Autorretrato

por Jorge Ragal

Yo nací en la época del verso libre

donde los dioses fueron declarados

oficialmente muertos.

Soy migrante de lejanas tierras

asoladas por el crimen organizado.

Mi lengua materna es comparable

con el canto de las sirenas.

A los siete años escribí un poema

que presagiaba mi pequeña muerte.

Tengo una cicatriz en el pecho

producto de la reciente guerra civil.

A los 21 años me enviaron al exilio

a un pueblo con historia.

Conocí a la pintora Frida Kahlo

en las fabulosas calles de México.

Padezco ciertas alucinaciones

herencia de mi abuela gitana.

Por ello me enamoré de una mujer

que adivinaba mis altas pasiones.

Todavía no tengo mayor claridad

sobre mi última reencarnación.

Y un día amanecí con el tatuaje

de un tercer ojo en la frente

que avizoraba un futuro incierto

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