La ejemplar solidez de la Democracia Argentina

por La Nueva Mirada

Jaime Gazmuri
Académico de la Universidad de Talca

Argentina atraviesa una crisis económica y social análoga a muchos de los países de la región. Por segundo año consecutivo su economía tendrá un crecimiento negativo, la inflación ya supera el cincuenta por ciento antes de terminar el año, y más dramáticamente aún, sus niveles de pobreza bordean el 35%. Un porcentaje más alto que la media de América Latina, lo que nunca había ocurrido en toda su historia.

En la mañana del lunes, el Presidente Macri desayunó en Olivos con el recién electo Alberto Fernández para acordar las condiciones de una transmisión ordenada del Gobierno.

A las elecciones presidenciales, parlamentarias y provinciales del domingo pasado concurrió más del 80% del padrón, los resultados fueron conocidos y reconocidos universalmente al término de la jornada y, en la mañana del lunes, el Presidente Macri desayunó en Olivos con el recién electo Alberto Fernández para acordar las condiciones de una transmisión ordenada del Gobierno.

En la vecina Bolivia, cuya situación económica y social es incomparablemente mejor que la argentina, la elección presidencial y parlamentaria realizada el mismo domingo, ha generado una crisis política severa.

En Ecuador, Perú y ahora en Chile los sistemas democráticos están sujetos a agudas tensiones políticas. Para qué hablar de Venezuela.

En la vecina Bolivia, cuya situación económica y social es incomparablemente mejor que la argentina, la elección presidencial y parlamentaria realizada el mismo domingo, ha generado una crisis política severa. La oposición al Presidente Morales desconoce su triunfo, llama a una movilización ciudadana para exigir la realización de una segunda vuelta, y este la acusa de perpetrar un Golpe de Estado. La crisis desatada está en pleno desarrollo y es incierto su desenlace, pero lo que es evidente es que la democracia boliviana se ha debilitado severamente. En Ecuador, Perú y ahora en Chile los sistemas democráticos están sujetos a agudas tensiones políticas. Para qué hablar de Venezuela.

En el cuadro de una región convulsionada, Argentina nos ha demostrado que es posible enfrentar complejas situaciones económicas y sociales a través del pleno funcionamiento de las instituciones democráticas y del orden Constitucional cuando este es respetado por todos los actores.

En el cuadro de una región convulsionada, Argentina nos ha demostrado que es posible enfrentar complejas situaciones económicas y sociales a través del pleno funcionamiento de las instituciones democráticas y del orden Constitucional cuando este es respetado por todos los actores.

En las elecciones de Gobernadores, el Frente de Todos logró recuperar para el peronismo varias provincias, siendo el triunfo en Buenos Aires el más significativo.

En el Congreso, el Frente de Todos ha obtenido la mayoría en ambas cámaras.

Alberto Fernández triunfó con el 48,03% superando levemente el porcentaje alcanzado en las primarias, pero sobre un universo electoral mayor. Macri consiguió un 40.44%, bastante mayor que el 32% obtenido en las primarias, pero insuficiente para lograr el objetivo de forzar el balotaje. En las elecciones de Gobernadores, el Frente de Todos logró recuperar para el peronismo varias provincias, siendo el triunfo en Buenos Aires el más significativo. EL 51,98% obtenido por Axel Kicillof, una figura emergente muy cercana a Cristina Fernández, no solo le da el Gobierno de la Provincia más poblada y rica, sino que lo convierte en un importante liderazgo en los escenarios políticos del futuro. En el Congreso, el Frente de Todos ha obtenido la mayoría en ambas cámaras, y Cambiemos, el partido de Macri, ha aumentado su representación convirtiéndose en el principal actor de la nueva oposición.

Ello facilitó enormemente la reunificación del peronismo y la construcción de una sólida mayoría electoral. La integración de Sergio Massa y de varios Gobernadores no kichneristas al Frente de Todos, habría sido virtualmente imposible en una fórmula encabezada por Cristina.

La victoria electoral de la fórmula presidencial encabezada por Alberto Fernández tiene, a mi juicio, dos causas fundamentales. La primera, es el rechazo ciudadano al Gobierno de Macri, que fue incapaz de cumplir sus compromisos electorales de superar la compleja situación económica por la que atravesaba Argentina cuatro años atrás. Al contrario, la situación económica y social empeoró sustantivamente durante su cuatrienio. A la mayoría de los argentinos no le pareció razonable darle una segunda oportunidad. La segunda, fue la decisión estratégica de Cristina Fernández de resignar una candidatura presidencial que nadie le cuestionaba, proponiendo a Alberto para encabezar la fórmula y reservándose el cargo de Vicepresidente. Ello facilitó enormemente la reunificación del peronismo y la construcción de una sólida mayoría electoral. La integración de Sergio Massa y de varios Gobernadores no kichneristas al Frente de Todos, habría sido virtualmente imposible en una fórmula encabezada por Cristina. En la elección presidencial de 2015 Massa obtuvo 21% de la votación en primera vuelta, frente al 37.8% de Scioli, el candidato del kichnerismo. El jefe de campaña de Massa fue Alberto Fernández.

Alberto Fernández ya designó un equipo de seis economistas para encabezar la transición.

Los desafíos del nuevo Gobierno son enormes. Por de pronto los económicos. Alberto Fernández ya designó un equipo de seis economistas para encabezar la transición. Son hombres y mujeres más bien jóvenes, con experiencia en la gestión de Gobierno y del Banco Central, de orientación neokeynesiana y desarrollista que, en cualquier caso, no repetirán las fórmulas fracasadas de sus predecesores neoliberales. No cabe más que desearles éxito.

En el plano regional, la instalación de un Gobierno de centroizquierda en la Argentina significará, desde el primer día, un giro de significación en el escenario de América Latina.

Pero, como siempre, los mayores desafíos serán políticos. A mi juicio, el principal será articular el peronismo reunificado que será la base de sustentación del nuevo Gobierno y en el que conviven diversas tradiciones, orientaciones, liderazgos y fuerzas políticas, siendo el kichnerismo la principal, pero no la única. El Presidente Electo tiene experiencia y talento para esa tarea. El apoyo de Cristina a su liderazgo será crucial para el éxito del Gobierno.

Por de pronto, instancias como el Grupo de Lima o PROSUR serán severamente debilitadas. En América del Sur, la mayor incógnita que deberá ser despejada es el curso que seguirán las relaciones entre Brasil y Argentina, y consecuentemente, el destino de MERCOSUR.

En el plano regional, la instalación de un Gobierno de centroizquierda en la Argentina significará, desde el primer día, un giro de significación en el escenario de América Latina. El pronóstico de que luego de la ola de Gobiernos progresistas de diverso signo de la primera década del siglo se desencadenaría otra de signo contrario resultó equivocado. Desde ahora dos de los tres principales países de la región -México y Argentina- tendrán definiciones en materia de política exterior más bien coincidentes en asuntos tan importantes como la política frente a la crisis venezolana o a los mecanismos y los procesos de integración. Por de pronto, instancias como el Grupo de Lima o PROSUR serán severamente debilitadas. En América del Sur, la mayor incógnita que deberá ser despejada es el curso que seguirán las relaciones entre Brasil y Argentina, y consecuentemente, el destino de MERCOSUR. Bolsonaro fue particularmente virulento en sus ataques a los Fernández, inmiscuyéndose de manera directa e impropia en la contienda política presidencial argentina. Alberto Fernández, por el contrario, ha mantenido una actitud serena, enfatizando los múltiples lazos y la interdependencia entre los dos países. La reacción inicial de Bolsonaro ha sido francamente inamistosa: “creo que los argentinos eligieron mal. No pretendo felicitarlo. Ahora no vamos a indisponernos…”. Sin embargo, es posible que el peso de los intereses comunes se imponga y se encuentre alguna forma de convivencia, pero es evidente que sin un cambio radical en la política del Gobierno brasileño los procesos de integración en América Latina tendrán obstáculos mayores.

Es evidente que sin un cambio radical en la política del Gobierno brasileño los procesos de integración en América Latina tendrán obstáculos mayores.

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