La decisión de los ciudadanos en la “carrera por el sillón de La Moneda”, es crucial mirando los próximos cuatro años. Las candidaturas de Gabriel Boric, de Aprueblo Dignidad y de José Antonio Kast que representa a la derecha y la ultraderecha son totalmente contrapuestas.
En carpeta para cualquiera de los dos, hay una serie de demandas sociales que aún no han sido resueltas y ya no lo hará el gobierno conservador de Sebastián Piñera. Es evidente que en salud las listas de espera que involucran a dos millones cien mil personas, según encuesta de la Universidad Católica, serán una piedra en el zapato para cualquiera que gané los comicios el domingo 19 de diciembre. Unas cuantas personas habrán muerto desgraciadamente antes de recibir la atención médica adecuada, ya sea consultas o interveciones quirúrgicas.
Entre las demandas sociales figura la vivienda. En Chile faltan 700 mil casas o departamentos y la situación más aguda es para aquellos sectores de bajos y medianos ingresos. Una de las barreras más importantes para ellos son las tasas de interés que el Banco Central fijó en un 4% (y podrían subir en las próximas semanas)para controlar la inflación que cerrara el año con más del 7%, cuando la meta del instituto emisor es de 3% a 4% anual.
Por otra parte, los bancos han reducido los plazos para compra habitacional. Los 20, 25 años de plazo para pagar desaparecieron del mapa. Eso, por ejemplo, obliga a acreditar un ingreso mayor al que se exigía el año pasado.
Las arcas fiscales están flacas a raíz del desequilibrio, provocado por la pandemia, lo que se suma a la actividad lenta que se anuncia para el próximo año y donde siguen faltando 850 mil empleos (entre quienes perdieron el trabajo y aquellos que se suman a la fuerza laboral) según reconoce el economista Patricio Rojas, miembro del equipo económico de Kast.
El panorama se agudiza con el empleo informal que creció un 33,4 interanual en el trimentre julio-septiembre de 2021. Entre ellos están más de 280 mil migrantes que trabajan sin ahorro previsional, ni derecho a la salud, según datos del INE y del Servicio Nacional de Migraciones.
Digamos que la reforma del sistema previsional tendrá que enfrentarlo el próximo gobierno ya que la administración de Piñera decidió sacar de la agenda parlamentaria la ley corta de pensiones y reemplazarla por la Pensión Garantizada Universal (PGU) cuyo proyecto está en manos del Consejo Consultivo Previsional, que una vez visado pasará al Senado para el trámite correspondiente. La idea, que para muchos resultó sorpresiva e improvisada, pretende favorecer a los mayores de 65 años que pertenezcan al 90% más vulnerable de la población.
Legislar una materia tan compleja en algo mas de 20 días se ve difícil. La ve el Senado, puede ir a comisiones dentro de la Cámara Alta, regresa a la sala, si se aprueba, irá a la Cámara de Diputados. Posible Comisión Mixta. En fin. Un trámite largo ya que el parlamento entra en receso durante febrero y el 11 de marzo de 2022, cambia toda la Cámara Baja y la mitad del Senado con otro presidente de la república.
¿Cómo se propone financiar la PGU? Terminar con algunas exenciones. ¿Cuáles? Está por verse. Combatir la elusión y la evasión. El gobierno ha estimado que sumada la PGU más el pilar solidario se necesitarán US$6.800 millones de dólares. Si se logra el objetivo, sería maravilloso para 2,3 millones de personas. La incertumbre se mantendrá hasta que no estén asegurados los cuantiosos recursos.
Mientras la candidatura del Gabriel Boric, espera mejorar la recaudación impositiva para enfrentar las demandas sociales, en el caso de Kast, había anunciado una baja considerable de impuestos, pero Patricio Rojas, su asesor económico no lo ve posible en los años venideros. En una materia tan compleja e importante, la derecha, no tienen claridad.
La culminación de la campaña ha estado sembrada de debates regionales y nacionales, además de las formaciones de conversatorios en diversas comunas del país.
Uno esperaría que en un país democrático hubiese limpieza y transparencia en las propuestas dirigidas a conseguir el voto ciudadano.
Pero en Chile no ha sido así.
Como se puede observar, los numerosos problemas por resolver, hemos visto cotilleo, rumores, siembra de sospechas, insinuaciones maliciosas y copias perversas, al estilo de las acciones de Donald Trump contra Joe Biden, en la campaña electoral de Estados Unidos.
El candidato ultraconservador ha exigido pruebas de la blancura a su rival. Cuando Boric, le mostró su examen que lo eximía del consumo de drogas, vociferó reclamando un examen de pelo. Exactamente lo que hizo Trump con su adversario.
Así se aleja de los problemas de fondo con los DDHH, una cuestión muy sensible para Kast, que no ha ocultado su admiración por Augusto Pinochet, con más 3.000 detenidos desaparecidos, torturados, exiliados, exonerados, condenado reiteradamente por 17 años desde Naciones Unidas. Aparte de los cuantiosos robos al erario público, como se ha demostrados con su fortuna en bancos extranjeros. Basta revisar la historia del dictador con el banco Rigg y sus numerosas cuentas con distintos nombres, para ocultar su identidad, lo que hizo con pasaportes falsos según consta en la causa rol 1649-2004.
El domingo 19 de diciembre veremos si la cultura cívica del país crece o se achata.
Llegó la hora de salir del lodazal, despejando la basura, pensando en los que más sufren.
Por Sergio Campos
Premio Nacional de Periodismo