Radio: Cuando el receptor pone la imagen

por Francisco J. Zañartu. G

Días de radio

 La noche del 30 de octubre de 1938, el actor, director y guionista estadounidense Orson Welles (1915-1985) produjo la versión radiofónica de la novela “La guerra de dos mundos” (War of the Worlds) del autor inglés H. G. Wells, generando una conmoción en el público estadounidense. Muchos de los oyentes pensaron que se trataba de una verdadera invasión extraterrestre. Cabe destacar que, cada uno de los asustados receptores se armó una imagen propia de dicha invasión y en ella se asomaron sus fantasmas personales.

 La radiodifusión es parte de nuestra cotidianeidad, lo que fue confirmado por el director de cine Woody Alen (1935) quien, a mediados de los 80, dirige la cinta “Días de radio”, donde explora las aventuras de un niño que descubre la música -el jazz- a través de la radio, convirtiéndose en su pasión.

 En un mundo signado por lo audiovisual, cuesta imaginar que hace poco más de 35 años, lo visual quedaba a cargo del receptor. A la radio se le considera un medio de “comunicación social”, pues tiene la posibilidad de poner enrelación a diversos grupos. El poeta, periodista, director y catedrático mexicano Alejandro Avilés (1915-2005) distingue entre las acepciones “comunicación masiva” y “comunicación colectiva o social” en el sentido de que esta última lleva implícitos conceptos concientizadores y personalizantes.  

 Esto es lo que ocurre en Chile con anterioridad al golpe de estado, cada agrupación con intenciones de incidir tiene su emisora. La Iglesia Católica, la “Chilena”; la CUT la “Luis Emilio Recabarren”, la SNA la “Agricultura” y la SONAMI la “Minería”, por recordar algunas. 

 No se puede olvidar que fue gracias a una radio – Magallanes – que se escuchó el último discurso del presidente Allende, que hoy se analiza en diversas partes del mundo como una pieza de retórica. 

A quienes vivieron la dictadura les es fácil relacionar la radio con la voz de Sergio Campos diciendo que “El diario de Cooperativa está llamando” Muchas veces, cuando escuchábamos el clásico sonido, creíamos que había caído Pinochet, luego nos decepcionamos con la noticia, pues no era tan importante como nuestras expectativas. Hubo otras veces en que nuestro imaginario no pudo visualizar lo que se comunicaría. Recuerdo lo ocurrido aquella noche de marzo del 85, cuando se anunció que los cuerpos encontrados por campesinos entre matorrales en el fundo «El Retiro», correspondían a los militantes del Partido Comunista de Chile, secuestrados el día anterior: José Manuel Parada, Manuel Guerrero y Santiago Nattino.

 En esos mismos años, uno de los hombres claves en las comunicaciones de la dictadura, Manfredo Mayol, se vanagloriaba de que la radio Colo Colo, gracias a su música de segundo orden, era la única emisora de gobierno con alta sintonía, lo que les permitía emitir sus mensajes.  

De tú a tú.

La radio está, o puede estar, presente en todas partes entregando compañía e inmediatez a distintos receptores. Como medio de comunicación, se concentra en la naturaleza de lo que representa  y posee, una calidad íntima de tú a tú, que la mayoría de los otros medios no tienen. Se puede interactuar con y a través de ella y el conductor se transforma en un personaje cercano. Recordemos que, en la época de la dictadura, la “Chilena” se definió como la “Voz de los que no tienen voz” 

 Por otra parte, la radiodifusora, es transversal. La misma emisora se puede escuchar en dos lugares muy distintos geográfica y socialmente y, cada uno de los receptores termina, a su modo, el relato iniciado por el conductor, igual como lo hicieron, hace décadas, los norteamericanos la noche en que Welles mostró la invasión de los extraterrestres. Además, es un espacio democrático pues, en un lugar, se pueden escuchar diversas emisoras a la vez. Uno de los factores de gran incidencia en esta democratización es que                            su costo de producción es menor que el de los otros medios. 

 Lo anterior ha permitido el nacimiento espacios de libre recepción con un radio de acción limitado: las radios comunitarias. Estas son dirigidas por personas jurídicas sin fines de lucro que tienen entre sus fines esenciales la promoción de objetivos específicos de carácter cívico, social, cultural o espiritual. Entre estas organizaciones pueden estar los sindicatos, las juntas de vecinos y organizaciones comunitarias, como asociaciones indígenas, de adultos mayores, deportivas, etc. 

 La misión de estas radios es promover una cultura democrática a través de la participación ciudadana que, ejerciendo su libertad de expresión y derecho a la información, propongan y realicen contenidos programáticos en formatos innovadores.

El dial nuestro de cada día.

La historia del dial ha corrido paralela a la del país, lo que, según parece, se debe a que la radio es una representación de la cultura nacional. Un claro ejemplo de ello es lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973.

 Ese día, las emisoras opositoras al gobierno de la Unidad Popular, comenzaron a transmitir desde las 08:50AM, ediciones especiales para dar cabida a los mensajes informativos de las fuerzas militares, se expusieron sus bandos comunicando la decisión de los comandantes en jefes de las fuerzas armadas y de Carabineros de sacar a las autoridades, otras radios como Minería, Chilena y Cooperativa, por determinación de sus ejecutivos, decidieron sumarse a la cadena radial de las fuerzas armadas. 

 En el otro lado, presidente Salvador Allende, ya dateado de movimientos sospechosos de tropas militares en Valparaíso, informa a través de emisoras afines, su primer discurso a las 07:55 AM, las radios Portales, Corporación y Magallanes, junto con Candelaria y Luis Emilio Recabarren, forman la cadena “La Voz de la Patria”, donde se conectan para emitir los discursos gubernamentales. 

 A partir de esa fecha, comienza una fuerte censura en el país y en el dial. La radio Balmaceda, de propiedad cercana a la DC, hace un reportaje sobre el circo, que se trasmite un 11 de septiembre y las autoridades la cierran y relegan a sus directores. Lentamente se intenta recuperar el dial y toman importancia algunos personajes, como el ya mencionado Sergio Campos, el periodista y empresario musical J. Osvaldo Larrea (Ricardo García 1929 – 1990) los periodistas Senén Conejeros, Manola Robles, Eduardo Segovia y Miguel Davagnino, entre otros, quienes, casi clandestinamente, intentan recuperar la capacidad de los auditores para crear su visualidad. 

 Hoy día, muchas emisoras funcionan por internet y mantienen la necesidad de establecer una relación directa con los receptores, para ello se utilizan diversos dispositivos como celulares, computadoras y tablets. La radiofonía no ha perdido su validación y gran parte de los auditores la escucha mientras viaja en su auto o en el transporte público. En pleno siglo XXI, se confirma su importancia como medio masivo gracias a su versatilidad y alcance. En una época, caracterizada por la expansión de las comunicaciones, esta se mantiene vigente pues está vinculada a las comunidades, zonas remotas y grupos marginados. Constituye una tribuna eficaz para intercambiar información y ayudar en situaciones de caos y desastres. 

Un alto porcentaje de personas escucha alguna vez la radio en su día a día. Este es el único medio masivo que se puede atender mientras se realizan otras actividades: el trabajo, alguna tarea para la universidad o los quehaceres del hogar. 

 Sólo cabe agregar, que en el siglo XXI la radio sigue cumpliendo el rol para la que fue creada: apelar a la imaginación de los oyentes. 

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2 comments

Rebeca octubre 13, 2024 - 1:04 am

Bien estimado cro.
Los podcast actuales, de algún modo evocan las primeras emisiones radiales a inicios del siglo pasado, cuando los barcos reportaban con emoción que captaban textos bíblico y una canción navideña. En la segunda guerra mundial, la inefable Rosa de Tokio, contando (o inventando) historias extra maritales de las esposas de los soldados en el frente da para contar otra historia.

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Rebeca Araya Basualto octubre 14, 2024 - 12:37 pm

Bien Zañartu amigo
Hay otro comentario mío más extenso sobre tu artículo, que no veo aquí.
Seguramente algo hice mal.
Dejo este de prueba y volveré más tarde a repetir las reflexiones que me inspira tu buen texto.

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