Andrónico Luksic. La riqueza y los medios de comunicación

por La Nueva Mirada

POR LUIS BREULL

Una de las relaciones más complejas en el escenario público de las democracias contemporáneas –insertas en la globalización sociocultural y el globalismo del mercado-, es la del dinero y la propiedad de medios de comunicación (cualquiera sea su tipo). En esencia, son dos actividades sensibles y que pueden incubar múltiples de conflictos de interés. Algo que de acuerdo a la ética neoliberal no debería reportar problemas, pero que al revisarse incluso por los criterios del liberalismo clásico del primer mundo, obliga a regular. Por eso, el terreno en que se encuentra Andrónico Luksic Craig, uno de los miembros de la familia más rica en Chile, es complejo más allá del plano del mero negocio medial.

Al revisar su composición encontramos un grupo económico propietario de Quiñenco, un holding o matriz de empresas con presencia en los sectores financieros, mineros, de energía, agroindustrial, maderero, de transporte, telecomunicaciones y medios de comunicación. Agrupa entre otras al Banco de Chile, Antofagasta Minerals, Compañía de Cervecerías Unidas CCU (Kuntmann, Austral, Viña San Pedro y Cía. Pisquera de Chile), Compañía Sudamericana de Vapores CSV, Empresa Nacional de Energía ENEX e Inversiones TV Medios Ltda. (Canal 13, 13HD, Canal 13c y REC TV, más las radios FM Oasis, Play, Sonar y  Tele 13).

Al revisar su composición encontramos un grupo económico propietario de Quiñenco, un holding o matriz de empresas con presencia en los sectores financieros, mineros, de energía, agroindustrial, maderero, de transporte, telecomunicaciones y medios de comunicación. Agrupa entre otras al Banco de Chile, Antofagasta Minerals, Compañía de Cervecerías Unidas CCU (Kuntmann, Austral, Viña San Pedro y Cía. Pisquera de Chile), Compañía Sudamericana de Vapores CSV, Empresa Nacional de Energía ENEX e Inversiones TV Medios Ltda. (Canal 13, 13HD, Canal 13c y REC TV, más las radios FM Oasis, Play, Sonar y  Tele 13).

LA URGENTE O PIADOSA SALVACIÓN DE CANAL 13

La compra parcial de Canal 13 -Corporación de Televisión de la Pontificia Universidad Católica de Chile- por parte de Andrónico Luksic se produjo el 6 de agosto del año 2010. A petición del entonces Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz y mediante las gestiones del rector de la PUC, Ignacio Sánchez,  el ejecutivo fue instado a incorporarse a la propiedad mayoritaria de la cadena (2/3), luego de agudizarse la crisis financiera de la estación. Tal fue el descalabro de la señal entre los años 2009 y 2010, que para pagar sueldos el canal cerraba el mes con solo 50 millones de pesos en caja, debiendo asumir las remuneraciones la Universidad mediante endeudamiento bancario.

Luksic pagó 55 millones de dólares para ser controlador del 67% de la propiedad del 13, avaluado en poco más de 80 millones de dólares. Dineros que permitieron a la Universidad sanear las deudas generadas por una docena de años de malas gestiones tras la muerte de Eliodoro Rodríguez Matte el 18 de julio de 1998  (Rodrigo Jordán, Jaime Bellolio, Enrique García, Eliana Rozas, Mercedes Ducci y Marcelo Von Chrismar).

Como empresario conocido por desplegar rudas estrategias de competencia en los mercados que interviene, su refundación de Canal 13 se apoyó entonces en el recién reincorporado director de Programación de Canal 13, Patricio Hernández -quien venía de dirigir la creación de CNN Chile- y en una serie de altos ejecutivos de TVN. Entre ellos, David Belmar (director de gestión y encargado del proceso de conformar el nuevo equipo), Luis Hernán Browne (director comercial), Jorge Cabezas (director de prensa), Alejandra Hinojosa (gerenta de estudios) y una decena de productores ejecutivos y realizadores.

Luksic pagó 55 millones de dólares para ser controlador del 67% de la propiedad del 13, avaluado en poco más de 80 millones de dólares. Dineros que permitieron a la Universidad sanear las deudas generadas por una docena de años de malas gestiones tras la muerte de Eliodoro Rodríguez Matte el 18 de julio de 1998  (Rodrigo Jordán, Jaime Bellolio, Enrique García, Eliana Rozas, Mercedes Ducci y Marcelo Von Chrismar).

CABALLO INGLÉS O POTRO VIEJO

El nuevo Canal 13 tuvo una racha importante de rápido crecimiento en audiencias, como éxitos programáticos entre el 2011 y 2013. No obstante, nunca resolvió un problema esencial de su proyecto editorial: el grado de dependencia de la línea editorial anterior, cuando la estación era universitaria y católica en un 100% y tenía por misión evangelizar la cultura. Se actuó con implícitos de nuevos aires liberalizadores, pero sin tener nuevos estándares editoriales claros, cuestión que le valió aberraciones y problemas derivados del ejercicio de un periodismo investigativo que jugó al impacto fácil y a la denuncia sin tomar todos los resguardos.

Vinieron reportajes de Contacto, como el ciclo de discriminación de las nanas que querían poner a sus hijos en colegios de élite (un pastiche pseudoperiodístico de suplantación de roles, uso de actores y recreaciones junto con cámaras ocultas injustificadas) y el del mal etiquetado de productos light que no lo eran (que le valió un costoso juicio de las empresas Cencosud).

Se actuó con implícitos de nuevos aires liberalizadores, pero sin tener nuevos estándares editoriales claros, cuestión que le valió aberraciones y problemas derivados del ejercicio de un periodismo investigativo que jugó al impacto fácil y a la denuncia sin tomar todos los resguardos.

La caída del proyecto en términos financieros y programático no se hizo esperar cuando el último trimestre del 2013 Patricio Hernández migró para asumir como nuevo director ejecutivo de Mega, que acababa de ser adquirido por Carlos Heller –grupo Bethia-, vinculado al retail, empresas lecheras, vitivinícolas, de transporte y al Club Hípico. Hernández se llevó consigo a todo el staff estratégico del área de programación, gestión de contenidos y planificación de audiencias. Así, Canal 13 se resintió y vio derrumbarse su liderazgo, hasta caer al tercer lugar, mano a mano con Chilevisión.

Desde el 2014 que Canal 13 viene dando tumbos con sus gestiones corporativas, incluyendo seis directores ejecutivos que han levantado proyectos propios: David Belmar, Rodrigo Terré, Luis Hernán Browne, Cristián Boffil, Alejandra Pérez y Javier Urrutia (exdirector ejecutivo de La Red). Las pérdidas acumuladas en ese mismo lapso totalizan casi 52 mil millones de pesos, algo que recién se revirtió levemente el 2018 con la venta de gran parte de sus equipos técnicos y de producción a la empresa española Secuoya (de externalización) y el despido acumulado de dos tercios de su planta de funcionarios en los últimos tres años, pasando de casi mil quinientos a poco más de quinientos al día de hoy.

Las pérdidas acumuladas en ese mismo lapso totalizan casi 52 mil millones de pesos, algo que recién se revirtió levemente el 2018 con la venta de gran parte de sus equipos técnicos y de producción a la empresa española Secuoya (de externalización) y el despido acumulado de dos tercios de su planta de funcionarios en los últimos tres años, pasando de casi mil quinientos a poco más de quinientos al día de hoy.

 LUKSIC Y LO QUE VIENE

Si estuviéramos en Inglaterra, Holanda, Alemania, Estados Unidos u otra nación del primer mundo con leyes de comunicación que regulan la relación entre ser empresario en áreas sensibles de la producción económica o las finanzas y tener medios de comunicación de amplio alcance, está claro que Andrónico Luksic no podría ser dueño del Banco de Chile y al mismo tiempo tener un canal de TV abierta de cobertura nacional y 4 estaciones de radio FM.

A sus 65 años, Andrónico Luksic –un agudo y directo usuario de twitter- no es ni el primero ni el único gran empresario en ser dueño de canales de TV y radios en Chile, cruzado por pérdidas/beneficios que se juegan minuto a minuto en múltiples ámbitos de la economía y que pueden impactar en la forma y los contenidos que se comunican.

Este es un problema que no se reduce solo al potencial conflicto de intereses cruzados, sino al hecho inherente de considerar a los medios de comunicación como constructores directos e indirectos de la opinión pública y de las nociones de realidad en las sociedades contemporáneas. Y al debido resguardo que deben tener en su funcionamiento respecto de la coerción que ejercen los intereses económicos y de propiedad que inciden en el avisaje y en los contenidos que se emiten. Mayor incluso, considerando el estado de crisis de la industria televisiva local.

A sus 65 años, Andrónico Luksic –un agudo y directo usuario de twitter- no es ni el primero ni el único gran empresario en ser dueño de canales de TV y radios en Chile, cruzado por pérdidas/beneficios que se juegan minuto a minuto en múltiples ámbitos de la economía y que pueden impactar en la forma y los contenidos que se comunican. Pero la legislación chilena requiere cambios para prevenir que en su condición de constructor de opinión pública, lo haga en su vocación ciudadana de ejercicio pluralista del derecho a informar y estar informados, y no como vocero interesado en defender siempre sus intereses empresariales, sea con o sin razón.

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