Felipe Berríos rompe el silencio

por La Nueva Mirada

Al cumplirse un mes del comunicado de la Compañía de Jesús que anunciaba la apertura de una investigación canónica por una denuncia contra el sacerdote Felipe Berríos por hechos de connotación sexual, el imputado y suspendido del ejercicio público de su ministerio sacerdotal ha resuelto una respuesta pública. A continuación, se publican ambos textos ya señalados.

Informe de la Compañía de Jesús

La Compañía de Jesús en Chile informa a la comunidad ignaciana, colaboradores y opinión pública en general, que el jueves 29 de abril se recibió una denuncia de una mujer adulta en contra del jesuita Felipe Berríos por hechos de connotación sexual. Tales sucesos habrían ocurrido cuando la denunciante era menor de edad.

En forma inmediata se activó el protocolo establecido por el Centro de Prevención de Abusos y Reparación (CPR) de la institución.

El Provincial de la Compañía de Jesús en Chile, P. Gabriel Roblero SJ, con fecha 2 de mayo decretó la apertura de una investigación previa canónica, nombrando a la abogada laica María Elena Santibáñez a cargo de esta investigación.

La Compañía de Jesús dispondrá de todos los medios que sean necesarios para que esta investigación se efectúe con la mayor rigurosidad y celeridad, a fin de esclarecer los hechos denunciados y las eventuales responsabilidades. Mientras se realiza la investigación canónica el Provincial dispuso la suspensión del ejercicio público del ministerio sacerdotal de Felipe Berríos.

Como Compañía de Jesús reiteramos nuestro compromiso para avanzar en verdad y justicia en el cuidado de las personas, así como el respeto al debido proceso y a la ley.

Cualquier otro antecedente puede ser dirigido al correo de la instructora o a la directora del Centro de Prevención de Abusos y Reparación, María de los Ángeles Solar, al correo msolar@jesuitas.cl

Respuesta pública de Felipe Berríos

SJ 30-05-2022

 Hace un mes, el Provincial de la Compañía de Jesús me comunicó que una persona había presentado -ante el Arzobispado de Santiago- una denuncia en mi contra por hechos de connotación sexual que habrían supuestamente ocurrido hace más de 18 años.

La denuncia fue presentada sólo ante la Iglesia y no ante el Ministerio Público, lo que significa que estoy sometido a un proceso canónico que, por regla, se debe mantener en estricto secreto. Esto significa que una sola persona elaborará un informe, documento que luego irá al Vaticano, donde una comisión analizará el caso y adoptará una decisión cuyos antecedentes no se divulgarán.

Hoy la opinión pública no sabe de qué se me acusa, y tampoco puede hacerse un juicio respecto a la verosimilitud de la denuncia ni a las decisiones que por esta vía se adoptarán.

No me parece que los sacerdotes debamos tener una justicia especial. Esto es visto, con justa razón, como un privilegio por el resto de los chilenos. No digo que el proceso canónico sea malo, sino que es insuficiente y desconocido para el común de la gente.

Quiero que se me investigue al igual que cualquier ciudadano de este país y para ello y en vista de que la denunciante no ha recurrido a la justicia, hoy ingresé un escrito ante el Ministerio Público solicitando que se inicie una investigación sobre los hechos descritos en la denuncia así como también respecto de lo publicado en algunos medios de comunicación, que indican que habría otras denuncias, las que a la fecha desconozco y no me han sido informadas.

He decidido iniciar este trámite a pesar de la exposición que implica un proceso de investigación penal como éste. Los hechos que se me imputan en la única denuncia que conozco no son ciertos y aspiro a que se conozca públicamente la verdad. Con ello también quiero tener la posibilidad de poder defenderme ante el Ministerio Público y los tribunales en la forma más transparente posible.

Hasta hoy he guardado un riguroso silencio por casi un mes. Lo he hecho con obediencia y respeto por la denunciante. Sin embargo, ya se han publicado en la prensa una serie de datos acerca de este caso, la mayoría de ellos de fuentes no identificadas y se han echado a correr muchos rumores falsos. Por todo esto, no puedo seguir callando. Le debo unas palabras a muchos y muchas personas que me han apoyado, pero en especial a la gente de mi querida Chimba que no sabe por qué un día me tuve que ir y aún no vuelvo.

Espero que, de ahora en adelante, toda información que se divulgue sea pública, abierta, transparente y, sobre todo, respetuosa de la verdad.

(firma personal con lapicera de Felipe Berríos)

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