Recibo consejos de diversas fuentes que me incitan a entrar al nuevo mundo, que está, digo yo, no muy claro de qué trata. Y por eso relato la colección de novedades que me inquietan.
Parto por mencionar el algoritmo, no porque sea la letra de inicio de nuestro alfabeto, sino porque siento que todo el mundo habla del asunto, como si entendieran el cuento. Todo se soluciona si usted le aplica el algoritmo. Me recuerda a los profesores de las escuelas de cuadros de los partidos inclinados al marxismo: frente a las dudas de los alumnos, la respuesta era use el materialismo histórico y la dialéctica. Ahora sería: use el algoritmo y listo.
El salto copernicano actual se llama la I.A. o A.I. (no sé cómo se abrevia en chino mandarín). Con este “instrumento” que superaría la construcción humana del conocimiento, se puede responder cualquier inquietud. Así se puede preguntar a Charles Darwin de todo. En lo que se publicó de tal experimento como entrevista al sabio, se omitió lo siguiente. Resulta que se le preguntó por su descubrimiento de la bella ranita denominada la ranita de Darwin. El mono o robot respondió, sí, ocurrió en los humedales de Valdivia en Chile. Y agregó: el descubrimiento lo hizo Pedro de Valdivia. Explicación del error, pues el fundador de Santiago no tenía idea de la hermosa ranita verde. El asunto se explica porque la I.A. asocia datos que están en la nube. Y terminó relacionando a Don Pedro con la ranita por la palabra Valdivia.
Mis inquietudes sobre lo que nos trae el nuevo mundo es algo asociado a la I.A. cuando pregunta por el futuro con la GPT y le consultó a un personaje construido por el sistema: que le gustaría hacer y la respuesta fue: quiero ser un humano con poderes destructivos. Hélas!!!
Para más remate ahora se me vino encima el metaverso. Maravilloso pensé recuperemos de verdad a Neruda, la Mistral, los Parra Violeta y Nicanor. Me explicaron que no se trataba de un “emprendimiento” para rescatar la poesía chilena, como si se tratara de la recuperación del Santo Sepulcro por los cruzados. El asunto no es eso me dijeron. Me decepcioné.
Pero recuperé mi ánimo pues estuve en la fiesta de la trilla en la zona rural de Santo Domingo, llamada El Convento. Allí el conjunto típico, invitó a la cueca y el director conminó a la cantora: ya po mijita póngale verso. Pero en la noche después del partido de la selección de Chile, un comentarista dijo el problema es que el entrenador, que es argentino, es puro verso. Quedé confundido con esto del verso y del metaverso.
Algo repuesto me entero que estamos enfrentando un desafío heroica: ser los líderes mundiales de la producción del hidrógeno verde.
Nunca mis profesores de física en el liceo me contaron que el H podía ser verde. Seremos los nuevos ricos del continente y si le ponemos litio mejor. Mis hermosos nietos y nietas van a disfrutar de un nuevo Chile con cabida en un nuevo mundo.
Por si acaso, si el asunto no se va por ese rumbo exitoso, he decidido que mejor con las 200 lucas que tengo en una cuenta de ahorro en el Banco estado, me compro 8 bitcoins, a 25 lucas cada unoy dentro de 4 meses tendré 4 millones de pesos. Para ellos.
En resumen, algoritmo, I.A, GPT, Metaverso, hidrógeno verde y bitcoins están presentes e inundan, pero me quiero quedar con mi mundo.
Luis Rafael de las Rocas, alias lucho alvarado.