LA INMACULADA CONCEPCION NOS PERMITE ABRIR DEBATE SOBRE LA REGULACION DE NUESTRA TV: TEMA MIL VECES MÁS IMPORTANTE QUE LA OFENSIVA EXPRESIÓN DE UN CÓMICO

por La Nueva Mirada

Lorena Donoso y Manuela Gumucio
Fucatel

 

La sanción a Canal 13 por la rutina humorística de YerkoPuchento en que se trató a la Virgen como “inmaculeada concepción” da pie  para debatir sobre la legitimidad del CNTV, su actual constitución y atribuciones.

 

Desde el comienzo de la TV se tuvo claro el poder de este medio y la necesidad de no dejarlo solamente en manos de privados. El CNTV fue creado en la Constitución Política de la República como un garante de la libertad de expresión en la televisión. Esta libertad es una moneda de dos caras: garantiza la libertad editorial de quien emite y también, el derecho de las personas a ser informadas.

Estas dos caras son tan complejas porque de su correcta interrelación dependerá la formación de opinión y, por lo tanto, la participación democrática.

Hoy en día podemos apreciar que los informativos nacionales presentan falencias sustanciales desde el punto de vista del derecho a la información, que se traducen en varios de los vicios que se busca evitar:

 

RESTRICCIONES A LA LIBERTAD DE EXPRESION COTIDIANAS

 

– La censura o selección de los contenidos que transmiten los canales en función de la ideología e intereses de sus propietarios. A vía ejemplar no se informa acerca de huelgas de trabajadores en grandes industrias.

 

– No se observa que se incluya en estos programas a una variedad de sectores de la sociedad chilena, minorías voces directas y discordantes, sino que la selección es casi siempre la misma. Los mismos rostros y las mismas voces, generalmente gente, que goza del beneplácito de las corrientes dominantes de opinión, incluso, algunas veces, en su calidad de rebeldes.

 

– Mal cumplimiento del derecho a réplica y a reparación en el caso de que alguien se sienta injustamente aludido en un contenido emitido en un canal de televisión. La honra de las personas ocupa titulares y el error cometido pocas líneas en una sección poco visitada.

 

Esta situación grave en noticiarios y paneles de debate no es tal en otros géneros. Es el caso, por ejemplo, de la teleserie de Mega donde la ficción muestra similitudes con  el atropello de un campesino por parte del hijo del Carlos Larraín, donde quedó flotando en el país  la impresión que no hubo igualdad ante la justicia.

 

El programa y las rutinas de YerkoPuchento, por su parte, si hiere la sensibilidad de un sector de la población, es legítimo que exista un órgano al cual representar este malestar y que pueda pronunciarse al respeto. Lo contrario sería reconocer un poder absoluto, sin contrapesos a los canales de televisión, desconociendo la función pública que cumplen o debieran cumplir. Pero este incidente oculta el verdadero tema cual es si debe existir la institución del Consejo.

 

Consideramos que es necesaria la existencia de un órgano que vigile el ejercicio de la libertad de expresión, pero sin duda esta institución requiere de cambios.

 

REPAROS AL CNTV Y LOS CAMBIOS NECESARIOS

 

Sus miembros

 

Se ha expresado desde hace tiempo que este órgano no es representativo, ni siquiera de las corrientes políticas presentes en el Parlamento. Estas inquietudes han estado en el centro de la discusión los últimos diez años, sin que se haya logrado una mejor composición social y más acorde con las corrientes de pensamiento que se expresan en la actualidad.

 

Sostenemos que la composición del Consejo debe tener mayor representatividad social, cultural y política. Asimismo, estimamos y así hemos defendido, que debe tratarse de un órgano profesional y no derivado de la representación política parlamentaria.

 

 

La ausencia de uso de su potestad

 

El Consejo está dotado de  atribuciones suficientes para resguardar los valores a que hemos aludido, aun cuando pueda ser perfectible su campo de intervención. Esas atribuciones se basan en un artículo de la Constitución sobre el correcto funcionamiento, sea la plataforma en que ésta opere. La definición de este correcto funcionamiento se ha tratado de especificar, pero sigue siendo un concepto indeterminado cuyos alcances dependen de la época y composición del Consejo.

En la discusión de la ley de Televisión Digital se logró un cambio importantísimo como es que el CNTV debe establecer los procedimientos y medios que le  permitan la vigilancia del pluralismo y la diversidad en los programas noticiosos y de debate.

 

Este gran triunfo que llevó, sin éxito, a los Canales de TV y a la derecha chilena a intentar borrarlo en el Tribunal Constitucional no ha sido implementado ni ejercido por el CNTV.  O lo ha hecho en forma reservada. No se conoce ninguna sanción ni atisbo de  una preocupación en la materia

 

¡El país merece una explicación!

 

Las sanciones proporcionales a la falta y que resulten eficaces

 

En cuanto a las atribuciones del CNTV, la más fuerte se traduce en sanciones pecuniarias (multas) y la posibilidad de caducar una concesión de televisión, pero esto tendría aplicación, únicamente, en aquellos casos en que la TV se emita a través de una plataforma que requiera de concesión. ¿Qué pasa con la TV que se transmite por Internet?, ¿Podría CNTV sancionar a Netflix?

 

 

La garantía de un acceso a la propiedad

 

Le corresponde al Consejo la atribución de nuevas señales de TV en un cuadro grave de concentración de la propiedad. Es largo el tema, pero hay que advertir también que, frente al poder que tiene hoy esta institución para asignar las nuevas concesiones digitales, la ciudadanía debe estar alerta para que en este proceso se diversifique la oferta y no se aumente el poder ya enorme de los canales existentes. El CNTV puede decidir con qué criterios las atribuye y es esperable que sean en función de garantizar un mayor pluralismo, bajando las barreras de acceso a la propiedad.

 

Finalmente, resulta bien triste que se abra un debate sobre una sátira, aunque sea de mal gusto y afecte sensibilidades. Sería deseable  que abordáramos los temas planteados aquí y no tenemos en cuenta.  Ellos sí son centrales para la vida democrática del país en un momento de profunda crisis de credibilidad en las instituciones.

 

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