privilegio” tendrá amplia difusión pública.

Unos pocos años atrás, conversando con un amigo que ocupó un alto puesto administrativo en La Moneda, señalaba que le llamaba la atención que algunas nuevas autoridades hacían demandas que no tenían nada que ver con las responsabilidades del cargo o su funcionamiento. Es así como a unos no les gustaba el color de la oficina asignada, o requerían un escritorio más amplio, una alfombra más clásica o moderna o que hiciera juego con las cortinas, que el celular fiscal no es de tal marca o el plan contratado era insuficiente. Por supuesto que sotto voce el personal administrativo comentaba que probablemente ni un cuarto de los requisitos se cumplían en la propia casa y que a fulano se le había “subido el piojo al cuello”, algo así como sufrir el mal de altura, un vértigo donde la vanidad se impone a la sensatez. Como es obvio, muchos de estos requerimientos terminaban diluidos en los pasillos burocráticos e incluso a veces a la espera de ver cuánto duraba el requirente en la posición alcanzada.

Mejor lejos del mal ejemplo…

En un plano similar a lo descrito, pero de forma muy socarrona, un ex ministro del Interior consultado off de record sobre qué haría una vez que dejara el cargo no dudaba en afirmar que entraría al ámbito privado, pero no en referencia al ejercicio de su profesión, sino que privado de auto, de chofer, de secretaria, etcétera. El chascarro mostraba una buena dosis de realidad porque una cosa es la investidura del cargo y otra muy distinta es asumir que todo aquello son merecimientos personales y perdurables. Desde entonces las cosas han ido a peor en nuestro país y por estos días hemos visto como un ex comandante en Jefe del Ejército amplificó esta confusión en montos y acciones propias de la corte de Luis XIV, olvidando de paso lo que el esclavo que portaba la corona de laureles le susurraba a César: “recuerda que eres mortal”, lo que los latinos definían como memento mori.

El dinero, el vil dinero y una buena dosis de vanidad pueden resultar devastadores cuando se trata de funciones públicas. En lo que hace a la Convención Constituyente, aunque de horizonte limitado en su mandato, la estrategia comunicacional tanto del gobierno como de la derecha apuntaría a destacar el gasto como un tema central. Es así que, al cumplirse  un mes de funcionamiento de la Convención Constitucional, la Segpres difundió los montos e ítems ejecutados, alcanzando el 38% de lo comprometido para su funcionamiento durante los 9 meses que duraría su labor. Pero la Segpres fue más allá al entregar detalles de la solicitud de un arriendo de un departamento para cuatro personas con servicio de limpieza para la Machi Francisca Linconao o comida a la carta para la mesa dirigida por Elisa Loncon y Jaime Bassa. Al parecer la publicación de los whatsapp en los que todos descartaban comer pescado y se dividían entre los que preferían pollo con salsa peruana, pimentones rellenos con queso azul o comida vegana fue considerado un “exceso” por parte de la mesa constituyente al revelar un intercambio epistolar que consideraban privado. Sin embargo, la molestia solo muestra cierto grado de ingenuidad de cómo funcionan estas cosas.

Al margen de lo anecdótico que puede ser lo anterior es manifiesto que el gobierno, al menos en este caso, si está dispuesto a actuar con una inédita trasparencia, algo que se agradecería si el estándar se aplicara también a las platas del propio mandatario. Por otra parte, si se atiende a la justificación de La Moneda para focalizar las ayudas sociales durante la pandemia, bajo el expediente de la responsabilidad fiscal, es evidente que mostrar “excesos” en la instancia Constituyente resulta un muy buen negocio tanto en limitar la acción de las oposiciones, como en la afirmación de cierto sentido de Estado de la actual administración.

Por lo descrito precedentemente no deja de sorprender que se abran nuevos flancos en la propia constituyente al aprobar gastos sin demasiados requisitos que, aunque estén sujetos a rendición, pueden terminar erosionando la legitimidad del trabajo constitucional. Basta recordar cuando el SERVEL rechazó boletas del entonces candidato presidencial Franco Parisi cuando incluyó la compra de calzoncillos Armani y que él mismo calificó de autogol, es decir, incluso los gastos rechazados pueden causar daño por muy cómodos que puedan ser los mentados calzoncillos.

Desafíos multiplicados para la Mesa constituyente…

Aunque Jaime Bassa en las últimas semanas se ha paseado por cuanto canal de televisión y medio de prensa existe para explicar que estos gastos serían rendidos y no son platas directas para cada constituyente, es claro que lo relevante para efectos políticos será el uso y abuso de los mismos. Algo que se hace inevitable debido a que se aprobó la posibilidad de contratar asesores sin que éstos acrediten competencia ni títulos profesionales.

Cuando se firmó el acuerdo por la Paz y Nueva Constitución el 15 de Noviembre de 2019 con la automarginación del Partido Comunista las fuerzas políticas que concurrieron pensaban que podían tener suficiente votación para controlar o influir decisivamente en esa instancia. De hecho, la derecha creyó que desde su posición de rechazo igualmente obtendría el quorum suficiente para actuar como quinta columna dentro de la propia Convención, pero el magro resultado obtenido la lleva a centrar su maniobra en lo comunicacional. Por eso, la constituyente Marcela Cubillos no duda en “explicar” esta suerte de arbitrariedad de los gastos y el aumento de los mismos, sentando las bases para un seguimiento del tema que termine en una especie de novela por entregas.

Marcela Cubillos: buscando cualquier flanco…

Hay que admitir que los vientos empiezan a favorecer a la derecha en la línea de la incertidumbre que se abre con la constituyente, pero está en manos de la misma evitar que esto sea tendencia. La repercusión de omitir en una de sus resoluciones el concepto de “República de Chile” para apuntar hacia “los pueblos” no es solo un problema retórico, sino que golpea, y no necesariamente para mejor, una visión fundamental como es la pertenencia y el sentido de sociedad.

Una breve referencia histórica a la cuna de la democracia, que recoge Aristóteles en su libro “la Constitución de Atenas”, muestra la importancia de establecer la categoría de ciudadano en el nuevo orden jurídico, esa discusión se centraba en la calidad de quien aspiraba a esa condición ya sea por edad, origen o situación. Nadie pensaba en algo distinto de la Atenas que amparaba a todos. Al igual que lo ocurrido en Atenas, cuando el pueblo se reveló ante las élites, la Convención Constitucional es producto de una profunda discordia, pero los griegos entendieron que la Constitución era un acto de concordia y no un fomento de la división o atomización.

En fin, todavía queda mucho camino por recorrer. En septiembre la Convención debería entrar en materias propiamente constitucionales, veremos si celebran el 18 o eso ofende a la entelequia de los pueblos. Como sea, será a partir de entonces cuando los servicios de asesorías se revelarán como un punto crítico tanto en competencia profesional y en calidad de productos. No hay que perder de vista que las denuncias de “corte y pega” en asesorías se ha dado en muchas otras instancias. Esta cuestión puede amplificarse si, en contrapartida, se rechazan ofertas de apoyos desde el mundo de las universidades e instituciones que pueden mitigar estos riesgos. Por último, la rendición de gastos se instala de manera amplia, incluyendo una mirada a aquellas cosas objetadas, quizás reaparezcan los Armani, algún otro suntuario de moda o gadget tecnológico. Los latinos advertían: vanitas vanitatis et omnia vanitas, vanidad de vanidades y todo vanidad…el imperio de la vana apariencia más allá del tiempo y más allá del lugar. Ya veremos cómo sigue todo esto…

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