De la democracia y la política. En Santiago llueve sobre la ciudad inundada y fangosa. Se mojan los pobres del pueblo y la TV. Con “acampes” protegidos. Los canales (de la corrupción), obstruidos por celulares y computadores perdidos. Luchan por salir a la superficie. Depredación de tierras y dunas. Ambición infinita del negocio sin bien común (ni colectores de lluvias). En el futuro será el de los campos lunares. Los aplastó el peso de las utilidades negociadas. Un acoplamiento estructural destructor. Una pulsión acrática entrópica, pero no virtuosa.
El espacio se curva. El tiempo político democrático se curvó. Se (des)-humanizó. Con tornados, trombas marinas y relaciones exteriores tormentosas. El mayor enemigo es el tiempo turbulento…que se termina. El Poder Judicial bajo asedio, perturbado ¿infiltrado? y Supremo. Tráfico de influencias. Promiscuidad venenosa. El Poder Legislativo lucha por sobrevivir y legitimarse en medio del mercado libre de la política eleccionaria. La violencia (narco) se hace viral. El amor y el odio también. Ya no se leen los “Cuadernos de la cárcel”. Sólo las pequeñas notas carcelarias del anexo Capitán Yáber.
Somos un país amistócrata, afectuoso (y odioso) La amistad es un tipo de amor con inhibición o control de la pulsión erótica. Por lo menos así lo describió C.S. Lewis en su libro Los Cuatro Amores. (El afecto, la amistad, el eros y la caridad). Hoy existen las amistades con “privilegios” sexuales…y políticos. Pasiones y amores políticos. Decisiones en la cama. Fachos de izquierdas y derechas. Populismos de derechas e izquierdas. Fachos pobres y fachos ricos. En fin, lumpen de ambos lados. Más bien, en todos lados.
Degradación democrática. Turbiedad residual. Fluidos orgánicos post estructuralistas comunicacionales. Un país sin órganos. Líquido y en caos osmosis permanente. Flocular y material. Con focos de autopoiesis virtuales que no distinguen el bien del mal. Sólo fluye la materia agusanada despojada del espíritu. Una tortilla de alteridades y diferencias. Paradigmas de la paranoia y la locura. Necesitamos un esquizoanálisis para “flanquear las barreras del sin sentido” que nos embarga. Una meta -modelización democrática que nos Re singularice. Una “refundación (Humanista) de la praxis política”. Una nueva subjetivación. Escapar de la máquina de los datos y números. De lo irracional racional. De lo racional irracional.
La democracia ¿sólo un sistema técnico- político perfecto? Despojado de la imperfección y el riesgo en las debilidades humanas, no tendría humanidad. Sin curvas ni fracturas, sólo una máquina inconsciente del “infierno de lo perfecto” (ya no sólo de lo igual de Han), donde no existe el riesgo creativo, el fracaso ni la culpa. Estamos en una “encrucijada” frente al “ciber leviatán” (A.I.) inhumano de José María Lassalle (Artes y Letras Mercurio).
Termino con fragmentos de las tesis 1 y 4 de Jaques Ranciére sobre la política y la democracia, necesariamente curvadas.
“La democracia no es un régimen político. Es en tanto ruptura de la lógica del “arkhe” (principio, fundamento, comienzo) …el régimen mismo de lo(a) político(a) como forma de relación que define a un sujeto específico…La política no es el ejercicio del poder…es un modo de actuar específico puesto en acto por un sujeto propio que depende de una racionalidad la relación política la que permite pensar al sujeto político y no lo contrario”
A continuación, la reflexión crítica (de cada lector o lectora).
Textos: Jacques Ranciére: “Política, policía y democracia; Félix Guattari: “Caosmosis”.