La configuración del mercado de medios en Chile, sobre todo de amplia cobertura o alcance geográfico tiene asociada una alta tasa de concentración de propiedad, que lo sitúa como uno de los más elevados de Latinoamérica en este indicador, que afecta o amenaza el pluralismo y la construcción de las agendas en la opinión pública. En forma conjunta, el país carece de una Ley de Medios que garantice el derecho a la comunicación e información libre y plural. Todo bajo la paradoja de permitir que cualquier persona natural o entidad jurídica pueda crear un medio de comunicación, independiente de sus nexos en otros ámbitos de poder, negocios o actividades; no obstante, pocos llegarán a trascender en masividad e impacto social amplio, donde al alcanzar esta meta suelen ser absorbidos o comprados por conglomerados mediáticos o holdings más fuertes.
el país carece de una Ley de Medios que garantice el derecho a la comunicación e información libre y plural.
Algo de historia y desafíos pendientes
Tema sensible en las democracias contemporáneas, la concentración de propiedad de los medios de comunicación en Chile tiene larga data. Desde el golpe de Estado de 1973 se dio paso a una consistente reducción de actores y voces hegemónicas en el campo de la prensa, radio y televisión, de la mano entonces de un celoso control informativo y censura política. El duopolio de diarios de los grupos El Mercurio y Copesa (Consorcio Periodístico S.A,), más la reducción casi completa de las radios de oposición al régimen militar, así como el absoluto alineamiento de los canales de TV con el oficialismo de entonces caracterizó las décadas 70/80.
Iniciada la transición democrática, los diarios y revistas de actualidad periodística surgidas en resistencia a la dictadura no pudieron sostenerse en el tiempo ni financiarse (La Época, El Fortín Mapocho, El Metropolitano, Apsi, Análisis, Cauce y Hoy, entre otros). Las radios, privatizadas en un cien por ciento, fueron dando forma a nuevos conglomerados, hasta llegar a Chile el grupo español Prisa (dueño del diario El País) para adjudicarse once frecuencias de alcance nacional –de las que hoy mantiene diez- a través de Iberoamericana Radio Chile. La industria de canales de TV generalista mantuvo al Estado como un actor relevante con TVN, pero desde hace diez años que el liderazgo está en manos de consorcios privados.
Iniciada la transición democrática, los diarios y revistas de actualidad periodística surgidas en resistencia a la dictadura no pudieron sostenerse en el tiempo ni financiarse
El 4 de abril del 2014, la Presidenta Michelle Bachelet creó la Comisión Asesora Presidencial en la Descentralización y Desarrollo Regional que trabajó en cinco focos temáticos: a) Descentralización política, administrativa, fiscal económica, fortalecimiento de capacidades locales y regionales, más participación ciudadana y control democrático. Especialmente en este último acápite se recomendó entre otras medidas para robustecer a los medios de comunicación locales y regionales. Un ámbito que hoy compete controlar solo a la Fiscalía Nacional Económica para evitar la configuración de monopolios mediáticos, sin fijar barreras para que sectores sensibles de la economía –como la banca- posean medios de comunicación. Cuestión que deja a Chile muy lejos de las normas de resguardo que se aplican en Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Francia, Alemania y en general en los países del primer mundo respecto de impedir la tenencia de medios cuando se poseen bancos o limitar la expansión multimedial cuando se traspasan umbrales de 20% del mercado.
Chile muy lejos de las normas de resguardo que se aplican en Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Francia, Alemania y en general en los países del primer mundo respecto de impedir la tenencia de medios cuando se poseen bancos o limitar la expansión multimedial cuando se traspasan umbrales de 20% del mercado.
Catastro de medios chilenos e indicadores de concentración
“Concentración” remite a un concepto semánticamente amplio en el campo político sobre acumulación creciente de capital, de recursos y de presencia en un sector específico de la sociedad. Y específicamente en políticas públicas de comunicación, a un modo sistemático de referentes de hegemonía medial, sea esta de propiedad de los mismos, o bien de mecanismos de distribución, de acceso a materias primas para producir (por ejemplo, papel o tinta, equipamiento tecnológico, etc.), de alcance geográfico y foco editorial, entre otros.
En Chile se viene investigando este tema –con distintos niveles de profundidad, repercusión y metodologías- desde hace cuatro décadas, incluido un informe clave de Guillermo Sunkel y Esteban Geoffroy del año 2001. También, en una investigación general encargada por el Consejo Nacional de Televisión y que me correspondió realizar (2015/2016), se levantaron datos actualizados y objetivados bajo criterios de análisis internacional en torno a cómo medir la concentración, cuál es el escenario legislativo comparado y qué se expresa a través de la configuración de los sistemas de propiedad de medios en nuestro territorio.
Actualizando esa data al 2019/2020, los principales conglomerados registran presencia en distintas plataformas y potencian economías de escala en recursos destinados en la generación de contenidos, aumentando los niveles de concentración.
Dos son los métodos más usados para objetivar o establecer la concentración de mercados. El Índice de Concentración o Concentration Ratio cuantifica la audiencia e ingresos por avisaje que consolidan la primera, las primeras cuatro o las primeras ocho empresas en cada mercado en relación al total de dicho mercado. En tanto, el Índice Herfindahl-Hirschman (HHI) -aplicado por División AntiTrust del Departamento de Justicia de Estados Unidos-, se calcula mediante la suma de los cuadrados de los tamaños relativos de las empresas (conglomerados) en un mercado específico. Se puede calcular sobre una base de 1 (HHI = 1 implica monopolio por máxima concentración y nula competencia) y sobre la base de 10.000, en donde bajo el umbral 1.000 existe concentración baja, así como entre los 1.000 y 1.800 puntos habría concentración moderada, mientras que entre 1.800 y 2.500 puntos se consolida un mercado concentrado. Por sobre los 2.500 puntos se estima que una industria asiste a una alta concentración.
Al emplear en Chile los índices Concentration Ratio (CR) y de Herfindahl-Hirschman (HHI) se aprecia una concentración transversal en todas las industrias mediales, incluyendo ámbitos de servicios en telecomunicaciones que participan en la distribución de recursos para acceder a los contenidos, además de las agencias de publicidad.
Al emplear en Chile los índices Concentration Ratio (CR) y de Herfindahl-Hirschman (HHI) se aprecia una concentración transversal en todas las industrias mediales, incluyendo ámbitos de servicios en telecomunicaciones que participan en la distribución de recursos para acceder a los contenidos, además de las agencias de publicidad.
El año 2019, los grupos El Mercurio de la Familia Edwards y el Consorcio Periodístico Sociedad Anónima (Copesa) de propiedad mayoritaria de Álvaro Saieh concentraron el 81% de lectoría y 87,8% de inversión publicitaria en diarios de alcance nacional. Al incluir a los cuatro primeros grupos operadores se alcanza el 100% del mercado y en el índice HHI se llega a las mayores cifras de concentración en Chile con 4.116 puntos en avisaje y 3.646 en lectoría.
los grupos El Mercurio de la Familia Edwards y el Consorcio Periodístico Sociedad Anónima (Copesa) de propiedad mayoritaria de Álvaro Saieh concentraron el 81% de lectoría y 87,8% de inversión publicitaria en diarios de alcance nacional.
En segundo lugar de concentración se ubica la industria de TV generalista o de libre recepción, en donde los cuatro primeros canales acumulan el 94% de las audiencias e ingreso por avisaje. El primer grupo operador es Bethia con su señal Mega ubicada en el top de la industria desde el año 2014, que se lleva el 33% de la audiencia y el 51% de la torta publicitaria. Si se analiza el indicador de concentración HHI, se llega a 2.368 puntos en telespectadores y 3.350 puntos en inversión publicitaria.
los cuatro primeros canales acumulan el 94% de las audiencias e ingreso por avisaje.
En la industria radial encontramos patrones similares al actualizar los datos parciales al 2020 para los primeros cuatro grupos operadores, donde Prisa se lleva el 43% de las audiencias y los primeros cuatro grupos llegan al 76% del total, con un índice HHI de 2.320 los puntos (concentración moderada-alta). No fue posible acceder al total del ranking de inversión publicitaria, pero en el 2019 las diez primeras radios acumularon el 60% del avisaje, quedándose Prisa con el 23,6% a través de cinco de sus diez emisoras.
En la industria radial encontramos patrones similares al actualizar los datos parciales al 2020 para los primeros cuatro grupos operadores, donde Prisa se lleva el 43% de las audiencias y los primeros cuatro grupos llegan al 76% del total
Si agregamos los medios digitales se observa un índice de concentración moderado. No obstante, el catastro se torna relativo porque no existe un único validador de consenso en el mercado para establecer las mediciones (Alexa, Similarweb, ComScore y otros resaltan diversas variables), por lo que las cifras empleadas en este reporte corresponden a un ranking promedio 2019 de visitantes únicos elaborado por ComScore, donde las empresas auditadas pagan por aparecer en él. Algo similar ocurre en torno a la industria de agencias de publicidad.
En torno a las empresas de telecomunicación, sea en TV paga y en telefonía e internet fija y móvil, también se replican altos índices de concentración general, donde Telefónica y VTR son dos de los actores transversales.
En torno a las empresas de telecomunicación, sea en TV paga y en telefonía e internet fija y móvil, también se replican altos índices de concentración general, donde Telefónica y VTR son dos de los actores transversales.
A modo de síntesis
Asistimos a la hegemonía de un reducido número de grupos empresariales que controlan consorcios de medios de alcance masivo o nacional, con un acceso privilegiado al financiamiento de estudios de audiencia y validación de inversión publicitaria -que sirven de parámetros para los futuros planes de las agencias de publicidad-, generando una circularidad que limita el acceso de medios independientes o de baja cobertura territorial a estos espacios y vías de obtención de recursos. Esto produce un impacto en la libertad de expresión, el pluralismo y la diversidad temática al concentrarse en pocos propietarios las agendas de los medios de mayor masividad. También se resiente la calidad de la democracia y la confianza en las instituciones, en la medida que la agenda no se apegue a la relevancia pública de los temas, sino al interés particular (político o comercial) de los dueños de medios en el trato a sus avisadores principales.
Esto produce un impacto en la libertad de expresión, el pluralismo y la diversidad temática al concentrarse en pocos propietarios las agendas de los medios de mayor masividad.
al interés particular (político o comercial) de los dueños de medios en el trato a sus avisadores principales.
Los tipos de concentración presentes en Chile se pueden clasificar en: a) Horizontal o monomedial en diarios de los grupos El Mercurio y Copesa, radios de los grupos Prisa, Bethia y Luksic, y en medios digitales con el grupo Mi Voz / Diarios Ciudadanos. b) Convergente o multimedial con los grupos El Mercurio, Copesa, Luksic y Bethia. c) De integración internacional o transnacional con los grupos Prisa, Turner, Discovery, O Globo, Albavisión y potencialmente podrían llegar ViacomCBS y Antena 3. d) Multisectorial o en diversos sectores de la economía con los grupos Copesa, Luksic, Bethia, El Mercurio y Cámara Chilena de la Construcción. e) De integración vertical en servicios de telecomunicaciones y TV de pago (VTR y Telefónica).
A lo anterior se debe agregar que dentro de los principales avisadores encontramos a empresas de laboratorios, telecomunicaciones, multitiendas (Falabella la principal), retail, alimentos, industria de bienes y servicios domésticos, además de la banca y el sector financiero. En la mayoría de estos ámbitos encontramos vínculos de propiedad si se analizan los campos de inversión de Álvaro Saieh, Andrónico Luksic o Carlos Heller.
En la mayoría de estos ámbitos encontramos vínculos de propiedad si se analizan los campos de inversión de Álvaro Saieh, Andrónico Luksic o Carlos Heller.
Todo lo anterior implica un desafío al sistema político en tanto sus relatos mediáticos se construyen, juegan, distribuyen y reconstruyen desde un sistema de medios de comunicación con creciente incidencia de grandes conglomerados económicos, transversales en su presencia en otros sectores como el sistema económico y propendiendo a acrecentar su impacto en los recursos disponibles como industrias.