El escándalo mediático provocado por la inesperada grabación del homenaje al criminal Miguel Krassnoff Martchenko, en labios de su hijo coronel, agradeciendo, bajo entusiastas aplausos de los uniformados presentes, la valentía, cariño, lealtad y hombría del director de la Escuela Militar, Germán Villarroel Opazo, terminó como era de esperar.
Palabras severas de las autoridades oficiales, expresando malestar, anunciando la aplicación de la normativa vigente y estudio de postergadas reformas institucionales. Los involucrados renunciados “con dignidad”, asumiendo sus responsabilidades, sin llorar.
Krassnoff hijo y Villarroel no harán más olitas y continuarán viviendo a cargo del presupuesto de la Nación.
Quienes exigen sanciones mayores – como la degradación de los responsables-, aunque no hacen más que lo pertinente en una sociedad democrática, con uniformados subordinados al poder civil elegido por la ciudadanía, lamentablemente serán ignorados.
Los criminales condenados en Punta Peuco mantienen privilegiado trato, con cargo al erario fiscal. Como sabemos las pensiones de los altos uniformados continúan favorecidas – sistema antiguo mediante- irritantemente, en comparación al resto de los chilenos bajo imperio de las AFP.
Las instituciones seguirán funcionando a la chilena…….hasta que se le ponga el cascabel a un gato tan bien alimentado, como mal acostumbrado…
Krassnoff hijo y Villarroel no harán más olitas y continuarán viviendo a cargo del presupuesto de la Nación.
Las instituciones seguirán funcionando a la chilena…….hasta que se le ponga el cascabel a un gato tan bien alimentado, como mal acostumbrado…
Las grabaciones imprudentes e inesperadas pueden continuar demostrando que de la llamada familia militar las autoridades democráticas, todavía, sólo ven la punta del iceberg…