Lo desafiante y provocador marca su historia política y no debiera sorprender. Menos en días de euforia, como los obsequiados por el contundente triunfo electoral de su admirado Jair Bolsonaro en Brasil.
José Antonio Kast percibe y transmite que la conducción del planeta va cayendo en manos confiables y seguras, como las que él ofrece a los chilenos. Aunque el actual mandato de Piñera esté en sus inicios, el ex UDI nunca ha dejado de estar en campaña. Afirma ser el único candidato seguro para la próxima contienda presidencial y que ello solo depende de Dios y su buena salud.
Que sus críticos lo asocien con los rasgos autoritarios y brutales de Donald Trump le parece un elogio. Los cuestionamientos a su cercanía con el triunfante ex capitán del Ejército de Brasil, Jair Bolsonaro- racista, xenófobo, defensor de crímenes de lesa humanidad y la pena de muerte – son motivo de mayor orgullo.
Que sus críticos lo asocien con los rasgos autoritarios y brutales de Donald Trump lo recibe como un elogio. Los cuestionamientos a su cercanía con el triunfante ex capitán del Ejército de Brasil, Jair Bolsonaro- racista, xenófobo, defensor de crímenes de lesa humanidad y la pena de muerte – son motivo de mayor orgullo.
Percibe que los tiempos no están para el tipo de debilidades, ausencia de carácter y ambigüedades que imputa a la conducción del gobierno de Sebastián Piñera. No olvida que el actual mandatario le debe agradecer su valioso aporte, sumándole la adhesión de la llamada familia militar en la segunda vuelta electoral que lo instaló en La Moneda.
Los tiempos de imperio de la memoria corta, del juego de las imágenes instantáneas y la inmediatez, parecen propicios para la irrupción de personajes mediáticos, provocadores y sin escrúpulos, como el líder fundador y portavoz exclusivo de Acción Republicana (antes se llamó Unidos en la Fe).
Los tiempos de imperio de la memoria corta, del juego de las imágenes instantáneas y la inmediatez, parecen propicios para la irrupción de personajes mediáticos, provocadores y sin escrúpulos, como el líder fundador y portavoz exclusivo de Acción Republicana (antes se llamó Unidos en la Fe).
Sostiene sus provocaciones en la legitimidad que le otorga el juego democrático. En ese contexto alimenta sus ambiciones, defendiendo a los criminales de lesa humanidad. Le son familiares, como su padre y hermano, que alentaron la represión brutal que culminó con el exterminio de decenas de campesinos en Paine, los días posteriores al golpe de Estado en 1973.
Los violadores de derechos humanos, condenados en Punta Peuco, reciben a José Antonio Kast como su líder natural. Los visita, comparte con ellos y algunos de los más connotados, como Miguel Krassnoff Martchenko – condenado a más de 640 años de cárcel – le brindan especial afecto. Kast asistió a la presentación de su libro de memorias, que recibió con dedicatoria especial, y ha declarado que no puede creer “todas las cosas que se dicen” del ex DINA.
Los violadores de derechos humanos, condenados en Punta Peuco, reciben a José Antonio Kast como su líder natural. Los visita, comparte con ellos y algunos de los más connotados, como Miguel Krassnoff Martchenko – condenado a más de 640 años de cárcel – le brindan especial afecto. Kast asistió a la presentación de su libro de memorias, que recibió con dedicatoria especial, y ha declarado que no puede creer “todas las cosas que se dicen” del ex DINA.
La justificación de su defensa de los condenados por crímenes de lesa humanidad es simple: “obedecían órdenes”. Lo que escabulle el deslenguado candidato presidencial es asumir quién las daba. Kast no oculta sus lealtades incondicionales:”El gobierno de Pinochet para el desarrollo del país fue mejor que el de Sebastián Piñera, si estuviera vivo Pinochet votaría por mí”.
La justificación de su defensa de los condenados por crímenes de lesa humanidad es simple: “obedecían órdenes”. Lo que escabulle el deslenguado candidato presidencial es quién las daba. Kast no oculta sus lealtades incondicionales:”El gobierno de Pinochet para el desarrollo del país fue mejor que el de Sebastián Piñera, si estuviera vivo Pinochet votaría por mí”.
Está convencido que el horno sí está para bollos: “Soy bien directo, creo que con Pinochet se pegó un salto cualitativo para que alguien como Sebastián Piñera pudiera desarrollar su programa”.
José Antonio Kast disfruta los vaivenes de la incierta política mundial, con liderazgos como los de Bolsonaro y Trump. Convencido de que la historia le tienen reservado un lugar de privilegio. Apostando al río revuelto en la derecha oficialista y sin escrúpulos para provocar al propio Piñera. Sueña que se aproximan sus mejores tiempos.