Por fin. ¡A votar!
El fin de semana vota un pueblo ciudadano desgarrado en su alma. Desgarrado social y económicamente. Con una fractura expuesta de su alma política.
“Vamos de un mundo de certidumbre a un mundo de probabilidades. Debemos encontrar la “vía estrecha” entre un determinismo alienante y un universo que estaría regido por el azar y por lo tanto sería inaccesible para nuestra razón”.
¿Llevaremos al país y a todas las personas a un “punto de bifurcación”, lejos del equilibrio, donde se presentan varias probabilidades de futuro, o sólo de una ¿inflexión? El futuro ¿sólo se torcerá?, o ¿será el inicio de algo cualitativamente nuevo?
No existe el retroceso al pasado en la flecha del tiempo. Siempre en camino hacia delante de forma irreversible.
Marchamos de una forma “cao errante,” (desde la belleza del caos (el desorden), a un camino nuevo de ruta impredecible, en medio de una nueva forma de hacer política. La cao-política, donde el desorden lleva al orden y la novedad. Las manifestaciones y movimientos sociales conducen a la emergencia de lo nuevo en un campo de probabilidades futuras. Son necesarios. La representación y la participación democrática de todo el pueblo ciudadano constituye las mallas de contención que evitan la destrucción en estos procesos autoorganizados, a veces caóticos. La nueva constitución jugará este papel creando restricciones y marcos de orden.
“Sin duda, en el siglo venidero veremos el desarrollo de una nueva noción de racionalidad donde “razón” no estará asociado a “certidumbre”, y “probabilidad” a “ignorancia”. En este marco, la creatividad de la naturaleza y, sobre todo, la del hombre, encuentran el lugar que les corresponde”.
No hay duda. Las intuiciones del premio Nobel, Ilya Prigogine, se cumplen con creces.
Y en un mundo donde no impera la certidumbre, la noción de valor es fundamental para la toma de decisiones.
Confiados, esperamos que en el voto quede impreso y representado mayoritariamente el valor del ser humano y su dignidad por sobre el de la economía y los números.
Ayudemos a desarrollar una democracia viva. Lo vivo, evoluciona y se adapta más allá de la estabilidad. Una democracia límite, que se desarrolla en la frontera de su propia realidad.
Votemos en contra de sus verdaderos enemigos: “El mesianismo, el ultraliberalismo (el imperio de la economía por sobre la política; el poder omnipotente de los medios de comunicación y las redes; el desmantelamiento del estado de bienestar y la desregulación extrema), el populismo y la xenofobia (el miedo al extranjero y el aumento del nacionalismo excluyente)”. Sumemos a lo anterior, la corrupción y la violencia sistémica, el terrorismo y el narcotráfico.
La negociación actual con el presidente y el gobierno terminó en discusiones técnicas sobre la cifra de una renta básica universal más allá de la línea de la pobreza. Los políticos transformados en economistas aficionados. Se despojó la propuesta de una política real fundamentada en una ética de mínimos basada en los derechos humanos. La renta debiese ser una RENTA MÍNIMA ÉTICA UNIVERSAL. El debate sólo técnico económico, post pragmático y fáctico, vaciado de ideologías y valores, sólo conduce a la frustración y ruptura de sentido al corto plazo.
La ruptura de sentido es una de las causas de la violencia y la anomia. Esto ¿lo comprendió parte del oficialismo al hablar el lunes de una propuesta con un ingreso ÉTICO FAMILIAR? ¿Acaso no será sólo una maniobra política negociadora? ¿O se evidencia una toma de conciencia sobre la desastrosa realidad socio económica en que viven la gran mayoría de las personas? Siempre hay que confiar en la buena voluntad y la búsqueda del bien que anida en las profundidades del ser humano.
Pero no hay que ser ciegos. La política actual parece muchas veces un campo de estrategias regida sólo por un juego de poderes egoísta y narciso, vacío de humanidad.
Los partidos de oposición dicen que tienen los votos en el congreso para aprobar leyes contra la violencia del estado y la vulneración de derechos en las manifestaciones sociales. Mientras, el ex -juez Baltasar Garzón, levanta una acusación para que se investigue al presidente Piñera y autoridades por su responsabilidad en estos hechos. Los partidos guardan un silencio vergonzoso (por lo menos, público).
Finalmente, creo que lo que está en juego es un deber ético presente y futuro. Crear las condiciones para el cambio del modelo de mercado neoliberal a ultranza, por un modelo de bienestar y seguridad social humanizador, fundado en una ÉTICA CIUDADANA DE MÍNIMOS, acordados y comprometidos en una Nueva Constitución, centrada en la búsqueda del bien común y la justicia social.
¡Que nos vaya bien!