¿Dónde están los millones? viene repitiendo hace décadas Don Francisco demandando generosidad para la gran obra de beneficencia en 14 centros de rehabilitación infantil. Toda cara tiene su sello y la revisión de cuentas realizada por CIPER desnudó una también generosa danza de millones en el entorno de su histórica secretaria ejecutiva Ximena Casarejos.
¿Quién no se ha emocionado con algún testimonio en estos larguísimos años de Teletón? ¿Si no la hubiera capitaneado Don Francisco, quién entonces? ¿Qué mandatario ha dejado de elogiar aquella generosa respuesta a una demanda que el Estado no puede cubrir? En contrapunto se reiteran reparos con otras interrogantes que el viento y el silencio se llevan año tras año ¿por qué se insiste en presentar a los beneficiados como objetos de caridad y no sujetos con derechos? ¿por qué no se transparentan los beneficios tributarios de los grandes donantes empresariales que además lavan sus cuestionadas imágenes públicas con un exhibicionismo extremo? ¿funcionaría la obra si los aportes fueran anónimos?
Que la transparencia ha sido el talón de Aquiles de la Teletón es una suerte de tabú, tan antiguo como Don Francisco, que ha tenido el cuidado reconocible de no dejar cabos sueltos, sin que se puedan demostrar provechos indebidos o ganancias personales que no sean los provenientes de la fama de su generosa cruzada en pantalla.
Cuento aparte son las trenzas de beneficiados que ha transparentado la mencionada indagación de CIPER, con una suma de millones que ciertamente puede parecer un detalle nimio ante la inmensidad de recursos acumulados por la benéfica obra (el promedio de los últimos años indica una recaudación anual muy superior a los $30 mil millones).
Ximena Casarejos y familia han hecho historia en la Teletón. Ella ingresó jovencita a la obra en 1978 y desde 1995 hasta 2020 se desempeñó como secretaria ejecutiva, para luego integrarse al directorio como vicepresidente ad honorem. Ciertamente su remuneración histórica no debería sorprender tanto, atendiendo aquella altísima responsabilidad ejecutiva.
Los números de la discordia surgen de pagos posteriores, según boletas emitidas por ella de $156 millones, entre enero y septiembre de 2021, y por los beneficios recibidos por el entorno familiar de Casarejos. ¿Quién es quién para calificar aquellos méritos profesionales? pero en honor a la transparencia se abre otro flanco con los servicios de marketing pagados a su hija, la actriz María José Necochea, y los honorarios recibidos por su yerno Patricio López Vicuña, como coordinador general de las transmisiones televisivas de Teletón entre 2016 y 2020.
Ya fuera de la familia, las explicaciones han debido correr por el pago de asesorías a profesionales con tan diferentes trayectorias como Enrique Correa y Wilfredo Perry.
Las asesorías de Correa suman $155 millones, entre 2019 y 2021. Nadie puede sorprenderse de las habilidades comunicacionales del exministro y titular de Imaginacción, por lo que puede resultar redundante que Teletón deba explicar aquellas asesorías atendiendo a que la institución “requiere de una permanente observación e interpretación de la opinión pública y el acontecer nacional, con objeto de orientar las líneas comunicacionales y acciones de convocatoria a la comunidad. Para estos efectos, los estudios de opinión y la asesoría de expertos en estas materias son fundamentales para nuestro trabajo; y esta asesoría se enmarca en ese ámbito”. A buen entendedor…
Más incómodas son las explicaciones de Wilfredo Perry González, que recibió pagos a Perry Servicios de Seguridad, por $162 millones, desde 2018. Incómodas para Teletón y el propio ingeniero comercial, no porque haya realizado mal los servicios contratados, sino por ventilar su historia personal. Perry, jovencito militante del grupo terrorista Patria y Libertad participó en el atentado que costó la vida al comandante Arturo Araya Peeters, edecán naval del Presidente Salvador Allende, en la madrugada del 27 de julio de 1973. La investigación realizada por la Fiscalía Naval, tras la imputación a los confesos del crimen, culminó con el indulto posterior otorgado por Augusto Pinochet Ugarte después del golpe de estado del mismo año.
Ciertamente la escandalera condiciona todo un desagrado para Don Francisco – a estas alturas de su trayectoria más concentrado en su cómoda jubilación internacional (Programa “Reflexiones” en CNN/Miami) – ante las imputaciones a una colaborada tan esencial y próxima como Ximena Casarejos.
¿Y por unos cuantos millones voladores y privados…tanta incomodidad dirá usted? ¿Y qué dice el público?