La economía y el comercio mundial se encuentran en un punto de inflexión, un momento crítico del posible cambio de dirección desde el multilateralismo, centrado en la cooperación y la integración global, predominante desde la posguerra cerca de 80 años, hacia una nueva orientación en la cual predomine el bilateralismo junto con bloques geoeconómicos, ambos basados en relaciones de poder y en la confrontación más que en la cooperación.
La globalización empezó a estancarse y a revertirse en los últimos años con el surgimiento de la deslocalización o geolocalización del comercio y las inversiones en función de intereses geopolíticos diferenciando entre países amigos o aliados. Sin embargo, para la Nueva Política Comercial de Trump, el problema es el déficit comercial que enfrenta EEUU, no solo con China, sino con la mayoría de los países, dado que afecta a su seguridad nacional, sin distinción de países amigos o aliados, para lo cual la solución es un trato recíproco que se lograría a través de acuerdos bilaterales.
Es decir, ya no es una guerra comercial focalizada como en el Gobierno de Trump 1.0 sino es una guerra extendida al resto del mundo y su impacto dependerá de su duración, si es una guerra corta, como esperan los mercados o una guerra prolongada, dependiendo de la reacción de los países afectados y de los frentes de guerra que abra EEUU.
Los efectos no serán como en la guerra comercial 1929-1932

La guerra comercial fue la bandera esgrimida por el primer Gobierno de Trump (Trump 1.0) para atacar a las importaciones de China subiendo los aranceles de un promedio de 3% aplicado al Resto del Mundo a un 19,3% y afectando al 66,4% de las exportaciones de China a EEUU. Por su parte China respondió con represalias que afectaron el 58,3% de las exportaciones de EEUU a China subiendo el arancel aplicado al resto del mundo de 6,5% a un arancel promedio del 21,1%. La guerra fue focalizada. En materia de productos, también se concentró en las importaciones de acero y aluminio, que inicialmente afectaron al resto del mundo, pero que, posteriormente, con base en exenciones y excepciones fue excluyendo a sus países aliados.
Bajo este contexto, las medidas de política comercial que anunciaba en su campaña electoral fueron tomadas como propaganda y que al igual que en su primera gestión (Trump 1.0) el alcance iba a ser focalizado en algunos productos y países. Sin embargo, las medidas que ha empezado a aplicar y anunciado implementar el Presidente Trump en su segunda gestión (Trump 2.0) están conmoviendo el comercio mundial con una probable ruptura del orden multilateral, cuyo impacto se ha comentado haría retroceder a los tiempos de la Ley Smoot-Hawley o Ley Arancelaria de los Estados Unidos de 1930, que fue considerada la máxima expresión de los aranceles elevados en la política comercial estadounidense:
“La ley elevó el arancel en aproximadamente un 20%, lo que llevó a otros países a imponer aranceles elevados a las exportaciones estadounidenses como represalia. Esto llevó a que las exportaciones estadounidenses cayeran de 7.000 millones de dólares en 1929 a 2.500 millones en 1932. Las exportaciones agrícolas se redujeron en un tercio respecto de sus niveles de 1929 en 1933. El comercio internacional se desplomó un 65%”.
https://corporatefinanceinstitute.com/resources/economics/smoot-hawley-tariff-act/
La caída del comercio mundial fue menor según la OMC (2023), de un 28% entre 1929 y 1932 (Gráfico 1), la mayor parte de los países subió sus aranceles, aplicó controles a las importaciones, realizó devaluaciones competitivas y el control de cambios, así como proliferaron los acuerdos comerciales bilaterales.
Gráfico 1
El gran colapso del comercio mundial: 1930-1932
Millones de dólares estadounidenses

EEUU reaccionó ante el colapso del comercio mundial con la Ley de Acuerdos Comerciales Recíprocos de 1934, buscando la liberalización comercial mediante reducciones arancelarias bilaterales. Ahora, 90 años después, a diferencia del pasado, Trump 2.0 lo está haciendo en un mismo y casi simultáneo proceso, en el que eleva o amenaza subir el arancel e inmediatamente suspende su aplicación para negociar después su reducción mediante acuerdos bilaterales para equilibrar el comercio recíproco.https://history.state.gov/milestones/1921-1936/protectionism
Por tanto, su efecto en el comercio mundial no va a ser el mismo que en 1929-1932, con la probabilidad que aumenten incluso sus exportaciones EEUU si logra un arancel más bajo que el actual. Adicionalmente, dependerá de si es un arma de negociación o un arma efectiva de aplicación y de la reacción o represalia de los países afectados. Así, contra lo intuitivo, el resultado podría ser lograr reducir los aranceles de otros países que aplican a las exportaciones de EEUU, y que incluso podrían extender la rebaja al resto del mundo, sin que tenga que aumentar, solo amenazar, los de Estados Unidos, lo que implicaría más bien un aumento del comercio bilateral y de los demás países si se extiende el trato. También estará en función del grado de respuesta o capacidad de represalia comercial de los países afectados, por lo que los efectos en el comercio mundial dependerán de los escenarios en que se mueva EEUU, como se muestra en el Esquema 1.
Esquema 1:
Escenarios de una guerra comercial

En el escenario 1, EEUU no aplica nuevos aranceles al resto del mundo, logra que los otros países reduzcan los obstáculos a sus exportaciones y continúa con su Política Comercial focalizada en China, solo aplica a una porción del universo arancelario de los productos (aluminio, hierro y artículos derivados) y algún sector como los automóviles. El efecto en la reducción del comercio sería bajo. Escenario 2, EEUU aplica efectivamente sus aranceles, extendiendo a todo el universo arancelario, sectores y a los países del Resto del Mundo. En este caso se pueden dar dos nuevos escenarios; escenario 3, las potencias comerciales no reaccionan o luego de negociación reducen los aranceles aplicados a las exportaciones de EEUU. La disminución del comercio sería acotada o moderada. Escenario 4, todos los países afectados toman represalias equivalentes o mayores, generalizando la guerra comercial (Esquema 1). Los efectos en el comercio recién podrían ser equivalentes a los de la crisis de los años 30.
De pocos países y productos a todos los productos y países
Sin embargo, en su Nueva Política Comercial (America First Trade Policy), sus medidas restrictivas ya no se refieren a algunos productos como el acero y el aluminio (con exenciones a países amigos) y solo a las importaciones de China (15% del universo arancelario), sino que ha extendido el arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio a todos los países sin exenciones y excepciones. Aplicó aranceles del 25% a las importaciones procedentes de México y Canadá (10% a la energía) e impuso un arancel adicional del 20% a las importaciones procedentes de China (Cuadro 1).
En su Memorándum original estaba la propuesta de un arancel global aplicable a todos los países y productos del Resto del Mundo, sin embargo, el 13 de febrero Trump firmó un memorando presidencial que “ordena el desarrollo de un plan integral para restablecer la equidad en las relaciones comerciales de Estados Unidos y contrarrestar los acuerdos comerciales no recíprocos”. La idea es establecer un arancel a las importaciones de un país equivalente al arancel aplicado a las importaciones procedentes de EEUU. Así, Trump dijo que ahora “En materia de comercio, he decidido, por razones de equidad, que cobraré un arancel recíproco, lo que significa que cualquier país que le cobre a Estados Unidos de América, se lo cobraremos. Ni más ni menos«. El plazo límite es el 1 de abril de 2025.https://www.whitehouse.gov/articles/2025/02/reciprocal-trade-and-tariffs/
Cuadro 1
Trump: Nueva Política Comercial: Medias adoptadas, suspendidas y anunciadas

En su gestión anterior revisó el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), y lo reeditó como TMEC (Tratado México, Estados Unidos y Canadá) pero ahora su propuesta es revisar todos los acuerdos comerciales y los acuerdos comerciales sectoriales existentes de los Estados Unidos y recomendar las revisiones que puedan ser necesarias o apropiadas para lograr o mantener el nivel general de concesiones recíprocas y mutuamente ventajosas con respecto a los países socios del acuerdo de libre comercio. En forma específica dispone revisar el Tratado con México y Canadá (TMEC) y el Acuerdo Bilateral con China (a la que además le dedica un capítulo especial y separado de su Política Comercial). Adicionalmente, su propuesta es “Identificar los países con los que los Estados Unidos pueden negociar acuerdos bilaterales o sectoriales específicos para obtener acceso a los mercados de exportación” como propuso recientemente a India y al Reino Unido.
Trump 1.0 se concentró en el arancel, pero ahora abarca un conjunto de instrumentos: arancel de importaciones, control de exportaciones, compras públicas, la aplicación de las leyes antidumping y de derechos compensatorios sobre prácticas desleales, subsidios extraterritoriales o de otros países, especialmente financieros y manipulación de los tipos de cambio.
Antes se concentraba en mercancías, pero ahora abarca servicios digitales e impuestos discriminatorios contra un ciudadano americano o corporación, incluso el IVA. Adicionalmente comprende los flujos migratorios, flujos de tecnología, flujos de fentanilo y flujos cambiarios, como en el caso de los BRICs y sus intentos de desdolarización.
Antes se preocupaba de China como enemigo de su seguridad nacional, ahora en cambio sumó a la India, la Unión Europea, México, Canadá y también de los demás países con los que tenga déficits comerciales y apliquen aranceles altos para sus exportaciones o apliquen medidas discriminatorias.
El arancel además de por producto y por país, también será por sector como el de los automóviles, sobre la energía, los semiconductores, los productos farmacéuticos e incluso por producto estratégico como el cobre. El arancel de EEUU sería la nueva biblia del comercio.
Punto de inflexión

Por tanto, la política comercial de Trump marca una fase de transición hacia un bilateralismo, hacia el comercio administrado y recíproco en las relaciones económicas con los países, donde prevalecerán los intereses de EEUU, en desmedro de la etapa del multilateralismo donde prevalecían las soluciones multilaterales, como en el caso del GATT después de la segunda guerra mundial y de la Organización Mundial del Comercio en 1994.
El peligro es que la Nueva Política Comercial de Trump puede llevar a la ruptura del orden multilateral al tratar de prevalecer soluciones unilaterales, romper el principio de la Cláusula de Nación Mas Favorecida o principio de no discriminación y así entrar a una política comercial basada en tratamiento discriminatorio, en aranceles diferenciados por productos, sectores, países y centrada en acuerdos bilaterales, basados en el comercio recíproco.
El tema está en el tapete puesto que, además, el 4 de febrero mediante Orden Ejecutiva, Trump planteó una revisión exhaustiva de 180 días de todas las organizaciones internacionales a las que pertenece y apoya Estados Unidos, así como “todas las convenciones y tratados de los que Estados Unidos es parte”. https://www.whitehouse.gov/presidential-actions/2025/02/withdrawing-the-united-states-from-and-ending-funding-to-certain-united-nations-organizations-and-reviewing-united-states-support-to-all-international-organizations/
La pregunta es si la OMC continuará sin Estados Unidos, ya sea que se retire formalmente de la organización o no. Su actual desafío es cómo tratará el reclamo de China ante el aumento de aranceles del 10%. Lo más probable es que la OMC coexista con la Nueva Política Comercial de EEUU en una zona gris.
Mientras tanto, la Directora General Adjunta de la OMC, Angela Ellard, insta a apoyar el sistema multilateral de comercio en medio de los retos geopolíticos. Lo cierto es como dicen los editores de Bloomberg Opinión: “Una guerra comercial en constante evolución es una receta para el desastre”. Y Trump, cada día con sus órdenes ejecutivas está abriendo nuevos frentes de guerra.
Prueba de fuego
El 4 de marzo marcó la diferenciación en los hechos de la política comercial de Trump 1.0, con la aplicación de la amenaza suspendida y ahora de nuevo aplicada del 25% del arancel a las todas importaciones de México y Canadá (con la excepción del 10% a energía) que de facto significa una suspensión del T-MEC y con un adicional del 10% a las importaciones desde China, que significa un aumento al 20%. Los tres países afectados representan el 44% del déficit comercial que EEUU registró con el Resto del Mundo en 2024. Las represalias ya están en camino y marcarán la intensidad de la guerra comercial.