La economía y el comercio mundial en el último quinquenio soportó el shock del COVID19, seguidamente los efectos de la Guerra Ruso-Ucraniana en febrero de 2022 y cuando tendía a su recuperación en 2024 vino, a principios de 2025, un auto-shock interno provocado por la administración Trump con la apertura de hostilidades de la Guerra Comercial el 20 de enero, con su Política Comercial y sus primeras medidas arancelarias contra México y Canadá, las importaciones de acero y aluminio, su continuación el 2 de febrero y el 3 de marzo contra China y el 2 de abril con su arancel recíproco contra el resto del mundo en la primera quincena de abril hasta configurar un triple escudo arancelario con una tasa arancelaria efectiva en torno al 23%, tasa de protección según el FMI (2025) no vistas en un siglo.
Escudo anti-importaciones
El escudo antimisiles (ADM por sus siglas en inglés) surgió en el año 2000 con el Presidente George W. Busch con el objetivo de proteger a Estados Unidos de ataques de misiles balísticos. Ahora 25 años después, Trump ha conformado un escudo arancelario con el objetivo de proteger su industria nacional y su mercado de importaciones desleales procedentes de todo el mundo, ya sea aliados o enemigos declarados o no declarados. El escudo proteccionista está conformado por diferentes niveles arancelarios según el tipo de enemigos y amenazas que tiene que enfrentar los EUA. En el primer nivel está el arancel uniforme del 10% aplicado al resto del mundo, luego está el nivel conformado por el arancel escalonado recíproco diseñado para 60 países según la proporción de las importaciones respecto al déficit con cada país, que va de 11% a 50% (Gráfico 1).
Gráfico 1
EUA: Niveles de protección arancelaria
En porcentajes

En el tercer nivel está un grupo heterogéneo de sectores, países del T-MEC y productos como el arancel sectorial del 25% en el aluminio y el acero, el arancel del 25% a las importaciones desde México y Canadá no amparadas por el Tratado de Libre Comercio (T-MEC), el 10% sobre las importaciones de energía canadiense y también está el arancel del 25% en el sector automotor. Por último, en el cuarto nivel está el arancel contra las importaciones procedentes de China que subió desde el 10%, aplicado por el caso del fentanilo el 1 de febrero, después al 20% y así sucesivamente hasta llegar al 145% impuesto el 11 de abril en represalia a los aranceles aplicados por China (Gráfico 1).
El efecto según el FMI y la OMC
El Informe de Perspectivas de la Economía Mundial (WEO) publicado en abril por el FMI, como era de prever, hizo un ajuste a la baja del crecimiento del producto mundial de 2025 de solo 0,5% (de 3,3% a 2,8%), pero mucho más del comercio mundial de 1,5% (3,2% a 1,7%) respecto a sus estimaciones de octubre del 2024, que obviamente no incluían a la guerra comercial iniciada por Trump a fines de enero del 2025. Para el FMI, el cambio de contexto se debe a que “los gobiernos de todo el mundo están reordenado las prioridades de sus políticas”. Tímidamente sigue después señalando que “Estados Unidos ha anunciado e implementado una serie de nuevas medidas arancelarias y sus socios comerciales una serie de contramedidas”. La escalada de tensiones comerciales y la elevada incertidumbre tendrán un impacto importante en el producto y el comercio mundial. El efecto acumulado para 2025 y 2026 del producto es una caída de 0,8pp y del comercio mundial de 2,5 puntos porcentuales. file:///G:/BKP%20Nov-Marzo%202025/WEoab25%20Res.pdf
Gráfico 2
Efectos de la Guerra comercial en las exportaciones por regiones
En porcentajes

La OMC estima que existen graves riesgos a la baja, como la aplicación de aranceles «recíprocos» y una mayor indirecta de la incertidumbre política, lo que podría dar lugar a una disminución aún más pronunciada del 1,5% en el comercio mundial de mercancías. El efecto acumulado 2025 y 2026 en las exportaciones mundiales sería un 3,3%. Por regiones, el impacto parece concentrarse en América del Norte con una caída acumulada de 18,9% en sus exportaciones y en menor medida Europa con un 1,0% y Asia con 1,6% (Gráfico 2). https://www.wto.org/english/res_e/publications_e/trade_outlook25_e.htm
Dislocación y rompimiento de las Cadenas Mundiales de Valor

Cuando surgió el shock del COVID-19, con o sin pruebas, se acusó a China de haberlo provocado, mientras que con el shock arancelario-25, solamente el FMI hace la mención muy de pasada sobre las “nuevas medidas arancelarias” de Estados Unidos y de las contramedidas de los socios, mientras que el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, en la reunión de primavera, dijo directamente que el FMI necesitaba centrarse en su mandato clave y adherirse a estándares estrictos en sus préstamos.
La cuestión, como se mencionó en la anterior edición de LaNuevaMirada, no es el numerito del arancel,sino la dislocación y alteración de la cadena de suministros-proveedores y cambios en las estructuras de costos de las cadenas globales y regionales de valor. Según la OECD (2025), alrededor del 70% del comercio internacional interviene en las cadenas de valor mundiales, ya que los servicios, las materias primas, las piezas y los componentes cruzan las fronteras, a menudo en numerosas ocasiones. La participación en las cadenas mundiales de valor (CGV) se da a través de las importaciones de insumos y bienes intermedios incorporados en las exportaciones de una empresa de un país (eslabonamientos hacia atrás), mediante el valor añadido interno en las exportaciones y a través de la demanda final de los socios (encadenamientos hacia adelante). Las importaciones de bienes intermedios utilizados en la cadena de valor de la manufactura mundial son importantes y crecientes.
Las decisiones de los actores de las cadenas no están en función de las declaraciones cambiantes y la suspensión discrecional del arancel, según avancen las negociaciones o no de Trump. Las CGV amplifican los costos de la incertidumbre de la política comercial, las empresas son más reacias a realizar más inversiones nuevas o existentes. Las decisiones en el comercio globalizado se hacen con anticipación, buscando la fuente más barata y segura de suministros de bienes intermedios, partes y piezas que conforman el grueso del comercio mundial. Los aranceles pueden obligar a las empresas a incurrir en grandes costos para remodelar sus cadenas de suministro existentes, causando perturbaciones duraderas en la inversión y la producción mundiales.

El shock actual es muy diferente a una interrupción brusca como en el caso del COVID 19 en la cual se esperó su reanudación o normalización, dado que no alteró la estructura de costos ni la cadena de clientes y proveedores, sino que solo se interrumpió temporalmente, mientras que, el shock arancelario es un rediseño del comercio mundial. Así, para Stephen Roach de Project Syndicate, “Las interrupciones de la cadena de suministro durante la pandemia parecen casi pintorescas en comparación con el reordenamiento fundamental del comercio mundial que se está llevando a cabo actualmente (…) Este retroceso, impulsado por el nuevo desdén de Estados Unidos hacia sus antiguos socios comerciales, probablemente será permanente. Si bien la agitación por el COVID-19 tuvo un claro punto final, la desconfianza hacia Estados Unidos persistirá mucho después de que Trump haya abandonado la escena. Esta vez no habrá una solución rápida ni fácil”.
El proteccionismo en tiempos de las cadenas de valor mundial
El nuevo proteccionismo desconoce los cambios en el comercio mundial basado en el valor agregado, bienes intermedios y servicios. Al proteger el valor bruto, afecta a sus propios insumos intermedios incorporados en las importaciones penalizadas y también a los insumos importados incorporados en sus propias exportaciones
Un solo producto terminado generalmente es el resultado de la fabricación y el ensamblaje en varios países, y cada paso del proceso agrega o incorpora valor al producto final. Por eso se diferencia entre el valor agregado por una empresa de un país, del valor incorporado extranjero de los proveedores de insumos o partes. Así, lo que importa no es solo el arancel al producto final o valor bruto sino el arancel a los bienes e insumos intermedios extranjeros incorporados. Los bienes que importa EUA están compuestos por insumos de varios países del mundo y el problema será cómo aplicar el arancel diferenciado o recíproco si es al producto final o por cada componente. Nótese que el objetivo de Trump no es solo afectar a las importaciones procedentes de China, sino también a los componentes provistos por China a los importantes socios comerciales de EUA como son Vietnam, Japón, México, entre otros.
Oxford Economics estima que alrededor del 5% del valor añadido bruto manufacturero de China puede vincularse a la demanda final estadounidense (US$190.000 millones), el cual incluye tanto el valor de los bienes exportados por China directamente a EUA, así como el valor de los bienes producidos a lo largo de la cadena de valor en China y que acaban llegando al país norteamericano a través de sus socios comerciales. ¿La guerra comercial será por ese 5%?
Con datos de la OECD (Gráfico 3) para una muestra de países involucrados en la Guerra Comercial se puede observar que las economías emergentes tienen una mayor proporción de valor extranjero incorporado en sus exportaciones. Así, Vietnam presenta un 51% de valor extranjero incorporado en sus exportaciones, México tiene 49%, casi la misma proporción respecto a su valor nacional incorporado y le siguen en importancia Canadá (36,2%) y Corea del Sur (33,2%). No es rara la preocupación de Trump por estos países. En cambio, EUA tiene la más baja incorporación de valor extranjero en sus exportaciones (13,5%), le siguen Japón (16,8%) y China (17,9%).
Gráfico 3
Valor agregado nacional (VAN) y valor extranjero incorporado (VAE) en las Exportaciones (EX). En porcentajes

La deslocalización tarifaria
El problema es que los actores del comercio mundial, no son los países, sino las empresas localizadas en diversas partes o fábricas mundiales con interrelaciones entre sí que forman las llamadas cadenas globales de valor. Las empresas ya han sufrido con la desglobalización geopolítica cambios en sus procesos de relocalización y fragmentación de su producción, pero ahora van a tener que enfrentar desafíos mayores por el shock arancelario de Trump, porque no se sabe su magnitud, duración ni tampoco certeza.
Así, por ejemplo, según Oxford Economics.: “La escasa sustituibilidad de los fabricantes chinos a lo largo de la cadena de suministro estadounidense será un problema que las empresas y los consumidores estadounidenses tendrán que sortear”, Si bien México provechó bastante de la desviación de comercio en 2018 con Trump 1.0, según Bloomberg Línea “La reubicación de la producción fuera de China es una solución a largo plazo, pero implica desafíos logísticos y financieros significativos”. Por tanto, no es tan fácil el “salto arancelario” o la burla del arancel. La viveza criolla indica que hay que aprovechar los nichos o tumbas dejados por otros países, para abastecer con nuestros propios productos, como si la sustitución de una fuente de proveedores fuera rápida y sencilla.
No fueron los anti-globalistas sino Trump quién saboteó todo el discurso de la globalización, de la magia de la participación en cadenas globales de valor que van a impulsar el crecimiento económico y la generación de empleos, puesto que si los países no se incorporaban abriendo sus economías y mercados quedarían relegados en el furgón de cola del tren de la globalización, que tal como parece ir con la incertidumbre “trumpeana” se va a descarrilar con todos los países arriba. Después vino, a partir de 2018 con Trump 1.0 y con la guerra ruso-ucraniana, la geo globalización o localización según los países amigos (friendships) y ahora se viene el rediseño de las cadenas de valor global mediante la localización tarifaria, sin amigos, en función del arancel discriminatorio que Trump aplique, suspenda o amenace y según los avances en las negociaciones bilaterales.
Y las negociaciones avanzan lentamente

El Secretario del Tesoro Scott Bessent caracterizó el inicio de las conversaciones con Corea del Sur como «muy exitoso» mientras tanto Trump dijo a los periodistas en la Casa Blanca que estaba muy cerca de llegar a un acuerdo con Japón. Negociar un acuerdo rápido con Japón, que cuenta con su rival China como su mayor socio comercial, ha sido anunciado como un «caso de prueba» para las posibilidades de éxito de Trump, aunque el regalo del representante del Japón a Trump de una alcancía color oro fue “made in China”, como un recordatorio involuntario de la complejidad de las cadenas de suministro globales que busca rediseñar, según Reuters.
El Representante Comercial planea centrarse en una lista de 18 países que han presentado propuestas por escrito, pero según Trump había hecho «200 acuerdos» que se completarían en tres o cuatro semanas, aunque se negó a proporcionar detalles y terminó señalando que consideraría una «victoria total» si los aranceles siguieran siendo del 20% al 50% anual a partir de ahora, según el evangelio de San Trump.