Billonarios invisibles y crisis social mediatizada

por La Nueva Mirada

Por Luis Breull

El estallido social vivido en el país desde el 18 de octubre pasado dejará una serie de lecciones sobre cómo los medios de comunicación pudieron anticipar los ejes claves del conflicto y no lo hicieron, así como fueron ajustando los encuadres editoriales escogidos para comunicar este proceso en plena marcha y las deudas que aún persisten para abordar estructuralmente el debate de sus causas.

Ninguna de estas líneas escapa al análisis previo de la configuración de la propiedad de los medios en Chile_

  • Duopolio de la prensa escrita entre el grupo Edwards (El Mercurio, La Segunda, LUN, Hoy por Hoy y cerca de veinticinco diarios regionales, más radios), representante de la derecha clásica conservadora, y el consorcio periodístico Copesa (La Tercera, La Cuarta, La Hora y otros, más cuatro radios), ligado a una derecha económica más liberal.
  • Oligopolio de Canales de TV abierta, donde dos de las señales más masivas –Mega y Canal 13- están en manos de empresarios integrantes del ranking de multimillonarios a nivel mundial, más conocido como Forbes. Y en todos estos casos son parte del núcleo duro del 0,01% más rico de Chile, un sector que no supera las 1.800 personas que concentran un ingreso per cápita mensual de casi un millón de dólares (es decir cerca de 700 millones pesos por cada integrante de esos hogares).

Constricción y mea culpa matinal…

La sorpresa derivada de las movilizaciones callejeras después de la quema de estaciones del Metro (incluidos saqueos e incendios) rápidamente se plasmó en la cobertura de medios extranjeros como un estallido social.

Un movimiento de múltiples grupos o segmentos de la población autoconvocados, transversal, líquido en su forma de actuar, espontáneos, enrabiado y con ganas de expresar sus críticas frente a un sistema de vida en donde subsisten abusos como consumidores y ciudadanos, sin garantías mínimas para una calidad de vida digna y una vejez tranquila (con cobertura de salud y jubilaciones que se ajusten a estas expectativas).

Por ello, no fue raro percibir que los entrevistados callejeros en los canales de TV condenaban la violencia acontecida, pero entendían y compartían el fondo de las demandas. Algo peligroso y distinto de otros hechos anteriores en donde el foco de la violencia anulaba toda reivindicación o cambio.

casi no se informa de muertos, ni sus identidades.

mientras se vuelve a tratamiento de hechos delictuales como quemas y saqueos, hotel céntrico incluido, más que excesos policiales o militares y violaciones a derechos humanos (24 oct.).

Así vino una cobertura 24/7, ininterrumpida de la TV abierta local, donde fue posible ver el tránsito de una agenda noticiosa centrada en el vandalismo concertado para destruir el metro (18 oct.). Después pasó por el lumpen pirómano saqueando y quemando supermercados de suburbios más la protesta callejera (19 oct.), casi no se informa de muertos, ni sus identidades. Esto dio pie al desabastecimiento y miedo ante lumpen que arrasa con supermercados y surgimiento de grupos de autodefensa vecinal (20 oct.), donde comienzan a darse debates televisivos sobre el proceso. Ya el lunes se cambia el eje a la lenta normalización de la vida cotidiana con reapertura parcial del Metro y reinicio de la vida laboral enfrentando también el desabastecimiento y colas en reapertura de algunos supermercados (21 oct.). Para el martes el énfasis será en faenas de reapertura de más estaciones del tren metropolitano, más vecinos organizados que evitan saqueos y otros que voluntariamente limpian las calles (22 oct.). El miércoles se marca un cambio en torno a que las élites políticas –parlamentarios y dirigentes de partido- se instalan en los set de TV para debatir las causas del proceso que se está viviendo, con marcada sensación de mea culpa por no ver lo que eran obvios factores de malestar social (23 oct.). El jueves se mantiene cobertura de retorno a cierta normalidad acortando toque de queda, mientras se vuelve a tratamiento de hechos delictuales como quemas y saqueos, hotel céntrico incluido, más que excesos policiales o militares y violaciones a derechos humanos (24 oct.). De este modo llega el viernes con la cobertura de lo que se denominó La Marcha Más Grande de Chile, como ícono de la protesta social y del malestar pacífico frente al Gobierno y los abusos, a ocho días del inicio de esta crisis (25 de oct.).

La segunda semana de cobertura televisiva estará influida por un cambio de énfasis de todos los canales –luego de reunirse sus directores y algunos editores con el entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien solicitó mesura en la forma de comunicar este proceso para no alentar nuevos focos de desestabilización, caos y desgobierno- dando paso a que los matinales de TV y sus rostros se hagan cargo de la conversación y las entrevistas sobre este proceso.

La segunda semana de cobertura televisiva estará influida por un cambio de énfasis de todos los canales –luego de reunirse sus directores y algunos editores con el entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien solicitó mesura en la forma de comunicar este proceso para no alentar nuevos focos de desestabilización, caos y desgobierno- dando paso a que los matinales de TV y sus rostros se hagan cargo de la conversación y las entrevistas sobre este proceso.

Vendrá un foco de tratamiento culposo que diluye las responsabilidades en este proceso respecto de la ceguera de los actores políticos para advertir cómo se gestaba este malestar. También en que al ser ellos representantes de la élite eran responsables de los caminos de salida frente a la desigualdad, poniendo el foco en sus rentas altas que escapan al común de los chilenos. Esto se da en conjunto con el estudio de la baja en las asignaciones y la dieta parlamentaria, así como en la reducción del número de ellos.

Un debate entendible y legítimo, así como la difusión de la iniciativa de un joven empresario, Cristián Mackenna, llamado 10x, que implica ayudar a las pequeñas y medianas empresas a bajar los índices de desigualdad interna en sus ingresos, haciendo que la diferencia entre el sueldo más alto y el más bajo no supere las diez veces. No obstante, los canales de TV son justamente empresas en donde las diferencias de ingreso entre sus trabajadores peor pagados y los conductores de programas y noticieros mejor remunerados es normal que fluctúen entre las 30 a 50 veces.

No obstante, los canales de TV son justamente empresas en donde las diferencias de ingreso entre sus trabajadores peor pagados y los conductores de programas y noticieros mejor remunerados es normal que fluctúen entre las 30 a 50 veces.

Desigualdad sin hablar de riqueza

El economista e investigador del Banco Mundial, Branko Milanovic, analizó este estallido social poniendo énfasis en que Chile es un país donde el 5% más rico vive y tiene ingresos como el 5% más rico de Alemania; mientras que el 5% más pobre vive y tiene ingresos como el 5% más pobre de Mongolia. Este eje dentro del debate mediático sobre la crisis y estallido social ha estado ausente de la agenda mayoritaria de los canales de TV. Ergo, se asume que hay muchos pobres y una enorme clase media pauperizada y de futuras pensiones de miseria, pero se invisibiliza al segmento que se lleva gran parte de los ingresos.

Ergo, se asume que hay muchos pobres y una enorme clase media pauperizada y de futuras pensiones de miseria, pero se invisibiliza al segmento que se lleva gran parte de los ingresos.

En nuestro país, de acuerdo a información divulgada por el suplemento Pulso de La Tercera, hay 64 mil personas que tienen fortunas por sobre el millón de dólares. Y en el Informe de la riqueza mundial 2019 del banco Credit Suisse hay casi 70 mil chilenos que se ubican dentro del 1% más rico de los habitantes de todo el orbe, con una tasa de crecimiento anual de su riqueza per cápita desde el año 2000 en adelante cercana al 6,5% anual.

Y en el Informe de la riqueza mundial 2019 del banco Credit Suisse hay casi 70 mil chilenos que se ubican dentro del 1% más rico de los habitantes de todo el orbe

Otro ranking mundial de súper ricos, el tradicional Forbes, ubicó a once chilenos dentro de los multimillonarios a nivel mundial. Encabeza de la nómina nacional Iris Fontbona, viuda del empresario Andrónico Luksic Abaroa, ubicada en el lugar 74 de la lista –la única dentro de los 100 primeros- con una fortuna cercana a los 15.400 millones de dólares, lo que la deja como la séptima mujer más adinerada del planeta.

Otro ranking mundial de súper ricos, el tradicional Forbes, ubicó a once chilenos dentro de los multimillonarios a nivel mundial.

Le siguen en Julio Ponce Lerou, Horst Paulmann, Álvaro Saieh, el Presidente Sebastián Piñera, Roberto Angelini, Jean Salata, Juan Yarur, los hermanos Bernardo y Eliodoro Matte, y la familia Solari Falabella. Todos, parte del llamado 0,01% más rico de Chile y que tiene una participación del 10% del ingreso total.

Todos, parte del llamado 0,01% más rico de Chile y que tiene una participación del 10% del ingreso total.

Si se observa al 1% de los más ricos, como lo hizo hace unos años la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, resalta que su participación en el ingreso total del país asciende a un 30%, mucho mayor que en Estados Unidos o en países desarrollados de Europa, donde el rango fluctúa entre el 20% y el 6%. Esto hace que la concentración de la riqueza generada por el modelo económico neoliberal tienda a concentrarse de modo creciente en pequeños grupos de personas y no en procesos de redistribución.

En el mismo estudio se establece que si se compara el ingreso promedio per cápita mensual del 99% de los chilenos comparado con el 1% más rico –incluyendo ganancias por explotación de capital-, ya en el año 2008 superaba las 1.886 veces.

En el mismo estudio se establece que si se compara el ingreso promedio per cápita mensual del 99% de los chilenos comparado con el 1% más rico –incluyendo ganancias por explotación de capital-, ya en el año 2008 superaba las 1.886 veces.

Para el economista británico Collin Crouch en su libro La no muerte del neoliberalismo, Chile fue un ejemplo y experimento en estado puro de este modelo económico, implantado en un régimen no democrático que facilitó su asimilación.

Que 140 personas acumulan una riqueza de casi 90 mil millones de dólares, ubicándose en el tramo mayor de los ricos con fortunas sobre los 100 millones de dólares.

En junio pasado se divulgó también un estudio del Boston Consulting Group centrado en el patrimonio y la riqueza en Chile, analizando a casi 14 millones de chilenos mayores de 18 años. Las conclusiones fueron claras en torno a cómo un pequeño grupo de la población (0,2%) posee un patrimonio equivalente a tres veces el presupuesto de la nación, al tiempo que 140 personas acumulan una riqueza de casi 90 mil millones de dólares, ubicándose en el tramo mayor de los ricos con fortunas sobre los 100 millones de dólares. Todo mientras 13 millones 500 mil chilenos se llevan el 47% de los ingresos nacionales y 340 mil conciudadanos concentran el 53% restante.

¿Será mucho pedir a los canales de TV que integren en su agenda de esta crisis la disposición de este segmento de la población a buscar caminos de salida y subirlos al debate por una mayor igualdad?

¿Será mucho pedir a los canales de TV que integren en su agenda de esta crisis la disposición de este segmento de la población a buscar caminos de salida y subirlos al debate por una mayor igualdad?

¿O renunciarán a esto para dejarle a las redes sociales el campo de las diatribas y descalificaciones anónimas provenientes de esta élite y su periferia, como expresión del miedo de una clase que ni entiende ni empatiza con el estallido social y que sólo busca trabar todo cambio?

Dada la estructura de propiedad de los medios en Chile, este si será un desafío al pluralismo.

Dada la estructura de propiedad de los medios en Chile, este si será un desafío al pluralismo.

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