La lección de Sabella que nunca olvidó Messi

por La Nueva Mirada

Alejandro Sabella hizo historia en el fútbol argentino y mundial. Primero como jugador y luego director técnico. Ha pasado poco más de un año de su sensible partida y continúa creciendo la admiración por su legado deportivo y humano.

En vida ya inspiró libros con aquella huella imborrable que lo instaló entre los inmortales del deporte pasión de multitudes.

Metódico, pensante, organizado, estratega, docente, estudioso del fútbol y fanático de los libros de historia. De futbolista de barrio a mago en Inglaterra…lo define, en parte, el libro titulado “Pachorra, Historias para conocer a Sabella» de los autores Javier Saúl y Pablo Kacker. Con todo, aún queda mucho por contarse del maestro Sabella, como un episodio previo al partido jugado con Irán en el torneo mundial de 2014, que marcaría a Lionel Messi para siempre.

Alejandro Sabella falleció el 8 de diciembre de 2020, a los 66 años, pocos días después de Diego Armando Maradona. Su huella como talentoso futbolista trasandino formado en River Plate que brilló en Estudiantes de La Plata, se extendió más allá de sus fronteras( jugó en Leeds, el club que hoy dirige Bielsa, y también en Gremio de Brasil) y llegó a su esplendor como entrenador de la Selección Argentina en el Mundial de 2014, logrando el subtítulo tras una memorable y sufrida final contra Alemania.

Pero junto a sus virtudes propiamente futbolísticas fue marcando huella como estudioso de su entorno histórico y social, proyectando comprensión y solidaridad entre sus compañeros y dirigidos. En la trágica inundación de La Plata en abril del 2013, abrió las puertas de su casa para ayudar a sus vecinos en el barrio de Tolosa y brindarles un plato de comida.

Por todo aquello no sorprendió que el pasado 5 de noviembre de 2021, cuando habría cumplido 67 años, las redes sociales se repletaran de mensajes de recuerdo y admiración del universo futbolístico – incluida la hinchada de Estudiantes de la Plata(con quien fue campeón, como jugador en 1982 y 1983), agradeciéndole aquella histórica Copa Libertadores de América del 2009 – por tantos logros inolvidables.

Al regreso de su experiencia en el mundial de 2014, con su serenidad acostumbrada se disculpó : «yo valoro el segundo puesto, aunque me hubiera gustado ser campeones porque los muchachos se lo merecían. Lamentablemente, me duele en el alma no haber podido traer la Copa para nosotros, para Argentina»

Con Sabella, Messi vistió la camiseta de capitán de la albiceleste y Leo no deja de recordarlo. Ciertamente la experiencia vivida en aquel rudo encuentro con Irán, que marcó la clasificación argentina a octavos de final de aquel mundial nunca sería olvidada por el capitán y el conjunto del plantel trasandino. Y no sólo por aquel gol en el minuto 94 del mismo Messi.

(*1) Ahora sabemos que antes de jugar con Irán, Messi dijo: «¿Quién sabe cómo juegan estos terroristas?» (el pibe es un talento, pero poco sabe de ideologías). Sabella paró el entrenamiento y dio una larga charla al seleccionado. No habló de tácticas ni de jugadas. Les explicó el proceso histórico de Irán, desde los persas hasta la situación geopolítica estratégica del presente. Eso hizo que antes de iniciarse el partido, Messi hablara con el capitán de los iraníes y le preguntara, con respeto, sobre cómo estaban en su país.

Cuando terminó el partido con Bosnia, los periodistas se quedaron con la boca abierta cuando Di María expresó lo que significaba haber jugado con un equipo integrado por «los bebes de la guerra». Y hay muchos relatos más que testimonian la tarea integral, cultural, de Sabella.

Las charlas de este técnico con la selección fueron denunciadas ante Grondona por el representante de AFA: «este tipo (por Sabella) se mete en cosas que nada tienen que ver con el futbol…Les está quemando la cabeza a los chicos«.

Lo que estaba haciendo Sabella, era enriquecerles su humanidad, ampliarles la visión, poniendo en sus cabezas algo más que una pelota.

Esto es lo que hizo que esta selección fuera única, nueva y que un día se negaran a jugar un partido en un estadio israelí, construido sobre un poblado palestino exterminado: la impronta dejada por un verdadero maestro de la vida.


(*1) Aporte de Carlos Ramírez (miembro de C5N en vivo)

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