¡Rompan todo!

por Jorge A. Bañales

Por Jorge A. Bañales

But when the music starts

Don’t stay there like a fool

And break it all

You listen me, break it all

(Los Shakers, 1965)

Provocador

Con desparpajo de ganador el ex y futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha pasado las dos semanas desde su victoria electoral alborotando en uno de sus papeles favoritos: el de provocador. Y, para su regodeo, los medios zumban obsesivamente en torno a él, y los perdedores se angustian con agüeros del fin de los tiempos.

 Si se le busca alguna lógica a las designaciones que Trump ha hecho de los futuros miembros de su gabinete calza cómoda la canción que hizo famosos a Los Shakers uruguayos: rompan todo.

 Y si se le encuentra un denominador común al motivo por el cual Trump ha seleccionado al menos una treintena de hombres y mujeres como vanguardia de su segundo mandato presidencial, el más aparente es la lealtad o, como lo describió el ex consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, el vasallaje.

 Muchas de las tales designaciones requieren, según la Constitución, la aprobación del Senado, recinto de la aristocracia política estadounidense en el cual a partir de enero el Partido Republicano tendrá mayoría. Será entonces cuando pueda estimarse que el Partido Republicano todavía existe, o si ya ha pasado a ser, oficialmente, el Partido Trumpista.

 Algunos senadores republicanos han expresado tímida cautela acerca de algunas de las designaciones, y otras traen murmullos por eventuales conflictos de interés o los antecedentes mancillados de los postulados.

 Si las postulaciones de Trump llegan al Senado de palco y emoción será la contienda entre unos pocos vasallos políticos y la burocracia, lenta, gelatinosa, resbaladiza como mercurio entre los dedos y ducha en la demora. Por aquello de que los ministros pasan, pero los ministerios quedan.

Botones de muestra

Trump ha designado al hombre más rico del mundo, Elan Musk, y al casi mil millonario, Vivek Ramaswamy, como co-ministros de un Departamento de Eficiencia Gubernamental que no existe, y cuya creación requiere decisión del Congreso.

 El propósito de la agencia, que obviamente desarrollará su propia burocracia, será la poda de una burocracia que emplea a más de 2,9 millones de personas. Entre las medidas posibles se cuentan la destitución de funcionarios, o el traslado a diferentes partes del país de las sedes de agencias federales ahora concentradas en Washington DC y sus alrededores.

 Los críticos del menjunje apuntan que las destituciones podrían consistir en el despido de desleales al trumpismo y la sustitución con leales. Asimismo, los traslados de sedes pueden causar renuncias y vacantes, además del impacto económico en las regiones donde ahora abundan los funcionarios públicos.

 Si el Congreso da a Trump aquiescencia para la creación del Departamento de Eficiencia, Musk y Ramaswamy estarán dictando políticas y aplicando medidas que afectan a empresas de las cuales son propietarios. Un ejemplo es la relación espinosa entre la red social X, de la cual Musk es dueño, y las agencias gubernamentales que regulan los medios de difusión y comunicación.

Para el Departamento de Estado, la agencia que se ocupa de la política internacional de EE.UU., Trump ha elegido al senador republicano de Florida, Marco Rubio, quien al menos trae algo de experiencia como miembro del Comité de Política Exterior en el Senado. Rubio, senador a quien Trump denigró como “el petiso” durante la campaña electoral de 2016, adhiere al enfoque de la política global que asigna a China el papel del mayor enemigo de Estados Unidos.

Trump quiere tener al frente del Departamento de Justicia al ahora renunciante representante republicano Matt Gaetz, quien ha sido investigado por tráfico sexual. Ése es el Departamento que incluye al Buró Federal de Investigaciones y una de las agencias a las cuales Trump le ha puesto la mira en su promesa de venganza.

 Para el Departamento de Salud y Servicios Humanos, Trump ha propuesto a Robert F. Kennedy (hijo), un individuo que vitupera las vacunas y que opinó que el virus de la Covid 19 fue configurado para atacar a los blancos y negros, y que los grupos más inmunes eran los judíos askenasi y los chinos.

Este Kennedy, miembro enronquecido de una familia famosa, ha prometido que usará las agencias reguladoras para eliminar el uso de pesticidas. Por muchos años Kennedy ha denostado a las corporaciones industriales que controlan la producción agropecuaria en EE.UU. (y buena parte del mundo) y ha afirmado que han promovido una epidemia de obesidad, han contaminado los suelos y han arruinado a las granjas familiares. Si el Senado aprueba la postulación de Kennedy habrá un estremecimiento en la industria alimenticia que cada año mueve 1,5 billones de dólares.

Al frente del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, Trump quiere colocar a Tom Homan, un ex funcionario de la misma agencia que en 2018 participó en la política fronteriza por la cual más de 5.000 migrantes menores de edad fueron separados de sus familias. La postulación sintoniza con la promesa de Trump acerca de la redada y deportación más grandes de la historia.

En el Pentágono, Trump quiere tener como Secretario de Defensa al comentarista de televisión Pete Hegseth, un mayor del Ejército condecorado por su servicio en Irak y Afganistán. Hegseth, sin experiencia en la administración de una empresa o una agencia mayor, dirigirá la política militar en un ministerio que tiene, entre personal en servicio activo miembros de las Guardias Nacionales, reservistas y civiles más de 2,91 millones de empleados. El domingo un abogado de Hegseth confirmó que el ex presentador de Fox pagó a una mujer una cantidad no revelada de dinero después que ella lo acusó de asalto sexual. Hegseth niega que el encuentro con la denunciante haya sido un ataque sexual.

Tulsi Gabbard, una teniente coronel del Ejército, condecorada por su servicio en Iraq y exrepresentante demócrata, salió favorecida con la designación como directora de Seguridad Nacional, un cargo creado tras los ataques terroristas en septiembre de 2001 y dedicado a centralizar la información secreta de las diversas agencias de espionaje. La gobernadora de South Dakota, Kristi Noem, aparece designada para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional, otro ministerio creado tras aquellos ataques para centralizar los diversos servicios policiales, los servicios de inteligencia doméstica y las agencias que lidian con la inmigración.

 Si en algo se parecen estas dos designaciones es en la falta de experiencia de ambas postulantes para la conducción de agencias enormes, que incluyen aspectos de vigilancia, investigación, prevención y detenciones. En algo más se asemejan Gabbard y Noem: su lealtad a Trump.

 Para dirigir el Departamento del Interior, que administra las tierras y aguas públicas de la nación, Trump propuso al gobernador de North Dakota, Doug Burgum. El republicano, quien desde 2022 ha cobrado unos 50.000 dólares en regalías por el arriendo de tierras a la firma petrolera Continental Resources, encabezará un consejo nacional de energía encargado de la política de hidrocarburos.

 Como titular de la Administración de Protección Ambiental, Trump ha adelantado el nombre del exrepresentante republicano de New York, Lee Zeldin quien ya en 2019 votó contra una ley que hubiese prohibido nuevos arriendos para explotación de gas y petróleo en el Refugio Nacional de Vida Silvestre en el Ártico.

 La lista de designaciones se completa con el mismo eco: cada persona elegida por Trump para un cargo es novata en su función o contraria a lo que gobiernos republicanos y demócratas han hecho por años.

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