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Para leer un poema hay que meditar.
Borrar de tu memoria todo mal pensamiento.
Tomarse un café con malicia.
Visitar a un amigo enfermo en un hospital.
O confinado en una cárcel pública.
Elevar un volantín entre las nubes.
Llevarle un regalo a tu madre.
Plantar un árbol en el desierto.
Pasear por un bosque con tu querida amante.
Sacarte la suerte con una gitana.
Admirar una puesta de sol.
Bailar como un condenado a muerte.
Y resucitar en medio del poema.
1 comment
la poesia fértil de Jorge Ragal nos pone dificil el acceso a la poesia,no querrá decir que lo fácil es enemigo de lo bueno. en fin , el poema de marras ya habrá hecho el recorrido.