Según algunos críticos e historiadores de cine, la crítica norteamericana en general no reconoce al “cine negro” como un género específico (a diferencia del western o las comedias), para algunos es una derivación del género policial, otros del thriller, otros del cine de ganster.
Lo único acreditado es que los europeos conocen la producción cinematográfica norteamericana durante la segunda guerra al término de esta. Aquí Cahiers du Cinéma denomina esta tendencia como “cine negro”, que se iniciaría con “El Halcón Maltés”-1941 y se cerraría con “El Beso Mortal”-1955. Después se consideran también, entre otras, a “Sed de Mal”-1958, “A Quemarropa”-1967 y “Chinatown”-1974 y que algunos llaman “neo cine negro”.
No pocas cintas del cine negro están basadas en la llamada novela negra, tendencia literaria que es muy anterior a las películas, más o menos del inicio de los años 20 y luego reforzada con ocasión de la gran depresión.
Varios autores escribían cuentos cortos o capítulos de obras más largas en revistas de entretención de la epoca (conocidas como pulp), y dirigida a un público de limitados recursos, básicamente asalariados. Una parte de esos escritores eran de la llamada izquierda norteamericana que se expresaban por estos medios y con textos que implicaban una crítica al capitalismo monopolista de la época, un juicio virulento a la corrupción de diversas autoridades, gobernadores, alcaldes, jefes policiácos, entre otros.
Un título de una novela es ilustrativo “Ladrones Como Nosotros” (“Thieves Like Us”-1974), el joven y su compañera, que se concentran en asaltar bancos en localidades rurales, responde a una pregunta de un abogado de las razones porque se dedican a asaltar exclusivamente bancos con la frase del titulo, “¿y por qué no?, si son ladrones como nosotros”.
Una alta cantidad de películas negras están basadas en estos cuentos y novelas cortas. Entre otros Dashiell Hammet con “El Halcón Maltés”; James M. Cain con “El Cartero Siempre Llama Dos Veces”-1946), “Perdición”-1944 (“Double Indemnity”); Raymond Chandler con “El Sueño Eterno” (1946).
Cabe consignar que la crítica al sistema capitalista de la época, acentuada con la “gran depresión” de 1929, se expresa también en otros géneros, así el destacado director Nicholas Ray señalaba que la cinta “Johnny Guitar”-54: “representa mi toma de posición sobre el maccarthismo: es la imagen de la época expresada en el lenguaje del western. La pelicula describe una comunidad que bascula hacia el fascismo…”
Algo parecido con “The Ox-Bow Incident”-43, tres hombres son capturados y acusados de asesinato de un ranchero y luego son sumariamente juzgados y colgados, incluyendo en la irracional conducta desde el odio racista, (uno de los acusados -Anthony Quinn- es mejicano) hasta el mero sadismo.