Por Eugenio Rivera
Fundación Chile 21
El lunes 2 de marzo el Banco Central trajo buenas noticias respecto de la economía nacional. Luego de las fuertes caídas del IMACEC en octubre y noviembre (-3,4% y -3,3% respectivamente, respecto de los mismos meses del año 2018) el IMACEC de enero del 2020 presentó un crecimiento de 1,5% respecto al mismo mes del 2019 (en diciembre el crecimiento en 12 meses había sido de 1,1%). No obstante, la última semana de febrero fue testigo de la mayor caída de las bolsas internacionales desde la crisis financiera del 2007 – 2008. ¿La causa?: los temores surgidos a raíz de la expansión internacional de la pandemia del Coronavirus. Está por verse la magnitud de la crisis sanitaria y sus impactos económicos. Lo cierto es que la economía internacional se encuentra en una fase de alta vulnerabilidad producto de su propia inestabilidad. Por su parte, las dificultades existentes para que el país se concentre en el proceso constituyente y en un programa social de fondo generan incertidumbres internas todo lo cual permite concluir que será difícil que la economía crezca mucho más que lo que creció el 2019 (1,2%).
la última semana de febrero fue testigo de la mayor caída de las bolsas internacionales desde la crisis financiera del 2007 – 2008. ¿La causa?: los temores surgidos a raíz de la expansión internacional de la pandemia del Coronavirus.
El impacto del Corona Virus.
El acuerdo entre Estados Unidos y China del 20 de enero del presente año presentado como una “tregua” en el conflicto comercial entre ambos países fue recibido con optimismo por los mercados internacionales. Ello pese a que, si bien permitía a EEUU reducir algunos aranceles establecidos en los últimos años a bienes provenientes de China y comprometía a este último país a adquirir bienes estadounidenses por un valor de US$ 200 mil millones a lo largo de dos años, no abordaba temas como los de subsidios de China a sus industrias nacionales, tampoco el firme control sobre las palancas fundamentales de su economía ni la reducción de aranceles por parte de EEUU sobre mercancías chinas por US$ 360 mil millones. Tampoco resolvía los problemas de fondo, en especial la lucha por la primacía en el campo tecnológico.
El respiro dado por ese precario acuerdo duró poco. Pocos días después se supo la noticia que China enfrentaba una epidemia de Coronavirus. Como efecto de ello, en febrero, la economía internacional volvió a vivir en ascuas esperando cuál era el desarrollo de la enfermedad y los avances en la investigación médica para combatirla. Su aparición masiva en Corea, Italia e Irán, entre otros países, generó en la última semana de febrero la mayor caída desde la crisis financiera del 2007 y 2008 de las principales bolsas del mundo. Los gráficos de más arriba muestran, a manera de ejemplo, la magnitud de las caídas del Dow Jones de Nueva York y del DAX alemán, que se extendieron al martes 3 de marzo (luego de una recuperación el día lunes). Todo ello pese a la fuerte reducción de la tasa de interés que decretó el martes 3 de marzo la Reserva Federal estadounidense.
El respiro dado por ese precario acuerdo duró poco. Pocos días después se supo la noticia que China enfrentaba una epidemia de Coronavirus.
Fuerte reducción de las expectativas de crecimiento de la economía global para el 2020.
La extensión de la enfermedad ha llevado a diversas entidades internacionales a reducir drásticamente las expectativas de crecimiento de la economía global. El 2 de marzo, la OCDE dio a conocer un informe bajo el título preocupante de “Coronavirus: la economía mundial en riesgo”. Entre sus principales conclusiones destacan que producto del alcance de la enfermedad en China y la extensión internacional de ella, la economía internacional no crecerá un 2,9% en el 2020 como se esperaba sino sólo un 2,4%. Para China se espera un crecimiento en el 2020 de 4,9% (0,8 puntos menos de lo que se proyectaba en noviembre del año pasado) cifra no vista en décadas en ese país. El efecto adverso de estos fenómenos en la confianza en los mercados financieros, en el sector transporte y la disrupción que afecta a las cadenas internacionales de valor llevará a una revisión a la baja de las tasas esperadas de crecimiento para las economías del Grupo de los 20 (Que agrupa a los 19 países industrializados y emergentes más la Unión Europea). Particularmente afectados serán los países más interconectados con China tales como Japón, Corea y Australia.
El 2 de marzo, la OCDE dio a conocer un informe bajo el título preocupante de “Coronavirus: la economía mundial en riesgo”.
Particularmente afectados serán los países más interconectados con China tales como Japón, Corea y Australia.
Ahora bien, el impacto final de la crisis sanitaria internacional en la economía dependerá, según la OCDE, de la capacidad de los principales gobiernos de coordinar acciones en el campo de la salud y de la política económica. En este contexto, la decisión de la Reserva Federal de reducir en 50 puntos la tasa de interés llevándola a un rango entre 1 y 1,25% deja en evidencia los temores existentes y la decisión de tomar medidas drásticas para buscar neutralizar los efectos económicos negativos de la pandemia. La posibilidad de que esta medida se reproduzca en otros países enfrenta la dificultad de que en muchos lugares la tasa de interés está en terreno negativo. Es así como en el área Euro y en Alemania alcanza un -0,5%. Cabe señalar, no obstante, que en países como China, India y la propia Australia existe un margen para reproducir la medida tomada por la Reserva Federal.
En el caso de América Latina resulta particularmente preocupante que las expectativas de crecimiento para Brasil se redujeron desde un 1,7% en noviembre del 2019 a un crecimiento cero en el informe de marzo. Por el contrario, en el caso de Argentina para el cual en noviembre del 2019 se esperaba una caída del PIB de -2%, en el informe de marzo se proyecta una caída de sólo -0,3%.
No es posible entender la alta volatilidad que presentan las bolsas, los fuertes cambios que en pocos meses experimentan los pronósticos de crecimiento sin tomar en cuenta que la economía global está marcada por lo que se podría denominar la era de las incertidumbres.
Existen crecientes temores de que el deterioro global del medioambiente, el cambio climático pongan en cuestión, incluso, la idea del crecimiento.
La economía mundial siempre ha estado sujeta a ciclos económicos, diversos imponderables y problemas geopolíticos. No obstante, la situación actual se caracteriza por un cuestionamiento radical de las instituciones básicas de la economía mundial que alcanzan a la Organización Mundial del Comercio, la Unión Europea entre otras. Existen crecientes temores de que el deterioro global del medioambiente, el cambio climático pongan en cuestión, incluso, la idea del crecimiento. Este contexto, de suyo difícil, se ve agravado por la fuerte disputa por la hegemonía mundial entre China y los Estados Unidos que se desarrolla en el campo comercial, pero bajo lo cual subyace una disputa por el liderazgo en la transformación tecnológica. Están también en cuestión los fundamentos de la gestión macroeconómica y sus instituciones. Cada vez resultan más evidente los límites de la política monetaria para resolver los problemas de los países desarrollados. Al mismo tiempo, la política fiscal encuentra dificultades para jugar un rol más relevante por la oposición de la ortodoxia económica. De todo esto deriva una gran vulnerabilidad que tiene como consecuencia, por ejemplo, que un gesto positivo del presidente de los Estados Unidos hace subir las bolsas y al día siguiente uno negativo genere fuertes bajas. La política gana preeminencia por sobre los ciclos económicos en la determinación del desempeño económico global.
Cada vez resultan más evidente los límites de la política monetaria para resolver los problemas de los países desarrollados.
La política gana preeminencia por sobre los ciclos económicos en la determinación del desempeño económico global.
Las perspectivas de la economía nacional en el 2020.
Las dificultades para terminar con la violencia callejera y concentrarse en el proceso constituyente, la alta fragmentación política que está generando reordenamientos de fondo y la falta de liderazgos fuertes en el mundo político, económico y social se suma al impacto adverso que tiene la economía y política global sobre el desempeño económico nacional. El mejor IMACEC de enero aporta algún respiro, pero las perspectivas no son positivas. Los problemas económicos de China han tenido un efecto negativo sobre el precio del cobre. Si bien Cochilco espera un precio promedio de US$ 2,85 la libra para el presente año, lo cierto es que el precio promedio entre el primero de enero y el 3 de marzo alcanza sólo a U$ 2,66. Peor aún, para el período comprendido entre el 1 de febrero y el 4 de marzo el precio promedio fue de $ 2,58 la libra. Entre el 1 de enero y el 23 de febrero las exportaciones chilenas cayeron en 6,2% el mayor descenso desde el 2016, todo ello pese a la fuerte devaluación que ha experimentado el peso chileno. Entre las principales caídas destacan el cobre, 0,8%; el salmón 20% y la celulosa 33%. Cabe agregar los problemas generados en la cadena logística por la crisis del Coronavirus en China. A esto se agregan las expectativas negativas del mundo empresarial lo que podría impactar adicionalmente sobre la ya deteriorada inversión. Todo ello apunta a que el PIB en el 2020 crecería en una cifra en torno al 1%.
Entre el 1 de enero y el 23 de febrero las exportaciones chilenas cayeron en 6,2% el mayor descenso desde el 2016, todo ello pese a la fuerte devaluación que ha experimentado el peso chileno.