El IPOM y el nuevo momento fiscal por Eugenio Rivera

por La Nueva Mirada

Fundación Chile 21 y Foro por un Desarrollo Justo y Sostenible

En el contexto de un creciente deterioro de la situación sanitaria y económica del país y las demandas crecientes de organizaciones sociales por un giro en la errática conducción del gobierno, algunos partidos opositores dirigieron (el 14 de junio) a la autoridad la propuesta de un “Marco de entendimiento para un plan de emergencia por la protección de los ingresos de las familias y la reactivación económica y del empleo”.

Se apuntaba a un compromiso por un aumento sustancial, aunque insuficiente, del gasto público para enfrentar la Pandemia. El miércoles 17 de junio el Banco Central (BC) dio a conocer el Informe de Política Monetaria (IPOM) de junio en que se señalaba que el PIB caería entre -5,5% y -7,5% en el año 2020. Se trataba de una cifra sustancialmente más negativa que lo que había anunciado el IPOM de abril, que preveía una caída del PIB de entre -1,5 y – 2,5. (el error que implicaban estas cifras habían quedado en evidencia ya el 13 de abril, cuando el Fondo Monetario Internacional indicó que el PIB en Chile caería en torno al – 4,5% en el presente año).

Se trataba de una cifra sustancialmente más negativa que lo que había anunciado el IPOM de abril

Finalmente, la Dirección de Presupuestos (DIPRES) adelantó al día 22 de junio la entrega del Informe de Finanzas Públicas correspondiente al Segundo Trimestre. En el se señalaba que el PIB caería en un -6,5%, cifra muy lejana a la entregada en el mismo informe correspondiente al Primer Trimestre en que se estimaba la caída del PIB en 2%. El reconocimiento por parte de las autoridades de que la crisis es mucho más grave y el acuerdo de elevar sustantivamente el gasto dejan en evidencia un nuevo marco macroeconómico y un nuevo momento fiscal.

El reconocimiento por parte de las autoridades de que la crisis es mucho más grave y el acuerdo de elevar sustantivamente el gasto dejan en evidencia un nuevo marco macroeconómico y un nuevo momento fiscal.

El IPOM de junio.

El IPOM de junio refleja un claro e implícito “mea culpa”. Al señalar que el impacto de la pandemia ha sido severo y su prolongación mayor a la esperada, elude mención alguna respecto de la responsabilidad que en ello le habría cabido tanto a la política sanitaria como económica y social del Gobierno respecto la que le corresponde al Banco Central por haber avalado, al menos, las medidas económico – sociales de la Administración. Tampoco analiza los errores que llevaron a la institución subestimar tan fuertemente el deterioro de la actividad y el empleo, más allá de que les faltaba información.

elude mención alguna respecto de la responsabilidad que en ello le habría cabido tanto a la política sanitaria como económica y social del Gobierno

El IPOM proyecta una caída de la actividad para el presente año de entre -7,5% y -5,5%. Se trata de un rango demasiado amplio para orientar a los agentes económicos. Aunque explica el informe que las condiciones actuales de incertidumbre dificultan definir un rango más estrecho, lo cierto es que existen importantes antecedentes que harían posible una mayor precisión. El propio IPOM asocia la caída del PIB en una cifra cercana al -7,5% a que la pandemia se extienda al tercer trimestre. Es claro a esta altura que el peak de la pandemia se va a extender a julio y como muestra la experiencia internacional el período que sigue a la contención de la epidemia es lento en avanzar hacia la normalización, todo lo cual sugiere que lo más probable es una cercana una cifra cercana a la última cifra indicada.

El BC advierte que, si bien el escenario central asegura que es posible hacer converger la inflación y mantener el crecimiento dentro de rangos similares al indicado con ajustes en la política monetaria, no es posible descartar “escenarios de riesgo”, donde los problemas pueden ser aún más agudos, y por lo tanto, la política monetaria, tal como se conoce, no resultaría suficiente para asegurar la convergencia de la inflación a la meta y se pueden combinar con otro tipo de problemas en la economía.

Así, en un escenario con un rebrote significativo, al que se respondiera con cuarentenas muy prolongadas, comenzarían a aparecer riesgos para la estabilidad financiera, porque ese es un escenario en el cual, pese a todos los apoyos, pueden empezar a producirse nuevas quiebras de empresas, deterioros significativos de las carteras y la banca puede que ya no tenga el capital suficiente como para mantener el flujo de crédito.

Los referidos son escenarios en los que los objetivos de política monetaria se mezclan con los de estabilidad financiera y se requeriría un instrumental más poderoso para actuar. Este es el tipo de situaciones en que ayudaría mucho tener más capacidad para actuar en el mercado de renta fija, por ejemplo, mediante transacciones de bonos del Fisco.

Para el próximo año la proyección de crecimiento es de entre 4,75 y 6,25%: El rango de proyección para 2021 supone que se logra mantener a las empresas en pie a través de las distintas medidas que se han estado implementando, y que la economía se beneficia de una reversión de las condiciones externas tan adversas que ha enfrentado este año, así como del fuerte impulso fiscal y monetario que estará recibiendo.

El reciente miércoles 24, el Fondo Monetario Internacional actualizó sus proyecciones para la economía mundial en el presente año y el 2021.

El reciente miércoles 24, el Fondo Monetario Internacional actualizó sus proyecciones para la economía mundial en el presente año y el 2021. Para el PIB mundial pronostica un caída de -4,9% ( en abril había pronosticado un -3%) y un crecimiento de 5,4% para el 2021 (0,4% menos que en el informe de abril). Para el área Euro pronostica una caída de – 10,2 este año (un resultado de 2,7 puntos menos que lo indicado en abril) y un crecimiento de 6% en el 2021 (que implica un mejoramiento de 1,3 puntos respecto al informe anterior); para Estados Unidos -8% en este año (2,1 menos que lo indicado en abril). Empeoran de manera sustantiva las proyecciones para Francia -12,5% (5,3 puntos menos que lo indicado en abril). Es el caso también de América Latina que vería caer su PIB en -9,4% (4,2 puntos más que en el informe de abril) y crecería en 3,7% en el 2021. En suma, la posibilidad de reversión de las condiciones externas en el 2021 parecen confirmarse no obstante su fuerza es menos potente que lo esperado en abril.

En suma, la posibilidad de reversión de las condiciones externas en el 2021 parecen confirmarse no obstante su fuerza es menos potente que lo esperado en abril.

El Informe de Finanzas Públicas del Segundo Trimestre.

También el Informe de Finanzas Públicas representa un sinceramiento significativo respecto de los pronósticos entregados en el correspondiente al primer trimestre. La estimación anterior de la DIPRES  era de una caída de 2%; ahora pronostican una caída de -6,5% del PIB para el presente año, cifra que se ubica en el medio del pronostico del BC. Cada punto de caída del PIB representa menores ingresos fiscales de US$ 500 millones, por tanto la menor recaudación sería de al menos US$ 2000 millones respecto del último informe de finanzas públicas. En términos de déficit efectivo, con estas nuevas proyecciones es probable que se termine con un déficit efectivo equivalente a un 9,6% del PIB mientras que la deuda pública estará en torno a 34 puntos del PIB. El déficit estructural está en revisión por el Consejo Fiscal Autónomo pero debería mantenerse en lo proyectado en el informe de Finanzas Públicas del primer trimestre (-3,5%).

El aumento del gasto debería estar en torno a un 11,4% (antes era de un 10,4%). Esto significa que el aúmento del gasto público sería de US$ 555 millones. Para el 2021 se espera un déficit efectivo equivalente a la mitad del 2020 y terminar el gobierno con una deuda de 40% del PIB. El gasto público será el mismo comprometido para el 2020.

El informe incorpora los acuerdos de Memorandum de entendimiento con la oposición. Se indica que la idea es usar 2/3 de los US$ 12 mil millones en reactivación. Respecto del Ingreso Familiar de Emergencia se destinaría una cifra que fluctúa entre US$ 1448 millones de dólares si es que se limita el susbsidio a los 4 meses inicialmente previstos y US$ 2284 millones en caso que se extienda por otros dos meses.

El informe incorpora los acuerdos de Memorandum de entendimiento con la oposición. Se indica que la idea es usar 2/3 de los US$ 12 mil millones en reactivación.

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