Ignacio Briones. Precandidato de la derecha neoliberal dura. Por Eugenio Rivera Urrutia

por La Nueva Mirada

Finalmente, Ignacio Briones ha dejado el ministerio de Hacienda. Su salida plantea una interrogante respecto de las razones que llevan a Evópoli a levantar su precandidatura presidencial, en circunstancias que su gestión fue muy insatisfactoria, costosa para las familias y las pequeñas empresas y es el principal responsable de que el sistema político haya aprobado dos retiros de fondos de pensiones, como única salida a la grave situación que enfrentaban quienes habían perdido sus empleos como efecto de la pandemia. Surge también la interrogante sobre los efectos de su salida en la capacidad de gestión del gobierno, en su último año de administración.

el principal responsable de que el sistema político haya aprobado dos retiros de fondos de pensiones, como única salida a la grave situación que enfrentaban quienes habían perdido sus empleos como efecto de la pandemia.

El balance de la gestión ministerial de Briones.

Aunque la pandemia trastoca todos los criterios para la evaluación de la gestión de un ministro de Hacienda, es importante revisar brevemente los principales indicadores económicos del período en que le correspondió a Briones dirigir la política económica del gobierno.

El PIB en el 2020 presentará una caída en torno al – 6%. En 12 meses, se perdieron 2,1 millones de empleos (incluyendo inactivos potencialmente activos). En tal sentido, la tasa de desempleo incluyendo inactivos potencialmente activos, aumentó desde 13% a 25% (trimestre móvil Agosto – Octubre 2019-2020). Cabe esperar que dicha tasa disminuya, pero es altamente probable que se mantenga en dos dígitos durante 2021 e incluso 2022. Esto explica, en parte, que, según el Banco Mundial, 800 mil personas han sido empujadas hacia la pobreza.

Frente a la crisis económica provocada por la pandemia los gobiernos del mundo recurrieron con inusitada fuerza a la política fiscal para contener los impactos sobre las empresas y las familias. En Chile la respuesta fue insuficiente, tardía, de cobertura limitada y con reducida transparencia. En efecto, un mal diagnóstico según el cual la crisis se empezaría a superar en el tercer trimestre del 2020 y que ella no sería tan grave y la obsesión por evitar algún grado de filtración de recursos a personas que por pocos pesos quedaban fuera de la población objetivo tuvo como consecuencia, además de lo poco generoso de los subsidios, un atraso en su distribución. Sólo 3 meses de iniciada la crisis la oposición logró convencer al gobierno que se necesitaba recursos, de al menos 100 mil pesos mensuales por miembro de la familia y que no debía ni podía ser menos que por un período de 3 meses. Todo ello, en circunstancias, que la deuda bruta del Estado se encuentra entre las menores del mundo.

Frente a la crisis económica provocada por la pandemia los gobiernos del mundo recurrieron con inusitada fuerza a la política fiscal para contener los impactos sobre las empresas y las familias.

Como consecuencia de esta política restrictiva de apoyo a las familias y a las empresas la urgencia del drama de las familias y empresas generó una fuerte presión sobre los diferentes grupos políticos, con representación parlamentaria, lo que llevó a que se aprobaran dos retiros de 10% de los fondos de pensiones. Esto es lo que en un discurso frente a la ENADE Briones catalogó de la “inmediatez populista”

Dos elementos son importantes de recalcar. El primero, que más del 75% del gasto inyectado a la economía durante la pandemia ha sido financiado por los mismos afectados mediante seguros de desempleo y retiros de los ahorros en las AFP. Los costos para las personas y las pequeñas empresas es inmenso, y se expresa en situaciones de vida y alimentación precaria, destrucción de miles de empresas, un deterioro adicional de las malas pensiones que entrega el sistema privado en un costo fiscal significativo en el futuro cuando el Estado se tenga que hacer cargo de los costos adicionales del pilar solidario. En este contexto, resulta evidente la ortodoxia neoliberal del ministro Briones que priorizó la contención del déficit fiscal y de mayor endeudamiento por sobre el bienestar básico de las personas. El optimismo sin fundamentos del ahora exministro lo llevó a imponer un Presupuesto público para el año 2021 que no crece respecto de la ejecución proyectada del gasto público 2020. No hay impulso fiscal adicional para paliar la caída de la demanda, lo que afecta la reactivación y la más rápida recuperación del empleo.

Los costos para las personas y las pequeñas empresas es inmenso, y se expresa en situaciones de vida y alimentación precaria, destrucción de miles de empresas

la ortodoxia neoliberal del ministro Briones que priorizó la contención del déficit fiscal y de mayor endeudamiento por sobre el bienestar básico de las personas.

En suma, Briones como ministro de Hacienda realizó un diagnóstico equivocado respecto de la gravedad de la crisis, instrumentó un programa insuficiente de apoyo a las familias y las pequeñas empresas afectadas por el desempleo y la pérdida de ingresos, demostró una obsesión en asegurar una focalización perfecta de las ayudas lo que demoró el proceso de distribución demostrando falta de empatía con el sufrimiento de las personas. Su excesivo celo, en particular en el contexto de la grave crisis provocada por la pandemia, por contener el déficit y el endeudamiento llevó a que se retirara un gran porcentaje de los ahorros previsionales que se revertirán en altos costo para el erario fiscal y para las pensiones sino no se avanza decididamente en la reforma previsional.

Las razones de fondo de la precandidatura presidencial de Briones: algunas hipótesis.

Habida cuenta del mal desempeño como ministro de Hacienda ¿cuáles son las razones que llevan a Evópoli a proclamar a Briones como precandidato presidencial? Más aún, teniendo en cuenta que quienes intentaron ese salto, han experimentado rotundos fracasos como dejaron en evidencia Alejandro Foxley, Nicolás Eyzaguirre y Andrés Velasco.

Varias son las respuestas posibles. Una primera está asociada a la preocupación en la derecha dura y en buena parte del empresariado de que las viejas caras de la derecha tradicional presentan alto desgaste. El lanzamiento de la precandidatura de Evelyn Matthei, al declararse Joaquín Lavín “socialdemócrata” y enfatizar un programa de integración social, resultó sorprendente al recordarse que la candidata Matthei en el 2013 apenas alcanzó la cifra de 25% de los votos en la primera vuelta. Lavín por su parte, aunque se ha mantenido constantemente en los primeros lugares de las diversas encuestas, aparece con un discurso que por la manera que busca el centro genera desconfianza en la derecha más neoliberal. Más aún, el apoyo de Lavín al primer retiro de fondos previsionales pudo haber sido leído por el empresariado y la derecha más dura, como una verdadera traición.

Las candidaturas de Lavín y Matthei ya han sido desafiadas por Desbordes, pero sobre la base de una postura socialcristiana moderada (oferta de un pacto social, abordar el tema de precio de medicamentos, la agenda antiabusos “fuerte”, propuestas en materia previsional, una agenda medioambiental robusta, modernizar carabineros etc.).

En este contexto, la eventual precandidatura de Briones aparece consistente con lo que ha representado Evópoli, liberalismo en lo moral y ortodoxia económica neoliberal y como alternativa “joven” al embate de Desbordes.  Particularidad de la candidatura de Briones es la apuesta por mejorar la capacidad de inserción política del neoliberalismo duro en el contexto democrático. Al contrario de Matthei y Lavín (y también la “derecha social”) que apuestan a un retórica social – asistencialista[i], Briones reafirma principios fundamentales de neoliberalismo duro expresado por ejemplo en la priorización de la contención del déficit y del endeudamiento por sobre el auxilio a las familias y a la pequeña empresa, pese a los bajos niveles que alcanza el endeudamiento bruto del país. Expresión de ello es también el rechazo radical para alcanzar un acuerdo en torno a la reforma previsional basado en el aumento de las contribuciones vía aporte patronal (existiendo un consenso generalizado de la necesidad de aumentar las cotizaciones) no aceptando la demanda de la oposición de destinar los 6 puntos a un pilar colectivo solidario. Al contrario de Matthei y Lavín, Briones parece apostar a una politización de las proposiciones neoliberales. La crudeza con que Libertad y Desarrollo plantea sus proposiciones y la falta de toda voluntad de generar un relato más allá del argumento eficientista puede tener éxito solo en un contexto dictatorial. Eso ha explicado el continuo distanciamiento que ha caracterizado los gobiernos de Piñera con ese sector de la derecha. En tal sentido, Briones apuesta a ganar el debate político, desde las posturas más duras del neoliberalismo.

la eventual precandidatura de Briones aparece consistente con lo que ha representado Evópoli, liberalismo en lo moral y ortodoxia económica neoliberal y como alternativa “joven” al embate de Desbordes.

Al contrario de Matthei y Lavín, Briones parece apostar a una politización de las proposiciones neoliberales.

Un gobierno crecientemente debilitado.

Si bien es poco probable que muchas cosas cambien con la llegada de Rodrigo Cerda al ministerio de Hacienda, e incluso mejore la disposición al diálogo es claro que la conducción económica pierde retórica y capacidad de maniobra política. Esto refuerza el debilitamiento que vienen sufriendo los dos principales ministerios: el de Interior y el de Hacienda.  El del Interior a cuya cabeza le corresponde la jefatura del gabinete está ocupado por un exalcalde, con experiencia limitada en la política nacional y en la conducción del comité político y bajo conocimiento de las dificultades para lidiar con un Congreso dominado por las fuerzas opositoras. Cerda es un técnico destacado, cuya actividad pública transcurrió a la sombra de Felipe Larraín y en tal sentido su liderazgo en el campo económico está por verse.  El otro ministerio que puede jugar un rol relevante es el de la Presidencia (aun cuando su poder depende de la relación del ministro con el Presidente y su propio peso específico), pero el actual ministro aparece muy invisibilizado. Esta situación es particularmente grave, es circunstancia que desde el 18.0 se había venido hablando de la necesidad de reforzar el gabinete para compensar el grave debilitamiento del liderazgo presidencial desde el estallido social. En tal sentido, la evolución reciente del gabinete va en dirección contraria a lo que se necesitaba.

Esto refuerza el debilitamiento que vienen sufriendo los dos principales ministerios: el de Interior y el de Hacienda


Por Eugenio Rivera Urrutia
Fundación Chile 21 y Foro para un desarrollo justo y sostenible.

[i] En esta apreciación diferimos de Stéphanie Alenda que sostiene que la responsabilidad fiscal de Briones no lo hace un liberal ortodoxo de la vieja escuela “pues tiene un dimensión de compromiso social” (La Tercera, 24 de enero 2021, p. 17

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