Encuesta CEP: Un gobierno sin destreza ni habilidad

por La Nueva Mirada

Los resultados de la reciente encuesta dada a conocer por el Centro de Estudios públicos (CEP), la primera en evaluar los primeros meses de gestión del actual gobierno, no son demasiados alentadores para la actual administración y representan un duro golpe para el ego del Presidente Piñera. Mientras un 37 %& de los encuestados aprueba la gestión el mandatario, un 29 % la rechaza, en tanto que un 53 % afirma que ha actuado con debilidad y el 53 % sostiene que ha actuado sin destreza ni habilidad.

La preocupación de los empresarios

En verdad, Sebastián Piñera ha mostrado escaza destreza o habilidad a la hora de priorizar los temas más caros y sensibles de la agenda oficial, como reiteradamente han señalado los empresarios, sosteniendo que el gobierno se farreó el llamado período de gracia, priorizando temas secundarios o más propios de la oposición (como los llamados temas valóricos) antes que desplegar una agenda pro crecimiento que, en clave empresarial, apuntan a la llamada “modernización tributaria” (incluyendo una rebaja de impuestos), la flexibilización laboral, simplificación de los trámites de aprobación medio ambientales y favorecer la inversión y el emprendimiento, incluyendo el famoso Plan Araucanía, trabado por el incidente que le costara la vida al comunero Mapuche Camilo Catrillanca.

Precisamente, como una forma de sacar de la agenda mediática el enojoso tema de las responsabilidades políticas e institucionales generadas por el incidente, el Presidente Piñera, de manera extemporánea e inconsulta, decide que el país no suscribirá el pacto migratorio de Naciones Unidas, que implica una ruptura con la política exterior seguida hasta ahora por el país, alineándolo con los pocos países- entre ellos EE.UU. y Brasil (según  lo ha anunciado Bolsonaro) – que han decidido restarse a este esfuerzo colaborativo de la inmensa mayoría de las naciones que forman parte de la organización internacional.

Todos estos temas, incluyendo el prolongado paro portuario y  el debilitamiento de instituciones como la Contraloría y Carabineros, le fueron representados puntualmente al Jefe del Estado en la cita convocada por la Confederación de la Producción y el Comercio por los líderes empresariales, develando las inquietudes y preocupaciones por la marcha de la economía, que no logra tasas de crecimiento robustas ni generar los empleos de calidad y bien remunerados que el mandatario prometiera durante la campaña.

Evidentemente el gobierno enfrenta una frustración de las altas expectativas generadas durante la pasada campaña presidencial con su promesa de “Tiempos Mejores”, que aún no son percibidos por la mayoría de la población, generando el rechazo en las encuestas. Junto con reconocer que tanto el gobierno, como ellos mismos, son responsables de haber sobrevalorado estas expectativas, los empresarios demandan una mayor pro actividad del ejecutivo para priorizar los temas centrales de su programa, desactivar los conflictos laborales y las tensiones que se aprecian en la Araucanía.

Tampoco Sebastián Piñera ha mostrado gran destreza o habilidad en su relación con las FF.AA. y Carabineros, que hoy viven una de sus mayores crisis institucionales derivadas de actos de corrupción y faltas a la probidad, así como desordenes administrativos y ausencia de efectivos controles internos.

Sebastián Piñera tiene una visión diferente. Sigue pensando que la economía marcha por un buen camino, creciendo en torno al 4 % en el presente año, mejora la productividad, crece la inversión y que se han creado más de los 140.000 empleos que señalan las estadísticas del INE y el Banco Central, que habrían subestimado las cifras, como insinuara el Presidente del Banco Central en su reciente exposición acerca de la marcha de la economía.

En su opinión,  “Chile está en marcha”, dejando atrás el “estancamiento” y el período de “vacas flacas”, como reza la consigna que busca unificar el discurso oficial y el país se encamina a convertirse en un país desarrollado. Un país como Australia, señaló ante los empresarios.

El caso Catrillanca y los retrocesos del Plan Araucanía

Pero no es este el único terreno en donde Piñera ha mostrado poca destreza o habilidad. El incidente que culminó con el asesinato de Camilo Catrillanca evidencia las contradicciones e inconsistencias de una política que, por un lado, dice buscar  el diálogo con las comunidades indígenas y por otro despliega un comando militarizado  en la zona, entrenado en la lucha anti guerrilla en Colombia, para enfrentar brotes de violencia en la Araucanía, generando un grave incidente que no tan sólo lesiona la imagen de Carabineros, sino que destruye las incipientes confianzas que el ministro Moreno se había esforzado en generar.

Pero probablemente es en el terreno político en donde el mandatario y su equipo político han demostrado menor destreza o habilidad. Primero para digitar los interlocutores y los temas en donde al gobierno le interesa dialogar y buscar acuerdos con sectores de la oposición, no dudando en calificar de anti patriotas y obstruccionistas (cuando no de traidores a la patria) a todos los demás.

Precisamente, como una forma de sacar de la agenda mediática el enojoso tema  de las responsabilidades políticas e institucionales generadas por el incidente, el Presidente Piñera, de manera extemporánea e inconsulta, decide que el país no suscribirá el pacto migratorio de Naciones Unidas, que implica una ruptura con la política exterior seguida hasta ahora por el país, alineándolo con los pocos países- entre ellos EE.UU. y Brasil (según  lo ha anunciado Bolsonaro) – que han decidido restarse a este esfuerzo colaborativo de la inmensa mayoría de las naciones que forman parte de la organización internacional.

La compleja relación con las FF.AA. Y Carabineros

Tampoco Sebastián Piñera ha mostrado gran destreza o habilidad en su relación con las FF.AA. y Carabineros, que hoy viven una de sus mayores crisis institucionales derivadas de actos de corrupción y faltas a la probidad, así como desordenes administrativos y ausencia de efectivos controles internos.

Evidentemente que ello requiere de profundos procesos de reestructuración de sus mandos (como los que se han estado desarrollando), así como reformas internas, incluidas nuevas normas de transparencia y control.

Pero todo esto puede hacerse con menos estridencias y mayor cuidado en el trato a los mandos y la imagen de las instituciones. Desde luego, no ayuda que el Presidente decida criticar públicamente los supuestamente “dispendiosos” gastos en que habría incurrido la FACH en los actos del traspaso del mando institucional, sin considerar que el “despliegue de la fuerza” realizado en tal evento, está contemplado en el presupuesto institucional y suma las horas de vuelo que obligadamente debe realizar.

La gestión política del gobierno

Pero probablemente es en el terreno político en donde el mandatario y su equipo político han demostrado menor destreza o habilidad. Primero para digitar los interlocutores y los temas en donde al gobierno le interesa dialogar y buscar acuerdos con sectores de la oposición, no dudando en calificar de anti patriotas y obstruccionistas (cuando no de traidores a la patria) a todos los demás.

Luego afirmando que “la izquierda ofrece el paraíso pero nos llevan al infierno” como sostuviera recientemente, sin precisar a qué izquierda se refería y olvidando el verdadero “panegírico” que hiciera en la ENADE del año 2017 del legado de los gobiernos de centro izquierda – que le habían permitido al país prácticamente cuadriplicar su ingreso per cápita, mejorar todos y cada uno de sus indicadores sociales, reducir drásticamente la pobreza, avanzar en materia de verdad, justicia y reparación en materia de derechos humanos y progresar  a un desarrollo inclusivo -para concluir afirmando que el país se había “descarrilado” de esta senda en la anterior administración, producto del ideologismo  y la teoría de la “retro excavadora” exigiendo “retrotraer las reformas” para poner nuevamente a Chile en la senda del crecimiento.

Es difícil entender la lógica o el propósito de estas afirmaciones en los precisos momentos que el gobierno debe mejorar sustancialmente la calidad de su gestión política, buscando acuerdos en torno a su agenda más dura y controversial, como la “modernización tributaria” la reforma del sistema de pensiones o la contra reforma laboral, en donde el conjunto de la oposición, desde la DC hasta el Frente Amplio, han expresado diferencias muy de fondo, tal como lo representara el  Presidente del Senado, Carlos Montes, a los empresarios reunidos en la sede de la CPC, luego de la comparecencia de Piñera.

Es difícil entender la lógica o el propósito de estas afirmaciones en los precisos momentos que el gobierno debe mejorar sustancialmente la calidad de su gestión política, buscando acuerdos en torno a su agenda más dura y controversial, como la “modernización tributaria” la reforma del sistema de pensiones o la contra reforma laboral, en donde el conjunto de la oposición, desde la DC hasta el Frente Amplio, han expresado diferencias muy de fondo, tal como lo representara el  Presidente del Senado, Carlos Montes, a los empresarios reunidos en la sede de la CPC, luego de la comparecencia de Piñera.

En verdad, el gobierno ha tenido éxitos parciales en sus esfuerzos por distinguir entre una oposición dialogante, proclive a los acuerdos (entre los que se incluye a una buena parte de la DC, el PRSD y sectores del PPD), y otra supuestamente “irreductible”, refractaria a todo diálogo y búsqueda de consensos (los obstruccionistas o antipatriotas), en donde ubican al Partido Socialista, sectores del PPD, al Partido Comunista y, por cierto, al Frente Amplio.

Pero todo ello no alcanza para viabilizar una agenda que mediante el proceso de “simplificación” del sistema tributario, busca bajar los impuestos a los sectores de mayores ingresos, apunta a una mayor flexibilización laboral o fortalecer el desacreditado sistema de AFPs.

Son otros los temas en donde el diálogo y la búsqueda de acuerdos con la oposición (en su conjunto), son más factibles urgentes y necesarios. Además de posibles. Entre otros, una política  de Estado sobre los pueblos originarios, que apunte a su reconocimiento constitucional y de sus derechos ancestrales. Un acuerdo para enfrentar la crisis que hoy viven las FF.AA. y Carabineros, que incluya reformas institucionales, definiciones de una política de Defensa y reformulación de la carrera militar, incluida su sistema de pensiones. Una reforma profunda al sistema de pensiones. Una nueva política de orden y seguridad. El propio proceso constituyente del que nadie ha vuelto a hablar. Y por cierto, una política exterior que exprese un amplio consenso nacional.

El balance de estos primeros meses arroja un saldo al debe del gobierno. Tampoco la oposición ha demostrado destreza o habilidad para constituirse en un factor pro activo o propositivo. La mejor prueba de lo anterior es que el deterioro del gobierno no lo capitaliza la oposición.

El balance de estos primeros meses arroja un saldo al debe del gobierno. Tampoco la oposición ha demostrado destreza o habilidad para constituirse en un factor pro activo o propositivo. La mejor prueba de lo anterior es que el deterioro del gobierno no lo capitaliza la oposición.

La política no puede ser un juego de “suma cero” sin un grave daño para los intereses superiores del país. Tal como lo sostuviera el ex ministro Alejandro Foxley hace unos años y lo reiterara recientemente en la Enade el senador  Carlos Montes, la buena política y una mejor democracia constituyen requisitos necesarios para alcanzar un desarrollo inclusivo en el país. Desgraciadamente la política no parece gozar de muy buena salud por estos días. Y las responsabilidades parecen ser compartidas por el gobierno y la oposición.

También te puede interesar