Faltan tres semanas para el término del año más freak que se haya podido imaginar afectando nuestras vidas. El impacto distópico del covid-19 en la vida social, las actividades cotidianas, los estudios, los negocios y el ocio dejará huellas imborrables. Sumado también al que está sufriendo la industria de medios de comunicación a nivel mundial y en Chile desde hace al menos una década por las transformaciones tecnológicas y de uso de móviles.
Faltan tres semanas para el término del año más freak que se haya podido imaginar afectando nuestras vidas.
De acuerdo a cifras actualizadas a los primeros diez meses del 2020 por la Asociación de Agencias de Medios y Megatime, la caída del avisaje en nuestro territorio acumulada entre enero-octubre 2020 es de un -25,4% comparada igual periodo del año anterior ($443.847 millones de pesos ahora versus $594.906 millones el 2019 y $605.365 millones el 2018).
La deriva de la prensa escrita
La temporada enero-octubre 2020 disminuyó su inversión publicitaria en un -62,8% real, con una caída también en su participación en la torta publicitaria total de los medios, pasando de un 10,3% el 2019 a un 5,3% ahora. Esto impactó de modo profundo a la industria de diarios nacionales –principalmente a los grupos El Mercurio, Copesa, Publimetro y Diario Financiero- con agudas pérdidas derivadas de procesos de gestión deficitarios y fallidos, enfrentadas principalmente despidiendo centenares de trabajadores para abaratar costos humanos en recursos productivos.
En los primeros diez meses totalizó ventas acumuladas por $23.540 millones respecto de los $61.496 millones facturados a esa fecha el año pasado y $81.054 millones el 2018.
En los primeros diez meses totalizó ventas acumuladas por $23.540 millones respecto de los $61.496 millones facturados a esa fecha el año pasado y $81.054 millones el 2018.
Como efecto adicional derivado de un panorama muy difícil, la prensa escrita bajó sus números de páginas de lunes a viernes. Dejó la impresión en papel de suplementos y revistas, focalizando su mayor esfuerzo en la oferta de contenidos los fines de semana.
La paradoja televisiva
En un año que ha aumentado su consumo en casi un 70% en sus públicos más fieles derivado del impacto del encierro, la TV abierta mostró un incremento de sus ventas publicitarias comparadas en octubre 2020 versus 2019, cuando se derrumbó por el estallido social. Ambos meses comparados muestran un alza de un 39,9%; no obstante, no alcanza para revertir la caída enero-octubre 2020 frente a igual lapso 2019, con una baja real de un -28,7%.
En cifras netas la venta de avisaje televisivo abierto entre enero-octubre ascendió a $127.055 millones de pesos, mientras que el 2019 consolidaba $172.958 millones y el 2018 $184.213 millones.
Esto llevó a simplificar sus franjeados de matinales, noticias y programas de conversación. Se optó por repetir a destajo teleseries nacionales y extranjeras vistas recientemente y se frenó la compra de programación fresca. A lo anterior se agrega un año de agudas pérdidas operacionales y de gestión en general en toda la industria, acumulando pérdidas a septiembre 2020 por $28.786 millones. Por primera vez en décadas sin ningún canal consiguiendo utilidades.
Se optó por repetir a destajo teleseries nacionales y extranjeras vistas recientemente y se frenó la compra de programación fresca.
De acuerdo a los últimos balances informados entre enero-septiembre a la Comisión para el Mercado Financiero, el ranking de déficit lo encabeza Chilevisión (WarnerMedia) con -7.539 millones de pesos, seguido de Mega (Bethia) con -6,898 millones, La Red (Albavisión) con -4.720 millones, TVN con -4.198 millones, Telecanal con -1.419 millones y TV+ con -23 millones.
Es así como desde el año 2014 hasta septiembre 2020 la industria televisiva abierta ha perdido en términos nominales -214.265 millones de pesos, reafirmando su inviabilidad financiera.
Es así como desde el año 2014 hasta septiembre 2020 la industria televisiva abierta ha perdido en términos nominales -214.265 millones de pesos, reafirmando su inviabilidad financiera.
La radio atribulada
Uno de los medios caracterizados por su inmediatez y credibilidad es la radio. Industria pluralista, en tanto existen distintos consorcios asociados a la propiedad de cadenas de emisoras, con líneas editoriales diversas y divergentes. Igualmente, no escapa a los efectos de debacle publicitaria motivados por la pandemia del covid-19, retrocediendo un -35,6% real. Como se puede advertir comparadamente la temporada enero-octubre 2020 versus 2019, ahora se acumularon ventas por $33.714 millones de pesos frente a $50.867 millones el año anterior. Incluso el 2018 en igual lapso ascendía a $50.971 millones.
Igualmente, no escapa a los efectos de debacle publicitaria motivados por la pandemia del covid-19, retrocediendo un -35,6% real.
Completando el panorama
Una mirada sintética respecto de las restantes industrias entre enero-octubre en términos reales revela en perspectiva la dimensión de la crisis de inversión publicitaria, donde la tv de pago descendió -33,4%; las revistas un -71,8%; el cine un -83,1%; la vía pública o letreros un -61,6%; y los medios digitales crecieron un 3,4%, demostrando la contratendencia que se acrecienta con el tiempo. Casi un tercio del avisaje invertido en el campo online refiere a plataformas de redes sociales, como dominador de ese mercado, seguido de los buscadores.
la tv de pago descendió -33,4%; las revistas un -71,8%; el cine un -83,1%; la vía pública o letreros un -61,6%; y los medios digitales crecieron un 3,4%, demostrando la contratendencia que se acrecienta con el tiempo.
Y si se desglosan los principales rubros avisadores en el mes de octubre, por categoría informado por Megatime, los cinco primeros lugares se concentran en Súper e Hipermercados (9,9%), Grandes tiendas de departamentos (6,9%), Telefonía (6,7%), Bancos (3,9%) y Productos de higiene y belleza capilar (3,2%).
Si bien faltan cifras por conocer para cerrar este 2020 en su totalidad, en las últimas semanas se conocieron algunas decisiones de industria, sobre todo en la TV que traerán repercusiones.
La primera -en términos negativos- será la desvinculación de José Antonio Edwards en los cargos de Director de Programación y de Producción de Contenidos en TVN. Uno de los ejecutivos que más sabe de formatos y géneros de TV en la industria, formado en TVN desde comienzos de los 2000 y que fue capaz de revertir este 2020 la aguda crisis de sintonía que aquejaba a la señal pública desde el año 2014 prácticamente sin gastar un peso extra.
la desvinculación de José Antonio Edwards en los cargos de Director de Programación y de Producción de Contenidos en TVN.
La segunda, la no renovación de contrato de la periodista y conductora de noticieros de Canal 13, Constanza Santa María, que ante esta situación se incorporará a TVN como conductora del informativo central junto a Iván Núñez a contar del próximo año. Llega a reforzar un área de prensa que hace un mes despidió a su directora de prensa, Marcela Abusleme, dejando en su cargo como interino y reconfirmado al periodista Alfredo Ramírez.
La segunda, la no renovación de contrato de la periodista y conductora de noticieros de Canal 13, Constanza Santa María, que ante esta situación se incorporará a TVN como conductora del informativo central
La tercera, el cese del contrato en Chilevisión a Pamela Díaz, figura histórica de la farándula televisiva, reconvertida en conversadora versátil, deslenguada y cercana, quien podría finalizar el 2020 integrándose a otra estación televisiva para reforzar su panel matinal.
Paradoja triste de demandar contenidos, como nunca antes, pero forzados a producirlos cada vez a menor precio, en detrimento de su calidad.
Sin duda este será un año muy raro en la industria de medios, pero lo más extraño derivará de la continuación de las medidas preventivas y de cuarentena ante los procesos de rebrote que estamos comenzando a presenciar. Una nueva oportunidad para volcarse al consumo informativo y audiovisual, pese a que el avisaje nunca volverá a los niveles de antaño. Paradoja triste de demandar contenidos, como nunca antes, pero forzados a producirlos cada vez a menor precio, en detrimento de su calidad.