Por Eugenio Rivera Urrutia
Fundación Chile 21
La rebelión popular iniciada el 18 de octubre tuvo como consecuencia la destrucción parcial de varias estaciones de metro y la quema de decenas de supermercados y otros negocios a lo largo del país. Las movilizaciones y las dificultades del transporte obligaron a cerrar o acortar la jornada laboral de muchas otras empresas, lo que generó una caída del IMACEC en octubre y noviembre de -3,4% y -3,3% respectivamente. Del mismo modo, el subsecretario del trabajo sostuvo que desde el estallido social hasta finales de diciembre perdieron el trabajo 140 mil personas.
En este contexto, se esperaban con preocupación las cifras de empleo y desempleo del INE.
Cuadro número 1.
Cuadro número 2.
A nivel nacional, en el trimestre móvil agosto – octubre la tasa de desocupación no solo no aumentó, sino que disminuyó de 7,1% en octubre del 2018 a 7% en el mismo mes del 2019. En el trimestre móvil septiembre – noviembre se produjo un aumento de la tasa de desocupación respecto del mismo período del año anterior, pero fue de solo 0,1 puntos. Distinto es el caso en la Región Metropolitana. En efecto, la tasa de desocupación creció desde 7,5% en el trimestre móvil agosto – octubre del 2018 a 8,1%, esto es un aumento de 0,6 puntos, en el año que terminó. Cabe señalar, sin embargo, que la cifra refleja un incremento del desempleo que venía desde los meses anteriores. En efecto, en los trimestres móviles que terminaron en agosto y septiembre mostraron una tasa de desocupación de 7,9% comparados a los mismos períodos del año anterior. Por su parte el trimestre móvil septiembre – noviembre mostró un aumento de 0,5 puntos respecto del mismo período del 2018. No obstante, como se observa en el cuadro indicado, comparado con el trimestre móvil agosto – octubre del 2019 muestra un mejoramiento de 0,3 puntos al pasar de 8,1% a 7,8%.
El cuadro número 2 muestra las tasas de crecimiento o decrecimiento de la fuerza de trabajo total, los ocupados y los desocupados. Al observar la tasa de variación de los ocupados los trimestres móviles que finalizan en octubre y noviembre de 2019, éstos presentan cifras positivas. No obstante, si se toman los trimestres móviles finalizados en julio, agosto y septiembre se observan cifras no sustancialmente diferentes, pero que sí mostraban una tendencia al alza levemente mayor que se habría revertido en los dos últimos meses asociado, probablemente, a la crisis social que ha vivido el país.
Las contradicciones constatadas entre las bajas cifras del IMACEC y los datos administrativos sobre despidos y los datos del INE vuelven a plantear las dudas que existen sobre la calidad del trabajo del INE. En efecto, los problemas con el Censo y las informaciones sobre la presunta manipulación de las cifras del IPC de fines del año 2018 así como las dudas que han expresado diferentes especialistas sobre las encuestas de empleo y remuneraciones están generando incertidumbre respecto del real desempeño de las variables analizadas.
Las dudas respecto de las encuestas relativas al mercado laboral del INE llevaron al Banco Central en su informe de política monetaria de diciembre del 2018 a realizar una evaluación de los informes, para concluir lo siguiente:
Las dudas respecto de las encuestas relativas al mercado laboral del INE llevaron al Banco Central en su informe de política monetaria de diciembre del 2018 a realizar una evaluación de los informes, para concluir lo siguiente:
Durante gran parte del 2017 y principios del 2018 se mantuvieron importantes dudas sobre la existencia de un rezago en el mercado laboral respecto del crecimiento del producto, al tiempo que se observaba una desaceleración considerable del crecimiento de los salarios. La revisión metodológica de las encuestas de remuneraciones, así como el reconocimiento de que las encuestas de empleo no están diseñadas para lidiar con cambios poblacionales sorpresivos, lleva a reconocer un mayor dinamismo en el mercado laboral en los últimos años. En particular, este ha sido capaz de absorber un importante flujo inmigratorio, el cual podría explicar, en principio, la desaceleración salarial mostrada por diversos indicadores. Esta explicación es coherente con la información cualitativa que se recoge en el Informe de Percepciones de Negocios, donde se reconocen menores presiones salariales por efecto de la mayor oferta laboral. Al mismo tiempo, por tratarse de un shock de oferta, este mayor dinamismo solo lleva aparejada una presión acotada sobre la inflación.
Un año después, se mantienen las dudas respecto de la información del INE.