Hace una semana optábamos por mirar la mitad medio llena del vaso del Frente Amplio, advirtiendo de la percepción generalizada de su fragilidad, antes de cumplirse un año de un promisorio y sorprendente debut electoral. Lo hacíamos remarcando el creciente deterioro que experimentan transversalmente los actores políticos del país.
Adelantamos que el nuevo conglomerado enfrentaba el desafío de validarse entre quienes le dieron su apoyo por convicción o reacción de hastío con sectores políticos del progresismo y al funeral de la Nueva Mayoría como alternativa de gobierno.
Pese a la suma de tropiezos, errores no forzados y ambigüedades evidentes, nadie se atrevió a pronosticar el severo traspié – para evidente satisfacción o preocupación, no exenta de alguna hipocresía, del resto de los actores políticos – que experimentó su principal fuerza partidaria, Revolución Democrática (RD) en la reciente elección de directiva.
Pese a la suma de tropiezos, errores no forzados y ambigüedades evidentes, nadie se atrevió a pronosticar el severo traspié – para evidente satisfacción o preocupación, no exenta de alguna hipocresía, del resto de los actores políticos – que experimentó su principal fuerza partidaria, Revolución Democrática (RD) en la reciente elección de directiva.
Las cifras ahorran mil palabras. La diputada Catalina Pérez resultó electa con 1.782 votos y su principal competencia, Javiera Parada, consiguió 1.363 preferencias.
Las palabras forzadas de los protagonistas no hicieron más que desnudar el desconcierto, fragilidad y tensiones ulteriores a un fracaso estruendoso. La electa timonel de RD fue enfática: “hemos dado un paso decidido hacia el fortalecimiento de una alternativa política transformadora, un paso decidido hacia el fortalecimiento del Frente Amplio con un proyecto político que lidere a la oposición hoy día en Chile”.
Las palabras forzadas de los protagonistas no hicieron más que desnudar el desconcierto, fragilidad y tensiones ulteriores a un fracaso estruendoso. La electa timonel de RD fue enfática: “hemos dado un paso decidido hacia el fortalecimiento de una alternativa política transformadora, un paso decidido hacia el fortalecimiento del Frente Amplio con un proyecto político que lidere a la oposición hoy día en Chile”.
Ciertamente se han escuchado voces más realistas y autocríticas – también influidas por un debate interno preelectoral que sacó muchas ronchas – como las de los diputados Miguel Crispi y Pablo Vidal, calificando los comicios como un rotundo fracaso. Una incomodidad mayor para el hasta hoy timonel partidario, Rodrigo Echecopar, que respondió a las burlas de la derecha: “No se preocupen tanto con lo que nos está pasando (…) Somos un partido que está partiendo y creciendo. Vamos a pasos firmes”.
Resulta fácil hacer, bíblicamente, leña del árbol caído, ó mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Pertinente señalarlo en el complejo escenario que enfrentan los partidos políticos en nuestro país.
Resulta fácil hacer, bíblicamente, leña del árbol caído, ó mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Pertinente señalarlo en el complejo escenario que enfrentan los partidos políticos en nuestro país.
Con todo, surgen conclusiones relevantes del terremoto que sacude a RD y desafía al conjunto del Frente Amplio y sus liderazgos principales. Uno de los afectados ha sido Giorgio Jackson, gran referente partidario, que jugándose abiertamente por la vencedora, se confrontó duramente con su competidora, Javiera Parada, en razón de la cercanía de ella con sectores de la ex Nueva Mayoría. Tras su votación Parada es fundamental para la unidad de RD.
Más allá de los necesarios silencios reflexivos en el diverso espectro del Frente Amplio, el episodio de las elecciones de RD desafía a los diferentes liderazgos de la coalición con 20 diputados y un senador en ejercicio. Existe un proceso de rearticulaciones internas, con protagonistas incidentes como el alcalde Sharp, los diputados Boric y Milosevic, sin mencionar los involucrados en la reciente elección.
Uno de los afectados ha sido Giorgio Jackson, gran referente partidario, que jugándose abiertamente por la vencedora, se confrontó duramente con su competidora, Javiera Parada, en razón de la cercanía de ella con sectores de la ex Nueva Mayoría. Tras su votación Parada es fundamental para la unidad de RD.
La interrogante aún abierta respecto del rol del Frente Amplio en una oposición política tan diversa al gobierno actual, se hace más compleja con los efectos del severo tropiezo de RD y suma nuevos factores para un debate en pleno desarrollo. Al igual que el resto de la oposición el nuevo conglomerado está desafiado a ser parte de la solución y no del problema para una nueva alternativa a la amenaza regresiva de los sectores más conservadores que, como en el resto del planeta, se manifiesta en Chile.
Al igual que el resto de la oposición el nuevo conglomerado está desafiado a ser parte de la solución y no del problema para una nueva alternativa a la amenaza regresiva de los sectores más conservadores que, como en el resto del planeta, se manifiesta en Chile.
El argumento – empleado como dudosa explicación de la escasa participación en la votación interna de RD – de que las 40 mil firmas de militantes las obtuvo como partido, pero fueron conseguidas para sustentar la postulación presidencial de Beatriz Sánchez poco y nada contribuye a resolver los desafíos pendientes al nuevo conglomerado. Tampoco es buena noticia para la ex abanderada presidencial, empeñada en desplegar una nueva fundación que potencie su compleja presencia política y las esperanzas puestas en mantenerse en un lugar privilegiado en las encuestas.