La ha publicado el escritor y periodista Alfredo Sepúlveda Cereceda. La obra intenta, condensar desde la última glaciación a nuestra última revolución, en apretadas 541 páginas, con sus respectivas notas.
Es un recorrido desde tiempos inmemoriales – cuando la angosta franja que hoy se conoce como nuestro territorio se encontraba sumergida en las profundidades de los océanos (varios millones de años atrás) – hasta nuestros días, incluyendo los mil días de Salvador Allende, la dictadura militar, el plebiscito y la transición, la compleja cohabitación de gobiernos civiles con las fuerzas armadas, el malestar social y la “revolución pingüina”, protagonizada por los estudiantes el año 2011.
Se trata de un atrevido, como entretenido, esfuerzo por resumir nuestra historia, a la manera de un cronista, con una mirada pretendidamente “objetiva”, con grandes pinceladas, consiguiendo que los lectores nos reconozcamos como protagonistas.
De manera algo novelada, el autor describe las largas y cruentas guerras protagonizadas por nuestro pueblos originarios, ante la llegada de los Incas y luego los españoles, que “descubrían” nuestra América y pretendían “domesticarlos”, la mayor de las veces a sangre y fuego, con éxitos acotados hasta nuestros días.
Un relato que cautiva. Ciertamente, no tanto a los estudiosos o eruditos de la historia del país. Pero estimulará el recorrido a jóvenes, y no tan jóvenes, que nunca se sumergieron, o sólo transitaron levemente por ella en tiempos escolares.
Transitamos por las luchas de la independencia y el largo tránsito para convertirnos en nación. Identificamos a los primeros partidos políticos y sus luchas por la hegemonía, distinguimos orígenes de la guerra del Pacífico y la compleja paz sellada con Perú y Bolivia, los tiempos de bonanza y la irrupción de la cuestión social. Apreciamos los nuevos movimientos y partidos obreros, la emergencia del león de Tarapacá, el fenómeno del ibañismo, los gobiernos radicales, la revolución en libertad, la vía chilena al socialismo, el golpe de Estado de 1973, los ciclos de la dictadura militar y las tensiones al interior de las FF.AA., el plebiscito de 1988 y la transición a la democracia, desde Patricio Aylwin hasta Sebastián Piñera, en su primer mandato, incluyendo la llamada “revolución pingüina”, que cambió inesperadamente la agenda del país.
Un relato que cautiva. Ciertamente, no tanto a los estudiosos o eruditos de la historia del país. Pero estimulará el recorrido a jóvenes, y no tan jóvenes, que nunca se sumergieron, o sólo transitaron levemente por ella en tiempos escolares.
Se trata de un atrevido, como entretenido esfuerzo por resumir nuestra historia, a la manera de un cronista, con una mirada pretendidamente “objetiva”, con grandes pinceladas, consiguiendo que los lectores nos reconozcamos como protagonistas.
Atrae que aborde los acontecimientos y sucesos más recientes, que tantos acomodan a la medida de sus intereses o puntos de vista, pero que permanecen en la memoria colectiva por las propias vivencias, las de familias, su entorno y relaciones, a partir de hechos indesmentibles.
Con toda seguridad, la perspectiva del autor para encarar esa historia reciente – la misma que enciende las pasiones entre quienes apoyaron el golpe de Estado de 1973 y sus opositores ó víctimas – estimulará más de una aguda polémica entre los que justifican o intentan explicar, por “contexto histórico”, las masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos y aquella mayoría que las condena.
Todo aquello en el marco de posturas ideológicas, sostenidas en poderosos intereses políticos y financieros, asociados a la intervención directa del gobierno de Estados Unidos en aquel hito histórico que transformó a Salvador Allende en mártir de la democracia que deja un legado a reivindicar.
Con toda seguridad, la perspectiva del autor para encarar esa historia reciente – la misma que enciende las pasiones entre quienes apoyaron el golpe de Estado de 1973 y sus opositores ó víctimas – estimulará más de una aguda polémica entre los que justifican o intentan explicar, por “contexto histórico”, las masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos y aquella mayoría que las condena.
Más allá del valor histórico, académico, periodístico y literario que contiene Breve Historia de Chile de Alfredo Sepúlveda, su trabajo reinstala debates largamente eludidos, ciertamente no resueltos, acerca de nuestra historia reciente y las enseñanzas que de ella puedan extraer las nuevas generaciones.
No es poco para una historia tan larga y presentada de manera tan condensada, como entretenida. Un libro que vale la pena leer.